Ya no habrá que mirar del otro lado del Atlántico, buscando en España un modelo, sino apenas cruzar el charco. ¿O acaso alguien duda de que Uruguay se ha convertido en el modelo a seguir, luego de que la semana pasada la Cámara de Diputados le diera media sanción a una ley que permitirá allí la adopción a parejas del mismo sexo? Así, Uruguay no sólo se convierte en el primer país latinoamericano en reconocer este derecho (resta que los senadores convaliden la decisión y que el presidente Tabaré Vázquez promulgue la ley, algo que se da por descontado) sino también en un caso testigo de que en sociedades como la argentina no hace falta más que voluntad política para que se debata y se legisle en el mismo sentido.

En 2008, Uruguay había aprobado las uniones concubinarias (el equivalente a la unión civil argentina), y en diciembre el Senado votó a favor de una ley que habilita el cambio de nombre y sexo a partir de los 12 años. Medidas a las que en mayo pasado se le sumó la decisión de Tabaré de derogar la normativa que impedía el ingreso de gays a las fuerzas armadas, y que ahora se ven coronadas por esta Ley de Adopciones, que deja de exigir la unión matrimonial como requisito para adoptar en un país en donde las personas debían estar legalmente casadas o bien adoptar como solterxs.

Hasta ahora, los hijos de las parejas homosexuales y de aquellas parejas heterosexuales que no se habían casado tenían en Uruguay la mitad de los derechos que los niños de parejas unidas en matrimonio. La muerte de la madre o del padre biológico implicaba que el niño o la niña perdieran eventualmente su hogar y que el otro tutor o tutora no pudiera seguir tomando decisiones sobre ellos. La ley que fue aprobada en Diputados por 40 votos a favor y 13 en contra soluciona ese vacío legal y reserva la potestad de decidir y regular las adopciones al Estado. También permite que lxs niñxs sean representadxs por ambos tutores en la escuela o ante la Justicia, y establece un régimen de visitas y el cobro de una pensión alimentaria en caso de separación. De este modo, Uruguay se suma a una lista de 22 países (entre los que están España, Reino Unido, Bélgica, Holanda, Dinamarca y algunos estados de los Estados Unidos) en donde la adopción por parte de parejas del mismo sexo está permitida. Sólo resta ver cuánto tardan en llegar estos vientos de cambio de este lado del río.