SOY POSITIVO
› Por Pablo Pérez
El 10 de abril fue mi cumpleaños número cuarenta y cinco. Fue una sorpresa descubrir que el cumpleaños de este querido suplemento y el mío coincidían. En la hermosa fiesta organizada en Niceto por Brandon y Soy, me encontré con la mayoría de mis amigos y amigas, entre ellxs lxs protagonistas de estas crónicas, orgullosxs de que sus historias pudieran ser leídas. L llegó travestida: los fines de semana en Nogués estaban cambiando su vida, y la Loba, hermana travesti de la Masa, le hizo descubrir poco a poco el placer de vestirse de mujer. El voluminoso tocado a la Ru Paul me causó admiración. “¡Qué buena peluca!”, le dije. “¡Es mi pelo!”, contestó orgullosa sacudiendo la melena. Pero lo que más me sorprendió fue el enroque de parejas: L estuvo toda la noche a los arrumacos con la Masa, y la mujer (¿o ex mujer?) de la Masa no se despegó en toda la noche de la Loba. “¿Qué pasó en todos estos meses?”, le pregunté a L. Me estaba por contestar, pero la borrachera nos llevó de un tema a otro como un barco a la deriva, y enseguida llegaron a saludarme mis amigos leather P y T, que me encerraron en un abrazo de cuero. “Tocá esto”, me dijo orgulloso P, llevándome la mano a su bulto. Sentí una armazón metálica... ¡tenía los huevos y la pija encerrados en una cockcage! El dispositivo de acero inoxidable con candado había sido un obsequio de Master X de Río. No visitaron absolutamente nada de la ciudad, ni del Carnaval carioca: estuvieron una semana encerrados en el dungeon del Master, donde nunca vieron la luz del sol. “Una experiencia inolvidable. Ya vamos a enseñarte lo que aprendimos...”
Ahora, reponiéndome de la resaca caigo en la cuenta de que este año no soplé las velitas, así que me corresponde todavía la formulación de un deseo. Hace poco más de dos meses se dieron a conocer resultados de una nueva vacuna para seropositivos (*). Esta vez se trata del descubrimiento por parte de un grupo de investigadores españoles y franceses del Idibaps (Hospital Clínic de Barcelona), especializados en el campo de VIH. El ensayo se encuentra en sus primeras fases y sus resultados aparecen publicados en el Journal of Infectious Diseases. En la investigación participaron 24 personas seropositivas que hasta aquel momento no habían sido tratadas. Los expertos extrajeron una serie de muestras sanguíneas con las que se fabricaron las vacunas “personalizadas”. Los pacientes mostraron un aumento de sus defensas y una significativa reducción de la carga viral (un 90 por ciento menos en ocho de los 18 pacientes tratados, a lo largo de un año). No se trata de una vacuna curativa ni preventiva pero, en el caso de funcionar, esta vacuna permitiría, “por ejemplo, para un paciente que lleve cinco años de tratamiento, que pueda vacunarse y ‘descansar’ de la terapia otros cinco o diez años”, explica Felipe García, uno de los investigadores. Y ahora sí, mi deseo de cumpleaños: que esta vacuna no sea un amague más, que funcione y que sea accesible a todxs.
* (Fuente: http://www.elmundo.es/elmundosa lud/2011/01/31/hepatitissida/1296486220.html)
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