Es el lugar de la casa donde más cómoda me siento. Además es el espacio que me parece más lindo y hogareño.

1. Tacita
Es un clásico de mis cumpleaños, una herencia de mi abuela, del casamiento de mi bisabuelo. Es de porcelana alemana y me encanta. Me las presta específicamente para mi cumpleaños (que fue hace poquitos días, por eso todavía las tengo en casa). Mi abuela siempre dice que cuando ella no esté me las va a dejar, pero por ahora sólo me las presta.

2. Cajita de leopardo
El leopardo es lo que más me gusta, me encanta. Y esta caja es donde llevo mis anillos y collares (mis alhajas) como el collar que tengo puesto (regalo de mi abuela). Llevo siempre la caja cuando voy de visita a 25 de Mayo (donde nací y donde vive toda mi familia: papás, hermanos, mis dos abuelas, abuelo, etcétera). El leopardo me transmite el destino de divismo al que aspiramos todas las actrices. También lo relaciono con las mujeres audaces.

3. Vestido de lentejuelas plateadas
Es algo que siempre quise usar toda mi vida, desde cuando era muy chiquita. En esta etapa de mi vida me doy la libertad de usarlo. El tema del brillo me pierde: que me presten o regalen vestidos es lo mejor que pueden hacer para darme alegría.

4. Bolso de Louis Vuitton
Es algo que de chica quería tener y no podía y ahora puedo. Siempre que me puedo comprar algo distinto de la misma marca, me lo compro. ¡Me gustaría tener todos! Siempre me gustó hacer mis viajes con un bolso así: la marca Louis Vuitton es muy travesti. Las chicas pueden andar en zapatillas, pero siempre con algo Louis Vuitton encima (o aunque sea guardado en el placard).

5. Espejito
Puse un espejito porque es algo que jamás me puede faltar. Siempre me estoy mirando al espejo. Este siempre lo llevo a todos lados. Soy un poco obsesiva y me estoy mirando todo el tiempo al espejo para ver si tengo bien el pelo o el maquillaje. Me acuerdo que de chica me cargaban porque me la pasaba mirándome en reflejos de vidrios o espejos y me decían “dejá de mirarte”.