Una persona linda (Valeria Mazza) también puede ser una persona no grata (Valeria Mazza); un ejemplo de excelencia solidaria (Valeria Mazza) también puede ser un ejemplo excelente de cómo evadir impuestos (Valeria Mazza). Pero, ¿quién no tiene un par de paradojas en su biografía? ¿Quién se animaría a tirar la primera piedra? Valeria Mazza. Ella sí, ella se anima a decir lo que muchos piensan todavía y hasta pueden rumiar en la intimidad, pero deben callar en público para no pasar por ignorantes y reaccionarios. Por ejemplo, que la adopción de hijos por parte de parejas homosexuales “es una aberración, algo contra natura”. Y no decirlo cualquier día, cualquier hora y en cualquier lugar sino en España, en 2004, cuando se acaba de discutir esa misma ley y cuando todo granito de arena, por más insignificante que sea, puede tener su influencia en la opinión publica. Valeria Mazza se sacrifica y habla, lo dice con todas las letras que la medicina y la psicología borraron hace unos años de sus manuales. Y bueno, si no le avisan... ¿Será por eso que la postulan para tanta cucarda honorífica?

Ser linda no significa ser tonta, ser tonta no significa tener impunidad para ser discriminadora, ser impune no te hace merecedora de premios y distinciones por ser y parecer exactamente lo contrario de lo que se está premiando. ¿O ahora sí?

Mientras la modelo es declarada persona no grata por los colectivos Glttbi de España, Francia y en esta última Marcha del Orgullo, también de la Argentina, se la distingue como madrina, embajadora y otras yerbas humanitarias, aquí y allí. Nadie pone en duda sus múltiples apariciones a beneficio, ni que con eso basta para esos vacuos premios que se reparten en este mundo desde que existen los pobres y sus correspondientes damas de caridad. Pero, ¿no se estará cometiendo una injusticia con el valor de Valeria? ¿No se debería premiar su coraje liberándola del podio de los santos de ONG y distinguirla como portavoz de la más recalcitrante intolerancia? Parafraseando a quienes saben de esto, se podría agregar: “No estamos en contra de la homofobia, mientras la practique en su casa, y no lo venga a hacer en público, delante de nuestros niños y niñas, de nuestras familias, de la gente normal, y que encima se lleve premio”. Convengamos, distinguir a alguien que le pone leña al odio, por su natural propensión a hacer el bien... es no mirar a quién.