¿Por qué te acercaste al Mocha?

–Apenas supe que existía un bachillerato popular con orientación a los derechos humanos de las personas trans me enamoré inmediatamente. Yo cursé hasta quinto año, pero en la escuela donde iba me la hicieron imposible, una profesora literalmente me dijo “a vos te voy a hacer la vida imposible”, otro profesor me echaba de las clases porque le discutía todo, muy facho, y hasta a veces no me dejaba entrar porque estaba “vestida de varón”. Así que, resumiendo, me acerqué al Mocha porque sabía que no iba a tener problemas por mi identidad y que todo lo que podría aprender sería mucho más interesante que en un simple bachillerato popular.

¿Por qué te quedaste? ¿Qué hay en el Mocha que no encontraste en otro lado?

–Estar en el Mocha es estar en una realidad paralela. Donde todo el tiempo nos fijamos en que quienes nos rodean se sientan bien. Todo el tiempo tratamos de hablar en género ambigüo si se puede, respetamos cada una de las identidades por igual, no hay jerarquías. El Mocha es un espacio libre de sexismo por excelencia. Es amor, amistad y compañerismo. Es estudiar para saber, no para aprobar. Cuando salgo a la calle estoy preparadx para decir ¡eh, mundo, yo estoy acá, existo y voy enseñarte a convivir conmigo! Así que básicamente me quedé porque quiero seguir aprendiendo y disfrutando del viaje. ¡Soy Mocha!

Marti Vercelli, alumnx de tercero.