Viernes, 25 de octubre de 2013 | Hoy
MI MUNDO
Mujeres que muestran todo. Un público que las ve más desnudas de lo que están y ve hombres donde no hay. Moira Finucane, una de las creadoras y protagonista de un excitante dragueo, cuenta qué tienen adentro de su Glory Box.
Ya se fueron, vinieron por el FIBA y quién sabe si las volveremos a ver. El show, Glory Box, creado por dos australianas, Moira Finucane y Jackie Smith, ya tiene casi 10 años y se nota. Al público arty y también al progre local le habrá recordado demasiado a las ocurrencias y desviaciones del under de los ’80 y a los pajeros típicos del mundillo burlesque que compraron entradas, sobre todo en la parte de arriba y bien oscurita de La Trastienda, se les habrá hecho un nudo allí abajo. “Me acuerdo de que cuando lanzamos por primera vez este show había un gran grupo de hombres de negocios que gritaba y era obvio que esperaba ver un show de strip. La actriz que tenía que salir primero vino a decirme: ‘Hay un grupo de hombres que vinieron a otra cosa’, y yo le dije que se despreocupara, que no importa para lo que habían venido, que se irían con algo más. Sinceramente en ese momento no sabía qué iba a pasar; cuando terminó, este grupo de hombres se acercó para hablarme de un número que hago yo con un vestido negro tapada de los pies hasta el cuello (no estuvo en estos shows); es una pieza victoriana sobre deseo y sufrimiento. No es sexy, es increíblemente triste, y lo amaron”, cuenta Moira Finucane , la que elegimos para entrevistar por su increíble personaje de Romeo que hace dragueada con prácticamente nada de maquillaje, pura actitud. Mujeres (cantantes, acróbatas, bailarinas y actrices) que más que en bolas se diría que muestran tetas y concha (con pelitos). Pero el público no ve mujeres, ve travestis en algunas, ve hombres en otra, ve lesbianas en algunos gestos, ve cosas raras. Cuerpos trabajados, hermosos, pero no esculpidos para dar con las medidas modelo. Algunos de ellos ostensiblemente por fuera de la línea estricta del peso y de la edad. ¿Qué es lo que parece raro? ¿Qué es lo que turba los sentidos? El desnudo, la sensualidad con la disolución de los géneros parece un batido que vuela la cabeza aun hoy. La diferencia con cualquier espectáculo de strip, donde las mujeres cumplen con el cliché, es aplanador, y si algo demostraron estas señoras es que la turbación hace avanzar las mentes mientras las mentes parecen estar en otra cosa. ¿Existirá por estas tierras un grupo semejante? Ojalá se arme pronto. Aquí, para los que las vieron o las busquen en YouTube, algunos pensamientos de trastienda, reflexiones de la voz de la experiencia para recortar y pegar.
–Y hay tanto más que podríamos hacer y que nos gustaría hacer... Sí, estamos muy comprometidas con la imagen de la mujer, que no es un tipo de mujer, ni una edad de mujer. Este show es sobre belleza, alegría y deseo. Si hacemos un show sobre belleza, alegría y deseo con chicas de 20 años con cuerpos “perfectos”, estaríamos diciendo que es allí donde yace la belleza y no sería cierto; tampoco es que el show dice “yo tengo derecho de ser sexy aunque soy vieja”. Cada pieza del show que seleccionamos con Jackie, ya sea las que ayudamos a armar, las que armamos desde cero, o las que simplemente supervisamos, todas tienen una visión particular de la artista que la representa. Lo que uno ve no es sólo mujeres de diferentes edades y tallas, sino que también se ve su propio corazón en su propia edad y lo que ellas quieren expresar, lo cual va a cambiar en el tiempo seguramente.
