Con vitalidad envidiable, a punto de cumplir trece años, el Club de Osos de Buenos Aires se sigue haciendo escuchar: porque si algo no les falta es volumen. Es que, desde que son visibles en la comunidad gltbi local, siempre fueron una presencia voluminosa, sobre todo cuando van en grupo, que es su modo preferido de moverse, porque siempre están en movimiento. Ni siquiera el frío los detiene porque la hibernación no es lo suyo: ahora preparan una fuga colectiva a Rosario para el fin de semana largo de agosto (está avisada la intendencia de esa ciudad: si todo el club de osos sube al Monumento a la Bandera van a quedar las baldosas y los mármoles flojos). Es que tanta energía carnal, tanta panza orgullosa sin red de contención, termina resultando expansiva. Y hace poco más de dos años encontraron otro canal para esta onda expansiva: con la complicidad de AGRadio, el Club de Osos tiene el programa radial Doble Ancho los sábados de 20 a 22, ideal para el precalentamiento antes de salir a romper la noche sabática. Si bien ahora están al frente del programa Pablo Bustillo, Gabriel Sánchez, Pochito, Daniel y Osvaldo, asistidos por Max y Mónica (alias Juan Bautista), el equipo de conductores es rotativo, antes pasaron otros miembros del club y algunos se suman para temas específicos de cada programa, que también puede verse por cámara web (porque, como es de esperar, los osos ponen la voz y el cuerpo en cada emisión). Y, si bien tienen un tema disparador por programa, lo de ellos es la amplitud de onda: van de la Ley de Matrimonio a las series de TV, pasando por el humor negro o el vih. Aunque su empeño mayor es estimular una comunicación fluida con la audiencia, tratar de que la interacción sea permanente, con chat y MSN durante todo el programa, además de un teléfono alerta para oyentes y amigos. “Doble Ancho pega mejor en gente que no vive en grandes ciudades. Pero nos escuchan de distintos países también, porque encuentran dos horas de recreo y podemos lograr que mucha gente tenga un grupo de pertenencia, por lo gordo y por lo puto”, comenta Pablo Bustillo, uno de los que tenían alguna experiencia previa en radio. Pero aunque no son profesionales de la radio, el espíritu de informalidad y el buen humor de ese “recreo” osuno dan a los programas una personalidad magnética, y por eso fueron elegidos por Tarde Negra, el programa de Rock & Pop de Elizabeth Vernaci y Humberto Tortonese, para hacer un móvil en vivo desde Plaza Congreso en la fiesta del orgullo por el matrimonio igualitario del 28 de junio pasado. Pero, sobre todo, en Doble Ancho hay una mirada original sobre el sexo y el amor que muchas veces cautiva, sorprende, descoloca. “El deseo en nosotros es una diferencia muy clara con el resto de la comunidad: lo que socialmente es despreciable, por decirlo de alguna manera, en nosotros es un objeto de deseo, como las panzas, las papadas y las colas gordas”, explica Bustillos. Pero, a veces, incluso pueden trascender sus propios fetiches, se pueden relajar de su exigente masculinidad, un rasgo que los osos esgrimen como valor erótico, para mariconear un poco: uno de los conductores confesó que “a los once años me disfrazaba de Mujer Maravilla cuando venían visitas. Mi mamá tenía un deshabillé dorado, el cinturón era un cordoncito dorado y me lo ponía con una tiara con strass, también de mi mamá.” Por suerte, el ambiente de Doble Ancho es tan distendido que, incluso para mostrar plumas, los osos no tienen pelos en la lengua.

Doble Ancho se puede escuchar por www.agradio.com.ar o www.dobleancho.blogspot.com