› Por Marina Yuszczuk
En el corazón (tan alegre, o sea, gay) del cine clásico hay un closet, el mismo del que sale Cary Grant convertido en Florencia, en La novia era él de Howard Hawks (1949), para burlar la burocracia del ejército y poder ir a América como novia de guerra con su flamante esposa militar Ann Sheridan. Pero no sólo en ese final apoteósico y travesti juega la película con los géneros: el título en inglés (I Was a Male War Bride) ya ensaya un imposible “novia-varón” como pequeño adelanto de los juegos de palabras abundantes y llenos de chispazos que explotan todas las variantes del enredo entre “ella” y “él”. Un “ella” y “él” que no son más que eso, closets, de los que puede entrar Cary y salir Florence, o entrar Ann Sheridan para volver en pantalones y dispuesta a conducir una moto con sidecar en el que va sentadito Cary Grant como novia caprichosa. Hawks era experto en estas diversiones: le gustaba trabajar con Katharine Hepburn, partenaire varonera y huracanada de un también suavecito Cary Grant en La adorable revoltosa, y había calcado el personaje de Rosalind Russell en His Girl Friday de un varón, el “Man Friday” (algo así como “su mano derecha”) de la pieza teatral de Broadway The Front Page a partir de la cual se escribió la película (en una primera versión de esta obra en cine, dirigida por Lewis Milestone en 1931, Hildy Johnson todavía era un chico).Del mismo closet del que sale Cary con peluca van a salir diez años después y taconeando dos chicas muy entusiasmadas, Dafne y Josefina, o Jack Lemmon y Tony Curtis como músicos de una orquesta de señoritas que se disfrazan para ganar unos pesos en plena crisis y de paso estar cerca de Marilyn en Una Eva y dos Adanes (1959) de Billy Wilder. Como Grant en La novia era él, acá la vuelta por el closet es un asunto de supervivencia, pero los chicos hacen de necesidad virtud (si no, vean el placer enorme de Tony Curtis vestido de Josefina y haciendo trompita hasta cuando duerme), y mientras Dafne arma un pijama party con un montón de chicas en camisón y con los pies desnudos en el camarote, Josefina se enamora en el baño de una Sugar Kane (Marilyn Monroe) que lleva la petaca escondida entre las piernas. Estas y otras películas como Marruecos, con la sensualmente varonil Marlene Dietrich, forman parte del cine como closet (des)armado en el Malba para que podamos jugar con las imágenes, entrar y salir cuantas veces se nos dé la gana y experimentar por qué “diversidad” empieza exactamente igual que “diversión”.
La novia era él se exhibe el domingo 5 de junio, a las 21.30.
Una Eva y dos Adanes, el domingo 12 de junio, a las 21.30, y el jueves 30, a las 15.30.
Marruecos va el sábado 11 de junio, a las 15, y el viernes 1º de julio, a las 16, en el Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415.
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