Al pasto, el agua y el azúcar que lxs niñxs suelen dejar la noche de Reyes para que los cansados camellos que los transportan recuperen fuerza y dejen regalos habrá que agregarle algunos extras: purpurina, por ejemplo, un espejito de mano para retocar el maquillajo o bien un disco de Donna Summer para alegrarles el espíritu. Porque los Reyes del Calendario Transgresor que edita y vende la Asociación de Transexuales de Andalucía –se puede descargar vía Internet desde la página de ATA, o bien encargarlo, recibirlo por correo y aportar a su causa– han migrado de género y se han convertido en tres perfectas y escandalosas Reinas que prometen algo más que juguetes. Pero enero, se sabe, es sólo el comienzo, transitar mes a mes este calendario es un placer de apóstatas que verán resignificadas las imágenes más caras a la tradición católica en una crítica cultural trans que incluye, por supuesto, una papisa, una pareja de madres trans para un recién nacido navideño, y hasta el martirio de la cruz da ganas de ponerse en esos zapatos. Así dan ganas de rendir culto a este santoral que será pagano pero ofrece toda una liturgia para almas pías que se niegan a entregar el brillo de los ritos a los claustros católicos.