Viernes, 22 de abril de 2016 | Hoy
Mientras el Jefe de Policía de Salta, Marcelo Lami, alardea con no cumplir la Ley de Identidad de Género, la violencia ejercida por el Estado contra esta parte de la ciudadanía en las calles de esa provincia recrudece día a día.
Por Valeria *
La violencia contra las mujeres trans en Salta es sistémica. Después de que a fines del año pasado se aprobara la nueva Ley de Contravenciones en la provincia la criminalización se volvió todavía más violenta e impune. El artículo 114 de esa ley criminaliza el ejercicio de la prostitución y sobre él se ampara la policía para hacer lo que siempre hizo: golpear, agredir, encarcelar, coimear, no respetar el trato digno del que habla la Ley de Identidad de Género. El artículo sanciona con “veinte días de cárcel o multa equivalente a tres mil pesos a quien ofreciera o demandara servicios sexuales en la vía pública”. No cumplen la Ley de Identidad de Género pero además de jactan de no respetarla. Un ejemplo de esto son los dichos del Jefe de Policía, Marcelo Lami, para quien nosotras somos “personas que psicológicamente se creen mujeres pero que en verdad son hombres” y por eso él no piensa mandar a personal femenino de su fuerza a lidiar con nosotras porque eso las pondría en desigualdad de condiciones, “mano a mano con un hombre”. Esto se lo dijo a la prensa. Sin ir más lejos, el primero de marzo, para una razzia mandaron al operativo a la Gopar, un grupo de choque que hace allanamientos en situaciones gravísimas. Algo así como mandar al grupo Halcón. El jefe de policía, queda claro, no distingue entre delito grave y de una contravención. Nuestra demanda es que se establezca una zona de convivencia o zona roja en Salta Capital. Porque esta nueva Ley Contravencional dice que en caso de que la prostitución tenga lugar en una zona roja deja de ser contravención. Sería una mínima herramienta para defendernos de la policía. Cada vez que las compañeras denuncian el recrudecimiento del abuso policial, en venganza la policía viene a reprimir aun más fuerte. Los concejales tienen la posibilidad de establecer esta zona de convivencia para frenar la represión y no lo hacen. Este accionar viene avalado por todos aquellos que consideran que quien realiza una actividad en la vía pública es un delincuente y pide represión contra los manteros o los piqueteros. A las compañeras las detienen y no les dan el comprobante cuando salen, porque si hubo abusos, eso es una prueba para denunciarlos. Es muy común que te digan “Haceme un ‘servicio’ y te vas”. Es un muy difícil en una sociedad como la salteña, tan machista y conservadora, denunciar cosas como estas, es por ese mismo motivo que firmo esta nota con un pseudónimo. Son muchos los que de noche consumen nuestros servicios y de día piden que nos muelan a palos. Son muchas las esposas de policías asesinadas por ellos mismos y esos crímenes nunca se resuelven. La salteña es una sociedad que pide que una policía, que no conoce más que la represión, en vez de trabajar en prevenir la violencia, pegue como primera opción.
El Mocha Celis, Cooperativa Arte Trans, Hotel Gondolín y junto a otras organizaciones de la ciudad de Buenos Aires convocan a una manifestación en la casa de Salta (Av. Pres. Roque Sáenz Peña 933) este miércoles para apoyar las reivindicaciones de Mujeres Trans Autoconvocadas de Salta.
* Integrante de Mujeres Trans Autoconvocadas de Salta Capital
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