Vie 20.03.2015
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Juan Castro y Pablo Silva adoptaron a dos hermanitos, Batista y David. Se trata del primer caso en el país en el que un matrimonio de dos varones obtiene la tenencia total de dos niños judicializados. La historia fue documentada por una muestra fotográfica que captura algunas escenas de este hogar copaternal.

› Por Matías Máximo

Batista tiene once años y David trece. Vivían en Misiones con su mamá, hasta que ella enfermó y pasó varios meses en un hospital. Cuando murió, sin la posibilidad de estar con otros familiares, los chicos fueron al hogar de tránsito Pequeños milagros, donde estuvieron juntos hasta que Batista fue a vivir con una mujer que lo tuvo nueve meses lejos de su hermano, mientras que el deseo de la madre era que permanecieran juntos. La mujer, una abogada, sólo quería la tenencia de uno, del más pequeño.

“Hubo un montón de casos de adopción de niños judicializados, sin ningún tipo de dificultad. La diferencia con otras adopciones es que ésta es la primera vez que le dan a un matrimonio de dos padres la tenencia total”, dijo a Soy Pablo, que vive en Tierra del Fuego, en una casa donde son todos hombres y se turnan en las tareas: él y su esposo Juan, junto a David y Batista, ponen la mesa, riegan, hacen la tarea.

¿Cómo se enteran de David y Batista, viviendo en la otra punta del país? –Eramos padrinos de ese hogar. Con Juan nos casamos en 2011. Empezamos a hacer actividades sociales, porque haber venido a Tierra del Fuego nos dio una prosperidad y una felicidad tal que queríamos devolverle al país algo de lo que nos estaba pasando. Buscamos dos hogares en Misiones para apadrinar –dice Pablo.

Desde entonces y durante cuatro años todas las vacaciones de Juan y Pablo se transformaron en visitas a Misiones, para pasar un tiempo en cada hogar. Cuando no podían viajar, juntaban ropa y útiles y los mandaban. Cuando el registro único de adopción les dio el ok, ya tenían un vínculo con David y le preguntaron si quería ser su hijo. El dijo que sí pero con una condición: era ir con el hermano o nada. Pablo cuenta que ni lo dudaron: “Hicimos el pedido en Iguazú para pedir la guarda, aunque Batista no estaba en el hogar. El estaba en una situación bastante irregular con la abogada que lo tenía. Nos dieron audiencia el 3 de agosto de 2013. Lo primero que hizo el juez fue tomarle declaración a David. Escuchó que quería estar con su hermano, estudió la situación y 20 días después citó a la abogada que tenía en custodia a Batista, para tener una audiencia en la que también estábamos nosotros. En esa entrevista se produce el encuentro entre ellos dos, después de nueve meses, y fue muy fuerte”.

La abogada que tenía a Batista era una colaboradora del hogar que se peleó con los administradores y sustrajo al nene, a la vez que presentó en Posadas un amparo de persona para que no la citaran por apropiadora. En la audiencia dijo que sólo quería a uno de los hermanos, y también que no estaba inscripta en el registro nacional de adopción porque sólo quería ser “tutora”. Cuando el juez le preguntó si estaba dispuesta a adoptar dijo que sí, pero insistió en que sólo al más chico.

“Al principio Batista parecía seteado con un discurso de que él no quería vivir con su hermano porque le quitaba los juguetes y le pegaba. El juez resolvió provocar diferentes estímulos. Ahí apareció la evidencia, porque un niño no puede seguir una mentira por mucho tiempo. Ellos se quedaron con el juez y los especialistas a las 9 am, y a las 3 de la tarde nos llama el juez para decirnos que David podía venirse con nosotros, aunque teníamos la duda antes de llegar al juzgado de qué iba a pasar con Batista”, dice Pablo y se emociona por teléfono: “El juez decidió que ellos a partir de ese momento iban a estar juntos, restituyó el derecho que se les había quitado y determinó que los dos estarían al cuidado de nosotros”.

