De todo menos besos –no vaya a ser que la gente se confunda– es lo que se ve entre Rihanna y Shakira en el video promoción del último disco de la colombiana. Con millones de non sanctas visitas, YouTube arde como el infierno.
› Por Paula Jiménez España
Aquí no hay apología del lesbianismo, como pretende argüir el político Marco Fidel Ramírez para prohibir este video: aquí HAY lesbianismo. En “Can’t Remember Forget you”, el clip promocional del disco homónimo de Shakira –que saldrá a la venta recién a fines de marzo bajo el fogoso signo de Aries– se la ve junto a la barbadense Rihanna en una actitud que no es precisamente la de defender el amor sáfico mediante un alegato –eso sería apología– sino algo bastante más sexual: ambas están despechugadas y acostadas en una cama, tocándose la cara, las piernas, el culo. Acto seguido, la novia de Piqué (que opina que Rihanna es la chica más sexy del mundo) aparece rasgando furiosamente una guitarra con el pelo salvaje y enmarañado, sobre una escenografía que podría simbolizar el rojizo y húmedo infierno que es, por supuesto, ese lugar a donde nos llevan la pasión y el pecado si cedemos ante ellos. Una serie de flashes atraviesan la escena de Shakira descajetada: son ella y su tatuada chica bien juntitas. En este punto la cosa está que arde, pero no vemos, no veremos nunca a lo largo del clip eso que Madonna, pionera en el rubro, no se privó de mostrar junto con Britney Spears o con Cristina Aguilera y que desde entonces no falta en la estética video-chica-pop. Sí, ese gesto escandaloso que Britney Spears tuvo con Milley Cirus y que es el mismo que Milley Cirus tuvo con una de las bailarinas de ballet de Spears o con todas: un beso. Un simple y sencillo beso que el director de “Can’t Remember Forget you” escatimó injustamente a la población. No obstante, cuando se las ve girar sobre el edredón rayado, entrelazarse y acariciarse con sus larguísimas uñas, no nos cabe duda: se trata de una escena lésbica. Más claro echale agua, toda el agua que se necesite para apagar ese incendio que ya lleva más de 66 millones de reproducciones en YouTube.com y que parece, sobre todo, haber prendido fuego la cabeza santurrona del mentado concejal evangelista. Con ese inmerecido nombre de comandante, Marco Fidel es, a todas luces, un señor oportunista que logró con un solo movimiento de piezas que su nombre figurara en portales de todo el mundo para los que ha declarado que la del lesbianismo no es la única apología que le quita el sueño: también está la del tabaco, pues las chicas aparecen quemando un par de puros entre sus impuros labios, y la del asesinato y el robo, ya que la letra de la canción dice “mataría y robaría por este chico”. Y éste es un punto a destacar: la letra de la canción entra en contradicción con la narrativa visual y el objeto de amor termina siendo, inesperadamente, masculino. Yo más bien estaría preocupada, si Marco Fidel fuera, por el uso que los publicistas siguen haciendo del lesbianismo para vender cualquier cosa, hasta una canción de amor entre una mujer y un hombre. De todas maneras, digamos que las imágenes son tan obvias que una se termina olvidando de qué va la letra. Seguramente esto es lo mismo que le pasó al concejal evangelista, quien no puede recordar olvidarse del asco que las chicas le producen. Pobre hombre. ¿Veinte gotitas de Reliverán?
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