A un kilómetro del pueblo bonaerense de Tomás Jofré existe un spa bastante distinto del común, orientado hacia la vida sana y a los cambios de hábitos que conduzcan a mejorar la salud. El principal programa en este sentido está inspirado en la ayurveda, que combina la meditación y diversas técnicas de relajación con unos masajes muy particulares y una dieta saludable con platos a base de vegetales.

Según la encargada del spa, la ayurveda remite a la milenaria medicina hindú, promoviendo un modo de vida sana y equilibrada que evita de manera preventiva el surgimiento de las enfermedades. “De alguna manera es una filosofía de vida. No nos olvidamos que somos occidentales, pero cambiamos muchos hábitos de la vida cotidiana –incorporando la meditación diaria, el yoga y el automasaje–, y promovemos un cambio paulatino pero radical en el tipo de alimentación.” También se considera que la ayurveda no es una alternativa a la medicina moderna sino un complemento armónico.

En Los Cuatro Amaneceres se prepara un menú sobre la base de vegetales, huevos y leche, todo en su justa medida y en livianas porciones. De manera esquemática, podría decirse que en otros spas uno va a darse la “gran vida”, mientras que aquí todo apunta a la “buena vida”. Se busca que el huésped fume lo menos posible, se desconecte de sus preocupaciones –no hay televisión en los cuartos– y coma de manera sana y medida. El eje de todo esto son las prácticas diarias de yoga y tai chi chuan, y por sobre todo las sesiones de masajes en los gabinetes del spa.

Masajes exoticos En el área del spa –equipado con baño sauna, sala de yoga y pileta climatizada– están los gabinetes donde se aplican los masajes. La técnica más original es el sirodhara, de origen hindú. Consiste en colgar una vasija unos centímetros por encima de la frente de la persona que permanece recostada boca arriba. En la vasija hay un aceite perfumado y tibio que baja por una abertura formando un hilo constante de líquido –no un goteo– que cae justo en el centro de la frente. En total fluyen tres litros de aceite durante 45 minutos. Esta técnica produce un nivel extremo de relajación que se recomienda para personas con trastornos en el sueño, exceso de estrés y dolores de cabeza. Al final se complementa el tratamiento con un masaje general.

Una de las opciones más tentadoras que se recetan en los programas de ayurveda –previa visita a una especialista del spa en Buenos Aires–, es el masaje sincronizado a cuatro manos, con dos especialistas trabajando al mismo tiempo sobre el cuerpo. Este masaje se realiza con una música suave, y poco a poco se va aumentando la velocidad de los movimientos –como en una especie de baile–, hasta que la persona pierde la conciencia exacta de dónde la están tocando.

Por último está el masaje general ayurvédico o abyangan, con una técnica milenaria (fricción, amasamiento, prensado y golpeteo) que se aplica en siete posiciones distintas del cuerpo. Se utiliza mucho aceite tibio con esencias de hierbas. El masaje comienza con el paciente sentado y con un chorrito de aceite en la frente para friccionar la cabeza, los hombros, los brazos, el tronco y el tórax. Luego la postura es boca arriba, más tarde de un lateral y del otro, boca abajo, y se termina sentado otra vez.