Viernes, 29 de mayo de 2009 | Hoy
TEATRO
Carnes Tolendas, protagonizada por Camila Sosa Villada, se convirtió en un éxito al cruzar textos de Federico García Lorca con la vida cotidiana de una travesti.
“Un travesti es alguien que alguna vez franqueó su propio cuerpo, se deshizo de identidades dadas y finalmente adopta una esencia propia. Se es lo que se quiere ser. O no se es nada. Siempre es alguien delicado, aun en la torpeza de nunca aprender del todo el mundo femenino, en burdas imitaciones, en infructuosos intentos por ser una mujer, es siempre un alma quebrada”, escribe en su blog (lanoviadesandro.blogspot.com) Camila Sosa Villada, la actriz que ha revolucionado el teatro cordobés con una obra en la que los textos de Federico García Lorca se resignifican para contar la historia de la protagonista, su propio exilio, su soledad. Después de casi un mes de estar en escena, Carnes Tolendas agota las localidades en las dos funciones que se dan por fin de semana, algo que no suele suceder con las obras locales del teatro independiente. Camila había sido convocada por María Palacios, una directora debutante que con esta obra cierra su tesis de licenciatura en teatro, para hacer una adaptación de Yerma en la piel de una travesti que no puede adoptar hijos. Pero fue Paco Giménez, director de tesis de Palacios, quien sugirió ir más allá y sumar otros personajes de Lorca pero atravesados por la voz de Camila, por los textos de su blog, por sus vivencias personales. “Yo sólo quiero estar tranquila, ser mejor persona, aportar algo, pero hay un castigo. La gente le tiene miedo a lo diferente, a lo que no entiende. Tengo un dolor muy muy grande, el rechazo de mi papá. El finge que está todo bien pero no es así. Durante mucho tiempo pedí perdón pero ya no tengo más ganas”, cuenta Camila, que más allá de poner el cuerpo y su experiencia sabe decir los textos de Lorca y conseguir que la piel de espectadores y espectadoras se erice y entienda de qué se trata la exclusión. Serena espectadora ella misma de su éxito impensado, Camila se hace cargo de un trabajo diario que cumple a conciencia: “Me cuesta no ser resentida, pero no puedo dejarme ganar por ese sentimiento”, dice acusando recibo por los años de rechazo que sufrió en su pueblo y que —está segura— no termina por ser reconocida como actriz: “La gente le tiene miedo a lo diferente, a lo que no entiende”.
HASTA FIN DE MAYO EN LA COCHERA, FRUCTUOSO RIVERA 541. EN JUNIO Y JULIO: ALQUIMIA, PADRE CLARET 5033, EN AGOSTO EN EL CINE CLUB MUNICIPAL Y EN SEPTIEMBRE EN EL TEATRO REAL DE CORDOBA.
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