Como una música de fondo, como una contraseña, una serie de canciones francesas hablaron de los amores innombrables a lo largo de todo el siglo XX. Una amorosa investigación los recopiló en los dos discos de Chansons Interlopes (1906-1966, Sello Labelchanson).
› Por Alejandro Zárate
Chansons Interlopes (1906-1966) es mucho más que un álbum doble que se editó solo en Francia, es un excelente trabajo de documentación y selección de canciones con identidad homosexual, y una atenta mirada de burla e ironía a una época muy oscura y terrible para la palabra homosexual en la Francia moralista del 1900. Este proyecto está dividido en dos discos: CD 1 La Dèrisión (La burla) y el CD 2 L’Ambiguité (La ambigüedad).
La homosexualidad siempre se filtró en la canción francesa, pero sobre todo a principios de siglo se podía solo escuchar en burdeles y oscuros cabarets, en donde artistas interpretaban canciones con gestos, burlas, afeminados movimientos para la época, y en donde la misma burla en esos lugares jugaba con el gesto de una sutil complicidad entre los asistentes, o sea que no era la misma burla agresiva de la sociedad en las calles, sino que era una forma de reírse de ellos mismos. Mucho material y archivo registra esos lugares frecuentados por hombres muy elegantes que a determinadas horas, y con varias copas de champagne, hacían rodar sus miradas por las mesas.
Compositores varios surgieron en sus principios, y así por ejemplo en 1923, Gaston Ouvrard, escribió una canción llamada “Titi... Toto... y Patata!”, que marcaba la relación de un trío de jóvenes homosexuales en todo su apogeo en la París de esos años. Algunos de los cantantes que están en esta recopilación eran gays y muchos de ellos actuaban en algunos barrios marginales de París. O’dett (1934), una travesti parisina, llegó a dirigir muchos cabarets de Pigalle, donde también había varios hombres vestidos de mujeres que interpretaban muchas de las canciones que recopila este disco.
En 1934 se podía ver a Charpini y Brancato, dos hombres que toman para realizar los famosos dúos de zarzuelas. Charpini era famoso por sus dones de soprano, por lo que interpretaba los papeles de mujer. Junto a Brancato, que era su pianista, formaron este dúo que se presentó durante 10 años en el mismo lugar.
En los años ’50 había varias cantantes como Suzy Solidor o Micheyl Mick, que expresaban abiertamente el deseo de presentarse en los cabarets, porque en estos ámbitos podían interpretar canciones en donde reflejaban su atracción por las mujeres en el escenario, incluso muchas mujeres iban a escucharlas.
Solidor fue un caso emblemático. Era británica, había llegado a París y sido amante de una importante dueña de un anticuario, y luego trascendió con sus canciones y su pelo rubio cortado a la melena que la llevaron a ser símbolo de la elite artística de los años ’20. Ella cantaba temas que no especificaban el sexo al que estaban dirigidos como “Obsession”, que está también en esta recopilación y en la que más jugada canta: “Abre tus brazos para abrazarme, abre tus pechos para plantarme allí”.
Cantantes como Charpini o Solidor, llegaron a comprar los mismos bares en donde trabajaron (Chez Charpini y La Vie Parisiense, respectivamente), y por muchos años los mantuvieron, y hoy algunos de ellos todavía existen con diferentes nombres en París.
Mucho sirve para tener una cabal idea de cómo era todo este movimiento “subterráneo” de la canción picarescagay de la época, leer los textos y ver las fotos que ilustran el cuadernillo que los acompaña, clásicos anuncios, publicidades en los diarios, fotos de muchos de estos cantantes, con vestimentas por demás llamativas, o mujeres con trajes e impronta masculina, o imágenes de bailes entre caballeros en fiestas de Carnaval y sus atuendos bien provocativos para la época: disfrazados, trasvestidos, qué más da.
A este proyecto discográfico lo recopiló Martin Penet, con la ayuda de la Mussette Gay Asociasión, que es una agrupación en donde estudian la subcultura gay de antes de los ’70, la cultura subterránea de las distintas épocas: donde se reunían, vestían, los hábitos de cada momento y el activismo político.
Esta minuciosa selección e investigación llevó a Penet a descubrir perlas musicales, joyitas que se creían perdidas o canciones pasadas por alto por el común de la gente; estas canciones no eran “gays” a simple escucha, tampoco en sí mismas, pero todas tienen un vocabulario con expresiones procaces de la época la mayoría de las veces desconocidas, porque no habían tenido el honor de las reediciones en vinilo o en CD. Dice el propio Penet: “Se trata raramente de canciones homosexuales, hablando con propiedad –la palabra jamás aparece por otra parte en ningún lugar antes de 1970–, pero más bien se habla de canciones cómicas, a veces hasta picarescas, utilizando el estereotipo del loco, o describiendo situaciones que se enmarcan sobre la apariencia de la ambivalencia. Las canciones lesbianas, mucho menos numerosas, hacen excepción por una tonalidad más grave y más sensual, a menudo con palabras de doble sentido”.
Estos dos CD tienen como antecedente una edición del mismo Penet que reunía solo temas de 1908 a 1955 y que en su presentación en 1997 con mil ejemplares se agotó rápidamente. Los pedidos y el descubrimiento de más canciones con esta simbología lo hicieron redoblar la apuesta, ampliar los años de la recopilación, buscar más registros no sólo para el oído sino también en el cuadernillo que los acompaña, y relanzar estos dos discos con mejoras en las restauraciones sonoras.
En el CD La Dèrisión, encontramos canciones interpretadas por Juliette Grèco (1963), Pierre Provence (1960) y grabaciones digitalmente remasterizadas de la travesti O’dett (1936), como también varios temas interpretados de Charpini y Brancato (1953). En el segundo CD, L’ Ambiguité, encontramos a Maurice Chevallier (1920), Suzy Solidor (1934), Colette Mars (1949), entre muchos otros.
Recordamos, porque es muy importante, que el disco viene con un librito, suerte de archivo exquisito con afiches de shows, tapas de discos, fotos de artistas, dibujos, caricaturas y mucha información. Como dijimos, Chansons Interlopes (1906-1966) se editó sólo en Francia, pero se puede conseguir a muy buen precio en Amazon.
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