Viernes, 20 de junio de 2008 | Hoy
X 4
Por Paula Jiménez
Con profusión de folletería temática distribuida por las mesas, Pride, el pequeño gran espacio, se da a conocer. Y lo hace fuera del horario de protección al menor: La movida gay, ligada en el imaginario colectivo a la nocturnidad y a otros tipos de oscuridades, parece en este espacio integrarse al movimiento diurno de nuestra ciudad. “Es un concepto”, dice el chico que atiende. Y resulta claro, no es solamente un concepto gastronómico, ni estético, aunque también. La ambientación es sobria pero casual, sin acartonamientos, hay desniveles, paredes blancas, modernísimas lámparas de techo y un plasma suspendido sobre la barra donde vi cantar a George Michael (por si quedaba alguna duda). Se especializan en cafetería y tortas (sí, tortas también), desayunos y meriendas exquisitas. Además se puede comer al mediodía desde picadas a arroz yamaní con vegetales. Abre todos los días durante la mañana y la tarde.
Pride, Balcarce 869
Quizá por una tendencia generalizada a la alimentación vegetariana, gesto alternativo a la cultura alimentaria dominante, o porque el concepto de salud de Los Sabios rige también el modo de tratar a sus visitantes, quizá porque es un tenedor libre económico y ofrece, entre otras cosas, un sushi riquísimo. O porque, invariablemente, siempre hay gente conocida que te saluda con amabilidad y parece contenta de estar ahí, comiendo al son de una flauta china. Por una cosa o por otra, lo cierto es que este restaurante cada vez tiene más éxito. Una clientela hecha de tribus que van desde lo gay-lésbico a la familia argentina (no demasiado tradicional), desde el hippismo al emotional o al dark. En los últimos años, Los Sabios se ha convertido en un friendly espontáneo de todo grupo que navegue por los márgenes. Abre sus puertas de martes a domingos.
Los Sabios, Corrientes 3733
Hace unos años un cliente se quejaba de Frida Kalho: “Este lugar no tiene pies, ni cabeza. Las dueñas son mujeres, las camareras son mujeres, en la barra hay mujeres, ¡hasta la sonidista es mujer!”. Se refería a Frida Kahlo. Claro: el hombre era devoto de propuestas más tradicionales, por ejemplo la de Pippo, un restaurante que nunca llamó la atención por contar sólo con un plantel exclusivamente masculino. Pero creo que ese señor, además, percibió que en Frida Kahlo (icono latinoamericano del arte y la bisexualidad femenina) había algo raro. Y percibió bien. La concurrencia también es muy variada, desde un señor como el del comentario hasta parejas románticas que toman envión a fuerza de margaritas. Por el escenario fridense ha pasado una variedad de destacados artistas y algunas no muy convencionales, como es el caso de Lala con su homenaje a las mujeres en el tango. Se come muy, muy rico y siempre de noche. Recomendación especial: la Cochinita pibil. Se pueden beber muchos y sabrosísimos tragos (¡el mojito es delicioso!).
Frida Kahlo, Ciudad de la Paz 3093
Haciendo obvia alusión al barrio madrileño, Chueca se erige en medio de un Palermo que busca aproximar su estética y sus precios al Soho neoyorquino. Quizá por eso este resto-bar plantea un estilo primermundista, lejano a otras, más populares, versiones sudamericanas de puntos de encuentro gay. De todos modos siempre existieron, acá y en la China seguro que también, sitios para varones dispuestos a pagar por un buen vino y por un plato pretending a la hora de la cena. Esto es Chueca, que si bien está abierto a un público mixto, atrae mayormente a los hombres. En su clima cuasi lounge prosperan muchachos elegantes que salen a tomar luz de luna a la terraza o fuman acodados sobre la espléndida barra del primer piso. Algunas noches, para no romper con la tradición, se sientan a disfrutar los shows de transformismo de los ya clásicos Walter Suárez o Daniel Durand, o consiguen allí mismo sus free pass y después de comer se lanzan a las disco.
Chueca, Honduras 5255
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