Viernes, 30 de julio de 2010 | Hoy
Yo también quiero decir:
Hace un tiempito que descubrí el suple “soy” de Página/12, me enganché, tantas historias de vida, algunas muy dolorosas, en algunos casos situaciones no imaginadas por mí, persecuciones, maltratos, dolor, mucho dolor.
Soy profesora de una escuela pública, heterosexual, me choca tener que aclararlo, pero viene a cuento de lo que se vivió en la escuela los días previos a la sanción de la ley. Participación y discusión, aclaración y debate, todo en la sala de profesores y en las aulas con los alumnos, los pibes la tienen re clara. Hace tanto tiempo que la sociedad no se involucra en los temas que nos competen a todos. Debates con altura algunos, otros sin argumentos (gracias, profe de lengua, por pararte un día y decir tu verdad). Sinceridad de algunos que planteaban que les asustaba si un hijo les decía que era homosexual, cambio de postura de otros. Nosotros no íbamos a votar, pero los debates se tomaron como si fuera así. Finalmente llego el día después, recreo de la leche o del té, como diría la señorita Noelia de Gassalla, explosiones de alegría, la profe de lengua trajo masitas para festejar y agradecer tanto apoyo. Todos estábamos agradecidos, siento que se produjo una sensación liberadora. Felicidades para todos y todas.
Susana Beltrán
(La profe Beltrán)
Es indudable que permitir el matrimonio “civil” a personas del mismo sexo es un gran avance en derechos. Sin embargo, cabe reflexionar sobre los límites que aún representa la figura de “matrimonio” civil, especialmente desde visiones religiosas que se quieren imponer.
Y si bien podemos brindar por esta victoria, la lucha continúa, no sólo por la identidad sexual, como el derecho de cambio de nombre, sino en el mismo “matrimonio”, donde sería interesante repensar el concepto de monogamia. Si bien es verdad que la relación debe basarse en una lealtad por lo que se va a compartir, es necesario no restringir el ejercicio de la sexualidad.
Formas como el poliamor o el swinger son manifestaciones alternativas de la sexualidad que no pueden estar restringidas por una relación civil. De hecho, a la Asociación Swinger le rechazaron su legalidad como a la CHA en su momento. Quizás poner estos temas en agenda permita seguir avanzando en derechos y mejorar nuestras relaciones sociales.
Ricardo Romero
Politólogo UBA/UNSAM
Centro de Cultura y Debate Socialista
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