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Nigeria

No hace falta que el parlamento apruebe las sanciones que tiene previstas para que el país africano confirme su lugar estratégico en el top ten homofóbico. Pero sí se ratificaría aún con más fuerza este carácter si se sanciona una de las leyes antigays más duras del planeta. La propuesta, con amplio consenso, incluye diez años de cárcel por vivir con alguien del mismo sexo, otra década en la sombra por apoyar o participar de las marchas del orgullo y catorce años si una pareja del mismo sexo se casa. El apartheid contra la diversidad goza de buena salud en la mayoría de los países del continente que tienen leyes para criminalizar a sus ciudadanos en función de su orientación sexual. La homosexualidad en la zona oeste se considera un crimen serio desde el dominio colonial británico y en el norte islámico de ese país las relaciones entre hombres se castigan con 100 latigazos (para los solteros) y con cárcel y/o lapidación para los casados. El proyecto de ley en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo prohíbe las manifestaciones públicas de cariño y la “asociación ilícita” de agrupaciones que incluyan demandas pro diversidad. Y va por más: también se castiga con cinco años de cárcel a quien tenga un vecino o un amigo gay y no lo delate a la policía.

Uruguay

El matrimonio igualitario, que cuenta según las últimas encuestas con un 53 por ciento de apoyo popular, se convierte en una nueva conquista LGBT del otro lado del río. El 12 de diciembre pasado, la Cámara de Diputados le dio media sanción con una mayoría arrolladora: 81 votos positivos de un total de 87. Al cierre de esta edición se esperaba para el 26 que el proyecto –que tiene fuerte apoyo del Frente Grande y de varios legisladores de la oposición– se aprobara transformando a Uruguay en el segundo país latinoamericano en sellar la igualdad para todas las parejas y familias, y en el número 12 en el mundo. El artículo que más discusión generó fue el que prohibía a lxs hijxs adoptivxs de parejas homosexuales conocer la identidad de sus padres biológicos. Finalmente, ese punto sólo contará para niños y niñas concebidxs por el método de fecundación in vitro. Además, el impulso del reconocimiento de derechos para la comunidad LGBT abre camino para ampliar los de la comunidad entera porque la ley que habilita a los matrimonios gays a elegir el orden de los apellidos de sus hijxs extiende esa posibilidad ahora, también, a las parejas hétero.

Estados Unidos

Después de haber sido acusada de ser la mayor responsable de desencadenar la ira del huracán Sandy y de otras catástrofes naturales, la comunidad LGBT fue de nuevo chivo expiatorio de predicadores. Fue James Dobson, el fundador de Enfoque a la Familia –un grupo conocido por sus campañas rabiosas contra el aborto– quien culpó a gays, lesbianas y trans por la masacre de la primaria Sandy Hook ocurrida el 14 de diciembre. El episodio, según el líder evangélico, al parecer no tendría nada que ver con la fiebre belicosa del Tío Sam sino más bien con el actual apoyo del presidente Obama a los matrimonios entre personas del mismo sexo. Cinco días antes de esa matanza entró en vigor una ley que da luz verde al casamiento igualitario en Washington, ese estado se convirtió así en el octavo en aprobarlo y la tendencia va en aumento. Barack Obama se mostró a favor del matrimonio gay y considera discriminatoria la ley federal, creada en 1996, que sólo reconoce el casamiento entre un hombre y una mujer. Así lo adelantó en su campaña y lo expresó, sin medias tintas, el 12 de diciembre en una entrevista con el editor de Time.

Francia

Luchando por la ley de Matrimonio Civil, dos novias de blanco y a los besos desfilando desde la plaza de la Bastilla hasta el Palacio de Luxemburgo componen la postal que acaparó la atención de muchos medios el 15D, cuando miles de manifestantes –con consignas como “La igualdad de los derechos no es una amenaza” o “Solteros, héteros, pero solidarios”– coparon distintas ciudades francesas en apoyo a la reforma “Matrimonio para todos”. El objetivo era presionar a la mayoría de izquierda del Parlamento para que en enero cumpla con su promesa y también contestarles a las manifestaciones, también numerosas, encabezadas por jerarcas de la iglesia y algunos líderes de ultra derecha. A fines de noviembre, el presidente francés, si bien aprobó el proyecto, sembró cierta desconfianza cuando adelantó que se tendrían en cuenta las “objeciones de conciencia” de aquellos que, como el alcalde de Meaux, Jean-François Copé, amenazan con que en sus territorios no permitirán jamás “bodas homosexuales”. Se espera que el avance no se quede a medio camino: el proyecto no cubre todas las expectativas de las organizaciones, sobre todo porque no incluye el derecho a la procreación asistida para las lesbianas, uno de los puntos que se tratarán en el debate parlamentario. Mientras, los números tienen bastante para decir sobre el clima de debate: el 60 por ciento de los franceses está a favor del matrimonio para todos, aunque el progresismo merma cuando se les pregunta sobre el derecho a la adopción. A medida que se acerque el día D, se seguirá caldeando más y más el invierno europeo con las manifestaciones ya pautadas; la de los opositores (para el 13E) y la de quienes están a favor de la igualdad (el 17D).