A la abogada no le gustó. El juez le dijo que podía apelar si tenía sus razones. Ella adelantó que no lo haría. Juan y Pablo salieron del juzgado con los nenes y lo primero que tuvieron que hacer, después de festejar con un almuerzo, fue ir a comprarle ropa a Batista, porque la abogada lo dejó con lo puesto y ni siquiera le dio los medicamentos que estaba tomando en ese momento. Batista empezó a decirles papá en la semana que tuvieron que quedarse en Iguazú acompañados por la psicóloga del juzgado para ser evaluados. El 3 de septiembre de 2013, el juez dictaminó la guarda provisoria con fines de adopción y con esa documentación pudieron ir a Tierra del Fuego. En abril de 2014 pidieron el juicio de adopción. En diciembre los chicos manifestaron otra vez frente a la jueza su deseo de estar juntos y a fines de febrero último les informaron que la sentencia era favorable, y que la propia gobernadora estaría presente para el acto de la tenencia definitiva. Los chicos desde ese día tienen el apellido de ambos padres, pero cuando les dijeron que podían cambiarse los nombres eligieron los suyos: David y Batista. Juan hace una pintura de sus hijos: “Batista es extrovertido, alegre y charlatán. Todo el tiempo habla, te pregunta, investiga. Si estás mirando la tele, te explica la película. David es más introvertido, más tranquilo, es el más grande y transitó por cosas más dolorosas. Aunque hoy está soltando el chiste. Son muy afectivos, les encanta que vayamos a los actos de la escuela. David está cursando sexto grado. Cuando llegó a nuestra vida estaba en segundo. Batista estaba cursando primer grado y ahora está en quinto”.

Alegrías del hogar

“Somos colegas docentes con Pablo, pero nunca habíamos tenido contacto hasta que me enteré de la pelea judicial por los medios. Yo había cursado un taller sobre fotoperiodismo y ensayo fotográfico y fue un click: quise contar la historia”, dijo a Soy Mónica Echevarría. Así nació la muestra La igualdad construye amor, sobre el proceso de adopción de David y Batista (Facebook: Mónica Echevarría Fotografías). “Fui al aeropuerto cuando llegaron los cuatro, el primer día de clases y de la visita al pediatra. Hice fotos en la bienvenida que les hizo la asociación Construyendo Familias. Lo más emocionante fue no bien llegaron, el día en que fuimos a Ushuaia. Tuvieron su primer encuentro con la nieve y fue inolvidable ver sus caras”, dice Mónica.

La exposición estuvo en la Casa de la Cultura en el mes de la familia. Dice Mónica: “Tener una familia conformada por dos papás o dos mamás es algo que tal vez aún hoy sectores de la sociedad rechazan, por temor a lo desconocido, por prejuicios, o porque no aceptan los nuevos cambios culturales, por eso consideré interesante narrarlo. Para mostrar cómo esta familia hace las mismas actividades que cualquier otra, y sobre todo valorizar el mensaje: que a partir del amor se puede construir una historia diferente para niños en situación de vulnerabilidad”.

Juan es el presidente de la asociación Construyendo Familias, que nuclea a todas las personas que están con el deseo de llegar a la adopción en Tierra del Fuego y quieren informarse. Y también, acompañamiento. Compartir historias de búsqueda con otrxs que están en la misma hace más llevadero el camino. El grupo de postulantes en la provincia es de 69 familias, y Construyendo Familias hace reuniones donde invita al equipo técnico del Registro Unico de Aspirantes a Guardas con Miras a Adopción para detallar cómo es el procedimiento y los requisitos.

La Ley de Registro Unico de Aspirantes a la Adopción fue reglamentada el año pasado. El Código Civil y Comercial propone un nuevo paradigma para las adopciones: privilegia a los niños y adolescentes, les restituye sus derechos, pone plazos a la Justicia y amplía la plataforma de adoptantes. La resolución para que la Justicia declare el estado de adoptabilidad de un niño o adolescente es de 90 días y podrán adoptar no sólo los matrimonios y las personas solas, sino también las parejas que integran uniones de hecho, al tiempo que las entregas directas quedan definitivamente prohibidas. La legislación es federal, y cada provincia puede elegir adherir al Registro (ya son 20 las jurisdicciones que se sumaron para dinamizar las adopciones intraprovinciales). Según datos de octubre 2014 del Registro Unico de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos, 7000 familias están inscriptas para adoptar. El 92 por ciento está en el listado para adoptar niñxs de hasta un año; el 26 por ciento, hasta los 6 años y sólo el 1 por ciento, hasta los 12 años.

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