Alcances y limitaciones de una campaña
Se encierran en un baño público para apretarse en un beso con desenfreno del metejón a primera vista, precalientan la antesala del polvo. El pisa el freno: “Esperá”, dice. Las bocas se despegan y se miran en suspenso. El traga saliva antes de su confesión: “Soy positivo”. Ella, blandiendo un preservativo, aclara: “¿Y...? Lo íbamos a usar de todas maneras”. Continúa el beso como si nada, como si todo ya estuviese en orden, los tantos aclarados: claros para él y para ella. Esa situación es un spot de la campaña #ChequeaStock, realizada por la Federación Argentina LGBT, Kunst Unidos Todos AC y Lado C con apoyo del Programa Municipal de Sida de la Municipalidad de Rosario y de Onusida Cono Sur. Suponemos que el spot cuestiona que el joven visibilice como obligación compulsiva su situación serológica, y que la respuesta de su compañera sexual lo pone en su lugar, aunque no queda del todo clara la posición. Se puede interpretar la situación de confesión de una persona viviendo con VIH como un acto de alerta, repentino y ansioso, una interrupción en el despliegue de la pasión. Y aunque fuese crítico con esa confesión innecesaria, si el equivocado es la persona viviendo con VIH, una carga moral se sobreimprime a la carga viral. Es difícil, de todas maneras, que ese retrato promueva un “incremento de la autoestima de las y los jóvenes positivos”, como propone el texto oficial de la Campaña.
Los spots realizados para esta campaña intentan aggiornar desde una perspectiva más actual y joven las imágenes que difunden sobre el sida. La inclusión del colectivo trans, por ejemplo, es uno de sus aciertos. Pero hay que cuidar también los relatos. En un spot hay un joven trans que, señalando su entrepierna, dice: “¿Por qué me voy a cuidar si ni siquiera la tengo?”. La respuesta de su interlocutor es: “Pero porque seas trans no quiere decir que no te tengas que cuidar”. Acto seguido el joven trans es inmovilizado boca abajo con un preservativo colgando de su labio mientras lo castigan usando como garrotes otros preservativos inflados. Hay cierto nivel humorístico en este final –hay que reconocerlo–, pero igual así es problemático. ¿Toda genitalidad tiene como destino terminar encapsulada en un preservativo? Además de la representación del joven trans como una persona inocente, lo que se exhibe es que en cualquier situación sexual, cualesquiera sean los cuerpos y las prácticas implicadas, es necesario tener stock de preservativos. La frase final es determinante: “Para cualquier tipo de sexo. Cuidate. Chequeá tu stock”. Muchas campañas de prevención del sida cristalizan su mensaje únicamente en el preservativo, y ese vicio adquiere una dimensión excesiva en estos spots. ¿Qué quiere decir “cualquier tipo de sexo”? ¿Hay que cuidarse del sexo? No, claro que no, hay que tener cuidado en ciertas prácticas en las relaciones sexuales y en otras no, porque son seguras. A esta altura, las campañas podrían ser más claras. “El contenido de los spots fue definido a través de la participación de las y los propios jóvenes de la diversidad sexual, y estructurados en base a sus inquietudes, expectativas y dudas”, aclara la información oficial de #ChequeaStock. Es que tal vez cada spot funcione también como síntoma de las tensiones no sólo en relación con la visión del sida sino también de la sexualidad que tiene la juventud actual.
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