Cuba

Este año se eligió en la isla a la primera transexual concejala. Se llama Adela Hernández y formará parte de las Asambleas Municipales del Poder Popular como representante de su localidad (Caibarién). “Mis dos oponentes ya eran funcionarios de esa Asamblea y yo soy de la calle, un homosexual abierto que siente como mujer desde que nació y se inyecta hormonas femeninas desde hace tres años”, fue lo que dijo Adela sobre su victoria. No es una recién llegada a la política, sino que lleva 28 años como presidenta del Comité de Defensa de la Revolución local. Más allá de este episodio, tal vez el dato más pesado del balance LGBT cubano sea que el año legislativo concluyó sin que se pudiera tratar el nuevo Código de Familia que incluía el proyecto de ley para las uniones igualitarias. Mariela Castro (hija de Raúl, sexóloga y una de las figuras fuertes que, junto al activista Francisco Rodríguez Cruz, impulsan el proyecto en el marco del partido único) dijo en mayo pasado que su padre apoyaba la idea de legalizar las uniones homosexuales en Cuba dando vuelta la página a la persecución de los homosexuales en la isla. Pero sus pronósticos fallaron. Este fin de año, que no le ha dado demasiados motivos para descorchar a la comunidad LGBT cubana, no alcanzó para desanimar a Castro hija (que también es directora del Centro Nacional de Educación Sexual) para quien su pueblo “está más preparado para realizar cambios revolucionarios de lo que podemos imaginar”. Mientras, los casos de homofobia siguen proliferando, como el de Nora Carmen Velázquez, la maestra a la que hace pocos días le quitaron su cargo, acusada de mantener relaciones lésbicas con una colega.

Uganda

Tristemente célebre, Uganda está en el podio de la lista del terror. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga (que recientemente recibió la bendición de Ratzinger), planeaba entregarles a todos sus compatriotas un –según sus propios dicho– regalo de Navidad muy particular. Se trata del proyecto de ley que el grupo de legisladores que comanda esta dama de hierro presentó en 2012 para hostigar aun más a la comunidad. La ley castiga con pena de muerte los casos que considera de “homosexualidad agravada”. El Comité de Asuntos Legales del Parlamento le dio su OK, aunque lo suavizó eliminando la pena de muerte. Sin embargo, los deseos navideños de Kadaga no podrán cumplirse pronto ya que el debate quedó fuera de los órdenes del día hasta nuevo aviso. El primer ministro ugandés tomó alguna distancia del asunto argumentando que no tiene mucho sentido sancionar una ley para prohibir lo que ya es ilegal en su país. Y tiene razón: Uganda se lleva el premio mayor en homofobia social y legal. Sólo para nombrar algunos ejemplos, podrían mencionarse historias como la del activista David Kato (asesinado en enero de 2011), la lista de los cien ciudadanos gay publicada por la Rolling Stone local con nombre, foto y bajo el título “A la horca” y el paso a la ilegalidad de las 38 organizaciones que trabajaban a favor de los derechos LGBT.

Suiza

Se revisa ley de adopción. El matrimonio aún está en veremos. La tierra de la neutralidad es otro de los países que, en el balance de marchas y contramarchas del año, quedarán del lado más feliz. Al margen de que allí el matrimonio igualitario todavía está pendiente, la nueva es que están siendo revisadas las leyes que les niegan la adopción a las parejas del mismo sexo que tienen tramitada la unión civil. El Consejo Nacional (la Cámara baja del Parlamento) levantó el pulgar (con 113 votos a favor sobre 64 en contra) para que, dentro de las parejas gay, uno de los dos pueda adoptar a los hijos del otro. Lo hizo a partir de una solicitud respaldada por casi 20 mil firmas. Si bien este resultado, en realidad, es una versión descafeinada de la propuesta original hecha en marzo (que iba por la adopción plena), se trata de un paso más a favor de la seguridad jurídica de las familias monoparentales y monomaternales y se calcula que se beneficiarán entre 6000 y 20.000 niños y niñas. Se espera que pronto la Cámara alta también vote a favor. Lo curioso del caso (y tal vez el argumento más eficaz utilizado por los partidos que apoyan la reforma, es decir, los socialistas, los verdes y los verdes liberales) es el absurdo de la legislación actual: según ella, está permitida la adopción para gays y lesbianas mientras sean solterxs (las personas solteras pueden adoptar cualquiera sea su orientación sexual) pero no para una pareja del mismo sexo que ya haya tramitado la unión civil.