El español José Luis Serrano es matemático. Se dio a conocer en la blogósfera con sus escritos sobre la película Secreto en la montaña con el alter ego de ElputoJacktwist. Su exitosa novela Sebastián en la laguna (Editorial Egales), que lleva tres reediciones, será llevada al cine en los próximos meses.
› Por Gustavo Pecoraro
José Luis Serrano colabora en la sección cultural Desayuno en Urano en la web Dos Manzanas, donde escribe sobre cine, literatura, música y arte LGTBI, y en la versión española del diario The Huffington Post. En 2011 publicó Hermano, su primera novela (Editorial Egales), que lo situó como uno de los más relevantes y prometedores autores gays de España, y en 2013 su exitosa novela Sebastián en la laguna (Editorial Egales), que lleva tres reediciones y que será llevada al cine en los próximos meses, dirigida por Javi Giner, integrante del equipo de El Deseo, la productora de Pedro Almodóvar. Sebastián en la laguna es una novela sobre la memoria, el recuerdo y sobre el olvido, sobre cómo somos capaces de reconstruir nuestra historia personal para sobrevivir, aunque sea a base de mentiras. Cuenta la historia de un verano en los años ’80, en un centro vacacional alrededor de una laguna en La Mancha. Uno de esos veranos en los que de repente se tiene conciencia del paso del tiempo porque ocurre algo que lo cambia todo. La muerte, el sexo, el amor, la literatura: todo le llega al protagonista a la vez. Pero también llega el sida, los abusos sexuales, el clasismo y las dos Españas de la Guerra Civil, que se ven obligadas a convivir.
–Tengo un título que acredita que soy matemático. Tener dos novelas publicadas no acredita nada, al menos en España, aquí hay cada cosa publicada que ustedes no se imaginan. No sé quién te hace escritor. Ni siquiera el número de lectores. Supongo que es el tiempo.
–Guardo un diario que escribía desde los siete hasta los veinte años. La pasión de escribir estaba relacionada con el desahogo que me producía hablar de cosas de las que no se podía hablar. Son diarios casi en clave y con letra muy pequeña. Siempre he leído muchísimo, se lo debo a mis padres: mi casa estaba llena de literatura de la buena: Lorca, Pessoa, Borges, Cervantes, Dostoievski. Jamás me prohibieron leer nada por muy pequeño que yo fuera, todo lo contrario.
–Representa mi cultura, mi modo de ser, a veces lo leo y me siento tan cercano que me causa escalofríos. He leído el Quijote montones de veces y no entiendo cuál es el problema que se tiene en general en este país con ese libro. La gente le tiene miedo, lo adora, como si fuera un Dios. Pero a la vez no lo leen. Y el Quijote es una broma, un entretenimiento. Además, el Quijote toca un tema que es el centro de mi tercera novela, que estoy terminando: el amor entre dos hombres que no son homosexuales.
–No soy activista de asociaciones, ni siquiera de calle. Con la literatura, con los artículos que escribo en el Huffington Post, trato de devolver al activismo lo que el activismo ha hecho por mí. En cuanto al activismo, al menos aquí, desde el 15M se viene notando un activismo más interseccional, ese que lucha contra todas las discriminaciones. Ese es el activismo que me interesa. Me gusta posicionarme políticamente cuando creo que se necesita. Y sé que ese posicionamiento puede ser beneficioso o perjudicial. Estoy siempre reivindicando un derecho del que se habla muy poco: el derecho a la rectificación y a la incoherencia.
–Esto va a sonar fatal pero tengo un problema con Latinoamérica: el idioma. Me siento feliz viajando a sitios en los que no se habla mi idioma. Para un escritor es una liberación comprender el país a través de otras cosas distintas al lenguaje. El lenguaje simplifica. Mi primera novela, Hermano, transcurre en Birmania, y no podría haber transcurrido en Latinoamérica. En cualquier caso, viajar siempre está bien, a cualquier parte. Iré y me perderé por allí cualquier día.
–La pluma es nuestra raza. Si olvidamos la pluma, nos volveremos invisibles. En España cada vez se ve menos, con tanta tontería sobre la masculinidad. La pluma heterosexual también se aprende, ahora parece que han aprendido todas a comportarse como se comportan los machos. Pero volverá. Eso espero.
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