“Sobre todo recibimos parejas de España, Francia, la Argentina y Perú. Ser colombiana me ayuda a relacionarme con las parejas latinoamericanas que nos consultan. Los estados en los que es legal para parejas gay son Oregón, Nevada, Colorado, Montana, Maine, Maryland, California, Carolina del Norte, Illinois y Georgia. Cada estado aquí pone condiciones; por ejemplo, en Nevada, a la pareja, gay o no, antes de hacer el contrato de subrogación se le pide certificado de concubinato. La ley más flexible para parejas gay es la de California. La gestante cobra 30 mil dólares, reglamentado por ley, el paquete completo sale desde 165 mil dólares. Incluye todos los gastos de la agencia de fertilidad, el seguro médico de la madre sustituta y del bebé, los viáticos, medicamentos, la transferencia. Hay agencias que presentan el tema de la madre sustituta diciendo que son mujeres a las que les encanta estar embarazadas. Eso, por supuesto, es un invento. El beneficio de llevar a término el embarazo del hijo de dos desconocidos es puramente económico. Así, como todo está asegurado por contrato, también hay responsabilidades: en caso de que en plena gestación los padres quieran echarse atrás por algún motivo, por ejemplo, si se separaron, como firmaron el contrato, deben pagar igual. Si igual no quieren venir a retirar al bebé, éste es entregado en adopción y queda en manos del Estado. Recuerdo un caso en el que frente al arrepentimiento de los padres la gestante terminó adoptando a los mellizos. En caso de que, por ejemplo, ambos mueran en un accidente antes del nacimiento, en el contrato figura una especie de garante, familiar o amigo de la pareja, que se haría cargo del niño. El estado de California ofrece todas las garantías posibles a las parejas gay y es una industria muy aceitada. Por ejemplo, en Los Angeles hay un doctor excelente, el único que lleva a cabo una técnica que se llama wash que permite ‘lavar’ el esperma masculino en caso de que sea seropositivo”.