Un ejemplo de cyborg (“organismo cibernético”) es la mujer biónica, aquel personaje de la serie homónima que luego de un tremendo accidente había sido intervenida y agraciada con un oído, dos piernas y un brazo artificiales. Cyborg es una palabra muy común en la ciencia ficción. Su uso designa a una criatura medio orgánica y medio mecánica, que ha llegado a ese mix generalmente con el fin de optimizar las capacidades del organismo utilizando tecnología artificial. Pero si viene al caso esta palabra es por el uso que la feminista Donna Haraway le da en el Manifiesto Cyborg, texto no exento de lirismo y fantasía metafórica. A partir de aquí, cyborg es una categoría para entender cuestiones de índole explícitamente política, para desarmar dicotomías dominantes como las de varón/mujer, cultura/naturaleza, humano/máquina. Según Haraway todos somos cyborgs, híbridos de máquina y organismo, criaturas de la realidad social, la medicina y la ficción, quimeras teorizadas y fabricadas en el laboratorio: la utilización de la píldora anticonceptiva, el Viagra, los arreglos con clavos y válvulas metálicas de las articulaciones y los órganos del cuerpo humano, o las prácticas SM protésicas y fetichistas son solo algunos ejemplos. El “sexo” del cyborg va contra la dicotomía, contra la heterosexualidad en una reproducción que no precisa acoplamiento, y de allí expande todas las posibilidades del uso de los placeres resistentes a la reproducción del sistema, según esta lectura. El cyborg no es un Frankenstein que espera que su padre lo salve mediante la fabricación de una pareja heterosexual. Como concepto teórico es un esfuerzo, dentro de la tradición utópica socialista, de imaginar un mundo sin géneros donde la naturaleza y la cultura son remodeladas y la primera ya no puede ser un recurso dispuesto a ser apropiado e incorporado por la segunda. Se trata de un mito que rechaza la hegemonía humana, afirma su parentesco con lo animal y rehúsa las esencias totalizantes y totalitarias para abrir de manera poética las compuertas a la libertad absoluta de la mano de visiones literarias pero posibles hoy por hoy. Según esta autora “la imaginería del cyborg puede sugerir una salida del laberinto de dualismos en el que hemos explicado nuestros cuerpos y nuestras herramientas. Significa al mismo tiempo construir y destruir máquinas, identidades, categorías, relaciones, historias del espacio”.

Para leer Manifiesto cyborg:
http://manifiestocyborg.blogspot.com/