–No pelea. Yo acuerdo con los que se quejan de la queja y opinan que para crear un cambio uno tiene que gastar toda su energía creando lo nuevo y peleando con lo viejo. Este show no dice: “Tengo permitido ser sexy”, sino que crea lo que quiere crear, y la gente lo comprende, aunque si antes del show leyeran una sinopsis, tal vez dirían que suena demasiado fuerte o rebuscado. Estuve buscando en el diccionario la palabra seducción, que también tiene una connotación negativa que tiene que ver con persuadir a alguien para que haga lo que uno quiere, pero una de las definiciones era “asistir a alguien para que pueda sobrellevar sus propias preocupaciones”, lo cual es increíble.
–Romeo fue creado muchos años atrás, en 1994 y todavía sigue siendo muy apuesto, está envejeciendo muy bien. Cuando yo creé a Romeo, estaba interesada en el género como algo que uno se puede simplemente poner, por lo tanto su traje sería su género. Pero cuando Romeo se desviste, y se nota que claramente no es un hombre, su género no cambia. Una de las primeras veces que lo interpreté fue en un club del under de Melbourne, y la gente no lo podía creer, los únicos que hacían esos shows eran las drag queens. Incluso viendo que yo tenía el cuerpo de una mujer seguían insistiendo en que era un hombre. Romeo es tan convincente en su género que ya no importa qué cuerpo tiene. Romeo es una pregunta muy interesante sobre el género y sobre el deseo. Recuerdo algo muy lindo que me pasó en una de las presentaciones. Un grupo de chicas que vieron el show y me decían “era tan lindo, y luego me di cuenta que era mujer... pero sin embargo todavía me gustaba”. Mucha gente me dice que mi cuerpo se ve completamente diferente cuando hago a Romeo; supongo que es por el género y la confianza; de hecho, una vez que inventé el personaje, muchos de mis personajes femeninos tomaron más confianza, se hicieron más poderosos.
–Para crear a Romeo miré a muchos hombres, y es muy parecido a uno de mis primeros novios. Un estereotipo del levantador, nosotros le decimos semental italiano. Es un personaje muy reconocible, porque es un estereotipo muy común del hombre divertido, muy canchero y levantador. Todos hemos conocido a uno de esos, y nos hemos enamorado también.
–Es gracioso, porque no todo el mundo en nuestro show está desnudo y no hay tantos desnudos, pero uno piensa que sí, tal vez porque no está acostumbrado. Para mí el desnudo no pasa por mostrarse sino por hacer una declaración, porque en nuestra cultura una mujer desnuda se ve como vulnerable y como un objeto. En nuestro show, ni una cosa ni la otra. Cuando el desnudo aparece en nuestro show, tiende a hacerlo sobre la verdad y sobre el poder y sobre el corazón: “Acá estoy, como una persona, frente a ustedes como público”. O en el número en el que mi personaje come y se mancha el vestido: el mismo se vuelve algo accesorio e innecesario cuando termino de comer, es simplemente una servilleta, por lo tanto se puede deshacer de él sin problemas.
–Ciertamente hubo algo de esto cuando lo empezamos, ya que en nuestro país eran drag queens las que lo hacían; y luego en Edimburgo nos pasó algo que me hizo pensar mucho: pensaron que todas éramos hombres. Incluso viendo cuerpos voluptuosos y claramente femeninos, insistían en que estaban viendo un show en el cual no había ninguna mujer. Me pregunté por qué. Y luego me respondí: porque todas en el escenario son muy poderosas y es al hombre al que se lo relaciona con el poder. Es verdad que hay una intención de jugar con la travesti, por ejemplo en el número en que la actriz está desnuda y cubierta sólo con un collar de perlas que va destruyendo, juega un poco a confundir, ya que utiliza un maquillaje de drag queen que hace un intertexto con una época en Australia en que las mujeres comenzaron a draguearse en los pubs del under, lo cual me resulta un intertexto muy interesante. Pero creo que es más sobre el poder en el escenario, y reconocer el poder que sucede ahí arriba. Yo creo que es un show que derriba las ideas preconcebidas sobre los géneros, y el cómo y quién debe hacer tal cosa.
–Intentan encasillarnos, pero nosotros no lo necesitamos; no hay que tenerle miedo a quien uno es.
Informe: Clara Izaguirre
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