SOY POSITIVO
¡Eureka!
Por Pablo Perez
Durante la Nochebuena de 1971, en la hermosa casa de dos plantas del barrio de Flores donde vivían mi tía Beba con su marido y sus dos hijas, además de mi bisabuela y su comadre, esperábamos la llegada de Papá Noel. Me encantaba ir ahí; en la casa había muchos rincones para explorar y en el patio una escalera que conducía a un cuartito donde una de mis primas había pintado un mural con todos los personajes de Mafalda. Cuando subí a verlo me encontré con una montaña de regalos y, de-sesperada, mi prima vino a buscarme. “¿Qué son todos estos regalos?”, le pregunté. Mi prima, que a sus 16 años demostró una gran habilidad para salir de la situación, me explicó que la tía Beba trabajaba envolviendo regalos para un negocio. En el momento le creí. La ilusión de Papá Noel duró lo suficiente como para disfrutar de esa Navidad. Sólo con el paso de los días fui cayendo en que se trataba de una mentira y me di cuenta de que Papá Noel no existía, descubrimiento que supe disimular muy bien hasta la Navidad siguiente.
Hace pocos días, buscando tema para escribir este Soy positivo navideño, encontré en el blog Cuidate en positivo una foto que nunca había visto: la foto del VIH. Hasta el día de hoy, muchos negacionistas del sida siguen afirmando que el VIH no existe y yo mismo dudé hasta ver esta foto, que acompaña el discurso pronunciado por Luc Montaigner, “25 years after HIV discovery: prospects for cure and vaccine”, cuando fue distinguido el 8 de diciembre de 2008 con el Premio Nobel de Medicina.
Fui escéptico durante muchos años sobre la eficacia de los tratamientos y me negué a tomarlos durante más de seis años, hasta que mi salud estuvo en riesgo y no tuve otra opción. Cuando converso con mis amigos que también toman el cóctel y gozan de buena salud, y repaso la lista de los amigos que nunca quisieron tomarlo y murieron, me convenzo de que, con sus pros y sus contras, la medicación es eficaz. No por eso dejo de pensar que se trata de un gran negocio de la industria farmacéutica, ni niego los casos de personas que sin tomar medicación están bien. Algunos negacionistas tienen argumentos más convincentes que otros y siempre me gusta escucharlos y considerarlos. Me parece importante que, más allá de dónde nos situemos respecto de los discursos hegemónicos, nos mantengamos siempre informados y compartamos nuestras dudas y nuestras convicciones. Y a riesgo de decepcionar a algunos, así como cuando nos enteramos de que Papá Noel no existe, quiero compartir con ustedes esta foto del virus del VIH, que sí existe. ¡Feliz Navidad!