TOP FIVE
› Por Gustavo Lamas
Gibbons es uno de esos personajes fundamentales de la historia de la música disco, una pieza tan clave como Levan y Mancuso. Otro de los que supo anticipar lo que iba a ocurrir con la explosión del house. Su versión extendida de “Ten Percent”, de los Double Exposure, fue la primera editada en vinilo de 12 pulgadas. La técnica de mezclar dos discos iguales para alargar los grooves, con la que maravillaba a los habitués hipnotizados del Galaxy de New York, fue el aprendizaje ideal para terminar aplicando esas ideas en el estudio. Su magia consistía en agregar texturas, tensión y ritmos que terminaban recreando esa sensación selvática a la que se hace alusión cuando se habla de “Jungle Music”. Esta recopilación cuenta con las mejores remezclas de su cosecha, como el himno disco de Gladys Knight (It’s a Better Than Good Time), el electro que continúa sonando actual de Strafe (Set It Off) y un tema inédito junto al mítico Arthur Russell que remarca el valor histórico de esta edición.
La serie Disco Discharge es una excelente opción para tener un panorama completo de la música disco y sus variantes. El año pasado lanzaron cuatro volúmenes en ediciones doble de lujo incluyendo un capítulo dedicado al Gay Disco y Hi NRG. Aunque siempre la subcultura de la discoteca fue de la mano de la cultura gay, la trascendencia de la Hi NRG es importante porque este subgénero surgió cuando el auge de la disco music dejó de ser un boom y quedó fuera de los charts, manteniendo viva su llama en los clubes queer. Este año editaron otros cuatro volúmenes con uno denominado “Pink Pounders” de similar temática. Ideal para redescubrir esos ritmos acelerados, anfetamínicos y sintéticos con sus mejores exponentes –en versiones casi imposibles de conseguir en cd previamente– como Patrick Cowley a la cabeza, el vozarrón de la Divine, Las Flirts, Lime y otros no tan clásicos que hacían perder la cabeza en épocas de poppers y estorbos.
A mediados de los setenta, el guitarrista devenido en productor Bob Blank dio en su estudio Blank Tapes de New York un espacio para el vuelo y la experimentación de artistas disímiles que dejaron un legado influyente hasta nuestros días. Algunos tuvieron repercusión en su momento y otros fueron reivindicados mucho tiempo después con el revival del post punk disco, al que tanto deben muchos artistas de DFA Records y las recopilaciones como “Mutant Disco”. Reducir las producciones de Blank al fenómeno de la música disco es tramposo porque, en este repaso, además de artistas que sonaban en las pistas como Debbie Blackbell, Gladys Knight y Fonda Rae, supo ponerse al servicio de exponentes de los ritmos latinos como Charanga 76, el jazz cósmico de Sun Ra, la inclasificable Lydia Lunch y el genial Arthur Russel, escondido detrás del nombre Lola.
Soul Jazz es otro de los sellos especialistas en las reediciones y en encontrar gemas ocultas perdidas en el tiempo. Esas figuritas difíciles que los coleccionistas pagan en oro. Esta vez el rescate es para un álbum recargado de groove que traza un puente que une el boggie funk de principio de los ’80 con el jazz y el soul. El disco fue producido por el gran Roy Ayers y editado originalmente en 1981 por su propio sello Uno Melodic. Se trata de las Eighties Ladies, un grupo de talentosas cantantes integrado por Susan Beaubian, Marva Hicks, Vivian Prince, Denie Corbett y Sylvia Striplin acompañadas por la solidez de la banda de Ayers, incluyendo a Rick James, que también colabora detrás de las perillas. Uno de esos discos que en su momento no logran demasiada trascendencia más allá de los cortes “Turn On To You” y “I Knew That Love” que funcionaron muy bien en los clubes y ahora se revaloran como un whisky añejo gracias a los arqueólogos del funk, soul y disco.
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