CINE
La próxima semana arranca una nueva edición del BAFICI. SOY le pasa revista al catálogo y aconseja qué ver y qué evitar de la abultada grilla festivalera.
Documental que recoge las experiencias de un grupo de hombres trans en Viena, sus sueños y objetivos, en el intento de transcender las categorías de hombre/mujer. El film centra la discusión en la problemática que opera socialmente sobre sus cuerpos en relación a los estereotipos masculinos a los que tienden los tratamientos médicos y la mirada ajena. Profundo e inteligente, para salir del cine repitiendo la consigna de Persson en una de las reuniones grupales: “Fuck the gender police”.
Cinco historias, de las cuales cuatro se centran en personajes gay intencionalmente carentes de toda emoción, pasión o vínculo amoroso con ellos mismos y el mundo circundante. Los protagonistas, conectando el sexo con la muerte, componen un film sórdido en el que las relaciones ocurren exclusivamente a raíz del intercambio de drogas, la conveniencia o el placer en el sufrimiento o el canibalismo. Con ingredientes cyberpunk, fría y existencialista, es un film que vale la pena ver pero que, sin duda, se la baja a cualquiera.
Documental que analiza y reivindica la contracultura creada por el cine porno italiano de los años 70. Las imágenes de clásicos héteros y bisexuales vienen acompañadas por testimonios de legendarias personalidades del mundo triple x, artivistas y activistas, tales como el pionero Riccardo Schicchi, la actual presidenta del Movimento Identità Transessuale italiano Porpora Marcasciano o la escritora y fundadora del cybercore Helena Velena, entre otrxs. Calentón, explícito y quilombero, el film reivindica la exposición y la paja frente a la imposición y la paja mental.
Falso documental sobre un curioso fenómeno aparecido décadas atrás: las mujeres comenzaron a reproducirse asexualmente dando a luz a niñas, lo que lleva al género masculino a su inminente extinción. Lo que pudo ser un interesante punto de partida para poner en jaque al patriarcado o problematizar los géneros, terminó siendo un relato plagado de lugares comunes que adopta los tics más densos del género documental tradicional. Un monumento a la risa fácil, que abre varias puertas interesantes pero se escapa por la primera sin hacer ningún ruido.
Delirante pastiche found footage que arma una suerte de comedia de ciencia ficción combinando decenas de fragmentos de films de porno hétero y bisexual de los años 70 y 80, emulando una mezcla de los mundos de Star Trek y Power Rangers, en donde hay, después de todo, una misión que cumplir: frente a una epidemia de frenesí sexual en la Tierra, un grupo de astronautas debe recuperar el “ultra-sexo”, algo así como la Matrix sexual del Universo, secuestrado por un robot frustrado sexualmente. Amantes de lo camp, bizarreadas sin límite y doblajes nada rigurosos de guiones porno, éste es el film para ustedes.
Cortometrajes experimentales que exploran la masturbación femenina y masculina a partir de explícitos y primerísimos planos, con palabras y comentarios sobre las acciones reflejadas en la pantalla en relación a la corporeidad y la cotidianidad, o recomendaciones de objetos útiles para la auto penetración. Bellísima fotografía de un trabajo artesanal en 16 mm, sensual e inteligente: una auténtica obra del arte masturbatorio.
Documental que retoma la leyenda de que el porno nació en Argentina alrededor de 1907 sirviéndose de testimonios de personalidades del la industria y la cinefilia local, como Víctor Maytland, Fernando Martín Peña y César Jones, entre otrxs. El film también indaga en la violenta censura experimentada durante la dictadura militar, la aparición del canal Venus en los años 90 y la irrupción del porno feminista y el posporno en los últimos años. Para ver junto a Porno y libertad, con la que forma un lindo y pegajoso maridaje.
Los muchachos que dan título al film se conocen en un levante callejero y deciden, de un día para otro, emprender un viaje juntos para evadir algunas responsabilidades mutuas, como embarazos no deseados o búsquedas laborales. En viaje por el interior del país se cogen a lo perro y también encuentran a Tomás, que se suma en cuerpo y mente a la pareja. Una de cowboys al estilo Secreto en la montaña pero sin montañas y algún que otro secreto, rodada en paisajes bucólicos y, sobre todo, con acogedoras locaciones.
“¡Miren las fotos!”, grita el senador Helms en la corte frente a un juez que determinará si las obras de Robert Mapplethorpe “promueven la homosexualidad” y deben por eso ser retiradas de una exhibición. Familiares, amigxs y amantes repasan las numerosas vidas y obras del fotógrafo estadounidense y exploran sus retratos homoeróticos y sadomasoquistas, cargados de una belleza infinita y una delicadeza inconfundible. Indispensable para lxs amantes de Mapplethorpe y para quienes no lo conocen o desean adentrarse aún más en su obra y vida. Es decir, indispensable para todo el mundo.
David se enamora repentinamente de un chico pero de golpe lo pierde de vista. Así comienza un viaje para encontrar a ese amor a través de locaciones extrañas y pseudo-futuristas en la que abundan estéticas bolicheras, teléfonos celulares y reminiscencias del imaginario de los videojuegos. Un film ¿posmoderno?, liviano y con un evidente interés por resaltar el supuesto carácter novedoso de sus aspectos visuales, que van junto a una constante voz en off que parece no callarse nunca y relatarlo todo. Exclusiva para fans de películas Baficigaypochocleras.
En una casa de Ezeiza transcurren las vacaciones de Fernando y sus amigos. Entre botellas, humo y juegos pretendidamente inocentes, la intimidad y una libertad casi infantil forman allí una pareja inseparable. Cuerpos delicadamente trabajados hasta el detalle, gestos y miradas, comentarios y sonrisas de exageradas masculinidades conforman un retrato plagado de sutilezas sobre lo que no se dice o no se hace pero que late a flor de piel (de chongo) durante todo el film, el quinto de Marco Berger, codirigido con Martín Farina y de estreno exclusivo para este festival de lomos quemándose al sol.
Todo marcha sobre ruedas para María Lujan y su novia en este cortometraje, hasta que una noche Sofía, su mejor amiga, besa a una chica. A partir de entonces afloran los miedos y las posibilidades de un enamoramiento no muy conveniente para María Luján. El despertar del amor y el sexo al ritmo de la cumbia y la adolescencia continúa en este segundo capítulo de La fábrica de tortas, que comenzó en 2013 con Pastel de Colibrí y el amor no confesado de Julieta por su amiga Agustina.
Las identidades sexuales en la adolescencia pisaron fuerte en esta edición del Bafici, y esta película ecuatoriana no se queda atrás: Sara es poco sociable y vive enajenada, hasta que un día comienza una amistad con Andrea, la chica nueva de su colegio secundario. De la amistad a la atracción se pasa de un salto y la relación entre ellas se vuelve fuerte pero secreta ante el mundo, hasta que la clandestinidad del romance se termina y ciertas decisiones deben ser tomadas. Un film para planear o revivir la salida del clóset.
Elle es una escritora que acaba de perder a su mujer luego de casi toda una vida junto a ella. En medio de la tristeza aparece su nieta, desesperada por conseguir dinero para resolver su repentino embarazo. Ambas deciden emprender un viaje juntas para transformar el film en una road movie que les permita lidiar con los problemas del pasado y del presente. Una comedia sensible y divertida, que viene de regalo con un protagónico de la talentosa y multifacética Lily Tomlin, que invita a rajarse para siempre, sabiendo que tarde o temprano se vuelve.
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