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Gloria Carrá se entrega de nuevo al amor entre mujeres. Esta vez en la serie Sres. papis. ¿Cuán aceitada está la pantalla local para visibilizar una historia que escapa del cliché de un final tras las rejas o bajo tierra?
› Por Adrián Melo
Es redundante afirmar que las luchas de las mujeres suelen ser más tortuosas que las de los hombres. La novela Carol, de Patricia Highsmith, publicada en 1948, fue una de las primeras en tratar amores lésbicos en su trama principal y con final feliz. Pero para conseguir la felicidad, Carol y Therese, las dos protagonistas, deben subirse a un automóvil armadas hasta los dientes y recorrer Norteamérica, anticipándose casi medio siglo a Thelma y Louise.
No sólo en la ficción literaria, también en la cinematografía, la forma más recurrente de retratar a las lesbianas fue como delincuentes. Como señalan Fernando Martín Peña y Natalia Taccetta en su artículo “El amor de las muchachas”, que analiza las películas argentinas que retratan amores entre mujeres –partiendo de films tales como Mujeres en sombra (Catrani, 1951) o Deshonra (Tinayre, 1952)–, la representación fílmica de lesbianas nace de la mano del cine de cárcel de mujeres. Parecía haber entre ellas una pedagogía moralizante: si la mujer es lesbiana, merece estar entre rejas. El mismo lento y largo camino parece seguir la representación de las lesbianas en la televisión argentina. Si hubo que esperar hasta el año pasado para que una historia de amor gay fuera la central en una novela diaria prime time, seguramente habrá que esperar mucho más para una historia de amor lésbica. (Al menos tuvimos 23 pares, el unitario de 13 capítulos que retrataba el amor entre mujeres ya no desde una perspectiva y mirada masculinas sino desde la de Albertina Carri y Marta Dillon.)
En este sentido resulta importante la inclusión de amores lésbicos en la telenovela de Telefe Sres. papis. En ella, Carla de Leone (Gloria Carrá) está casada con uno de los papis, Favio (Luciano Castro), su único hombre y un verdadero troglodita cuyo universo parece reducirse al fútbol y a atender la pizzería que fundó su padre. La serie empieza con la crisis matrimonial. Se sabe que, hace dos años, Carla comenzó a correr como una manera de salir de su casa y tener un espacio propio. Y al liberarse se enamora de una compañera de running devenida amiga y luego amante, Andrea (interpretada por Magela Zanotta).
La historia de amor entre mujeres asoma por ahora tímida, conflictiva y dulcemente. Carla se está separando de Favio y recién esta semana le confesó que está enamorada de otra mujer frente a la mirada atónita e incrédula del marido. Cuando deciden acudir juntos a una terapia de pareja, Favio termina la sesión golpeando al terapeuta. El drama está bien diseñado y seguramente da cuenta de un tipo casi ideal de matrimonio infeliz basado en la represión de la pasión de la mujer y de un joven amante, pero incapaz en su simpleza de comprender el corazón femenino. Porque, a su manera, Favio ama a Carla. Pero como en la magistral Las horas, escaparse del rol asociado a la mujer parece para Carla la única manera de supervivencia.
Es interesante que Gloria Carrá se ponga, una vez más, en el papel de lesbiana. Sus diferentes representaciones a lo largo de más de doce años dan cuenta también de diferentes imaginarios circulantes sobre el lesbianismo. En 2001 interpretó a Romina, la pareja de Sofía (Florencia Bertotti) en Culpables y se dieron un beso apasionado que hizo historia en la televisión, aunque el amor resultara finalmente fallido y pasara a integrar el libro de los amores desdichados presente en la mayoría de las representaciones lésbicas. En 2006 interpretó a Delia, “la Colo”, la amante de Elvira (Emilia Mazer) en el capítulo Hermanas de sangre de la segunda temporada de Mujeres asesinas, en donde terminaban las dos amantes planificando y ejecutando el asesinato de un hombre golpeador. Y en Tiempos compulsivos (2012) interpretó a Teresa, una de las pacientes que realizaban terapia grupal y que sufría un trastorno de personalidades múltiples que la convertían invariablemente en Matilde, una ninfómana compulsiva, o en Caty, una inimputable y combativa lesbiana con una fijación amorosa con Inés (Carla Peterson).
Las escenas de pasión y sexo más jugadas de Gloria Carrá como lesbiana fueron, sin dudas, las que tuvo en su personaje de mujer asesina con Emilia Mazer. Y en segundo lugar, como la Caty de Tiempos compulsivos. Aún no se vio –como amerita una relación amorosa que está comenzando y que le hace abandonar a su marido– carne, sexo y pasión en su nuevo desafío como Carla, la mujer que elige vivir. Quizás haya que pensar menos torsos desnudos de los señores papis y más sexo y amor entre mujeres, que no abunda. Sería triste que la televisión argentina dejara como registro que, tal como dijo la reina Victoria, “las mujeres no hacen esas cosas”. O que para ser una mujer lesbiana, apasionada y sexualizada haya que ser asesina, delincuente o tener trastornos de personalidad.
Sres. papis. De lunes a jueves a las 22.45 por Telefe.
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