“Soy profesional de la salud, hija, hermana, madre y amiga. Me gusta leer, viajar, cuidar de mis plantas, bailar rock & roll y compartir momentos con amigos. Detesto la actividad física y, como decía una publicidad, tengo una bicicleta fija que uso como perchero. Vivo con VIH, visito a mi médico infectólogo tres veces por año y tomo cuatro pastillas cada noche. Con esto quiero decir que el hecho de llevar este virus en mi sangre es sólo una parte de mi vida, de una vida normal que quisiera preservar. Y es por eso que decidí no firmar este libro con mi nombre real.” Así se autodefinió Harika, emocionada y con la voz temblorosa, desde el escenario donde presentó Gracias a la VIHda (Editorial Mundos, 2011), un libro de 480 páginas en letra pequeña (podría ser tranquilamente un libro de 700 páginas o más), en el que transcribe las frases que —desde el año 2003, año en que se enteró de que tenía VIH— recopiló en entrevistas, foros de Internet, congresos, simposios y cursos de capacitación sobre sida, además de frases de autores que escribieron sobre el tema, entre los cuales encontramos a Sergio Núñez, la primera persona viviendo con VIH que yo recuerdo haber visto dando la cara en los diferentes medios en la Argentina tras la publicación de su libro Vivir con sida, a Marta Dillon y su columna “Vivir con virus”, a Liliana Maresca, Carlos y Roberto Jáuregui. Desde este lugar de humildad (Harika no se considera escritora, ni periodista, sino una “coleccionista de frases”) armó este libro que puede ser leído como una enciclopedia o un diccionario, con entradas como “El anoticiamiento”, “Resiliencia: enfrentar las adversidades y fortalecerse a través de ellas” o “La visita de la cigüeña en tiempos del VIH”. El libro incluye un glosario de aclaraciones todavía necesarias: por ejemplo, el VIH no es una enfermedad sino una infección; no se contagia sino que se transmite; el término “portador” tiene una carga peyorativa y es mejor decir persona viviendo con VIH/sida.

Entre las diferentes historias, encontramos hacia el final un emocionante intercambio de e-mails entre una Harika angustiada cuando se entera de que es seropositiva con un contenedor Carlos que desde el espacio virtual la acompaña en el proceso de aceptación de su nueva vida con el virus. En este intercambio descubren que son vecinos, se conocen y arman un grupo de personas viviendo con VIH que pasa de lo virtual a lo real.

Este material recopilado hasta la obsesión, a veces algo reiterativo, resulta interesante para las personas viviendo con VIH, que podemos encontrar entre los diferentes testimonios, voces amigas con las que sentirnos identificados o con las cuales disentir y también muy útil para investigadores, médicos, asistentes sociales y coordinadores de grupos, que trabajen con personas viviendo con VIH/sida. Para conseguir Gracias a la VIHda, pueden escribirle a Harika a [email protected]