PD
Me topé con el/la Soy de casualidad y desde ese momento los viernes es lectura obligada en el tren rumbo a Tigre cuando salgo del trabajo en el Centro, suerte de fanzine “producido”, bitácora y de alguna forma diario “íntimo/público” de cómo te dejan vivir en este país. Leyendo, reconocí situaciones todas y creo que el grano de arena que uno puede aportar con el “proyecto Soy” es dejar de ser hipócritxs o más papistas que el Papa.
He sido lo que he querido, lo que no he deseado y lo que me dejaron ser, fui desde un nerd aplicado hasta un punk detestable, desde drag-trash hasta un chaiser bear-lover. Ser abierto, “vivir y dejar vivir”, aceptar y respetar a cada expresión es un duro trabajo, por eso quizá la gente elige el camino fácil de no autocriticarse, el ejercicio de la empatía cuesta, pensar que el otro sufre, ama, tiene metas, desea y sueña como uno mismo, no basta con reconocer el derecho y etiquetar (por esa costumbre de que aquello sin nombre no existe) sino que hay que darle lugar y reconocimiento al doble esfuerzo que tiene todo trabajo desde un lugar de ser poco convencional y extremo. (...) El trabajo es doble cuando se tiene inclinaciones hacia el arte con compromiso social; si quien lo articula con la sociedad es gay, entonces triple esfuerzo; si además se es pobre, feo o difícil de pagar en cuanto le hablen de transar su creación, será un loco y morirá en el intento.
Cuando uno expresa lo que siente, que no es a los ojos de los demás políticamente correcto y si lo es, pónganle un cierre en la boca, cómo va a contar que luego de un año, sin casa ni trabajo, acepté filmar una peli porno, o que cuando performer a lo Marilyn Manson junto a Mariana Komando completaba el grupo Lady Chicken (una gallina muerta), así fue en el Rojas. Rescatado siempre por amigos y aplaudido por los pares de turno, amigos o no, hoy empleado administrativo al borde de una depresión crónica. Las últimas dos puertas que golpeé sin suerte vienen a cuento por la publicación anterior, el Festival Diversa de Cine, que propone cada año se acerquen artistas para su galería de arte, no sé quién es el curador, mas ahora aclaran que no se presenten obras pornográficas, ni con contenido sexual explícito (¿?). Me hacen acordar a los gays que critican que vayan travestis semidesnudas a la Marcha del Orgullo, ahora entiendo por qué no me contestaron cuando mandé el mail, buscarán quien pinte nenas tipo Sarah Kay, tomadas de la mano, para proyectar luego un documental sobre la elección de Mr Leather en California, buenísimo por cierto, pero explícitamente sexual al igual que los espectadores que yiraban en el hall del cine, seguramente Tom de Finlandia hubiera sido un pianista en alguna casa de venta de instrumentos hasta su hora final si hubiera sido Tomás de Argentina. Me jugué y fui al Club de Osos de Buenos Aires, donde desde que llamé para concertar una entrevista me quisieron levantar, la parte directiva de entonces dejó mucho que desear en cuanto a modales y buen trato, cuestionando por qué me presentaba ahí, si era socio, o qué oso fue pareja mía, novios fueron dos y ni siquiera sabían que eran osos. Por favor, ¿es tan difícil? Dibujo osos, creo que es el lugar, no los ofrecería como estampitas en una iglesia.
Dejemos de ser hipócritas alabando al que llega de afuera, acá hay mucho y bueno, luego llega el reconocimiento, tarde o nunca, nombres como Batato Barea, por ejemplo, Daiana Diet, la gorda que sí era equiparable en todo a Divine, ahora Towa Ginger Dj y drag queen como Boy George, y para hablar de poof, por favor, La Berta o Pablo Pink, Mariano no era el que sobresalía por su imagen, sí por lo malo, y le decían entre ellos “Mariano te odio” y no el buitre por quedarse con todo el material.
Me despido y quien quiera ver qué hago o hice puede sacar sus conclusiones en www.wayne-inc.deviantart.com
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