Domingo, 12 de agosto de 2007 | Hoy
CENTROS DE ESQUI > DE NEUQUéN A TIERRA DEL FUEGO
Destinos, precios y opciones para el último tramo de la temporada de nieve. El momento ideal para familias y esquiadores expertos, que puede extenderse hasta octubre en las estaciones patagónicas. Todo lo que hay que saber sobre parques invernales y centros de esquí.
Por Graciela Cutuli
Aunque haya nevado hasta en la impensable Buenos Aires, no hay que dejarse engañar. La verdadera nieve sigue estando a orillas de la Cordillera, donde las estaciones de esquí y parques de nieve, una vez pasado el aluvión de las vacaciones de invierno y el próximo fin de semana largo de agosto, mantienen puertas abiertas hasta el comienzo de la primavera. Esta época, que asegura todavía nieve abundante –y dicen que Santa Rosa no es ajena al fenómeno– tiene la ventaja de precios más accesibles y una menor afluencia turística, lo que facilita las subidas y el tránsito por las pistas. Buena época para las familias que se pueden hacer una escapada aunque hayan empezado las clases, para los principiantes que dan sus primeros pasos sobre las tablas y para los expertos que no quieren que nada los distraiga del manto blanco, fines de agosto y septiembre invitan a una segunda vuelta en las pistas del sur, desde Neuquén hasta Tierra del Fuego.
Cuando la intención es iniciarse, o simplemente dejar que los chicos jueguen y se diviertan en la nieve sin pasar a clases de esquí más formales, los parques de nieve resultan el destino ideal. Neuquén es una de las “especialistas”, con varias opciones, como el original centro de Batea Mahuida, en Villa Pehuenia, que tiene la particularidad de estar administrado por la comunidad mapuche local. El parque toma el nombre del volcán Batea Mahuida (“fuente en lo alto”, una referencia al cráter ya extinguido), ubicado en la margen norte del río Aluminé, a unos 300 kilómetros de la capital provincial y a un paso de la frontera con Chile. El volcán tiene unos 1900 metros de altura, con laderas que se cubren de nieve temprana y durable hasta octubre. Destacado por su vista sobre los volcanes Villarrica y Latín, y el lago Aluminé, en el corazón de una región dominada por la elegante silueta de las araucarias, Batea Mahuida tiene un poma de 200 metros y un T-Bar de 600 metros. También se alquilan motos de nieve, trineos y se organizan paseos en trineo tirados por perros. Actualmente es temporada media, a partir del 11 de septiembre comienza la temporada baja, pero todas las actividades siguen a la orden del día.
Dentro del Parque Provincial Tromen, también Cerro Wayle se recomienda para quienes se inician en las lides de la nieve. El centro está ubicado a 49 kilómetros de Chos Malal, y en sus diez años de existencia fue ampliando la oferta hasta incluir esquí alpino y nórdico, en una serie de pistas de las cuales la central tiene una pendiente promedio de 22º y se extiende a lo largo de 3610 metros. El cerro supera los 3200 metros de altura y cuenta con dos poma lift de 300 metros. Motos de nieve, trineos y una escuela de esquí completan las opciones, además de los sectores reservados al snowboard y los ascensos a pie hasta la cumbre del cerro, coordinados por el Club Andino Cordillera del Viento.
Finalmente, Primeros Pinos ofrece también pistas adecuadas para principiantes, con pendientes suaves, y buenos lugares para practicar descensos en trineo. Entre bosques de araucaria se practica esquí alpino, nórdico, snowboard, trineos y paseos en moto de nieve. El centro tiene una pista con un poma de 300 metros, con 50 perchas, y una pista de snowboard. Se dictan clases y se alquilan equipos.
Bariloche es, sin duda, uno de los destinos estrella de la temporada de nieve, tiene su parque de nieve en Piedras Blancas, con una atrapante pista de trineos que permite descender a toda velocidad una ladera montañosa por un circuito en espiral, con la ventaja adicional de contar con aerosillas para volver a subir. Aquí también hay una pendiente muy suave donde se pueden realizar las primeras armas en el deslizamiento sobre esquíes. El centro fue pionero, fundado por Otto Meiling, y también es adecuado para iniciarse en el esquí nórdico. Tiene sus aficionados, sobre todo entre los estudiantes en busca de más diversión que deporte, y convive a la sombra del gigante del esquí, el Cerro Catedral, todo un sinónimo de la temporada de nieve rionegrina.
Este año justamente el centro invernal del Catedral completó su plan de modernización, sumando una telesilla cuádruple, una triple, un teleski y un Ro-Cat para acceder a nuevas pistas, destinadas sobre todo a expertos en las tablas. Durante agosto y septiembre continúan los eventos –carreras, shows, partidos de polo, competencias en la nieve– y siguen las posibilidades de avistar personajes conocidos en plan de promoción o descanso, ya que el Catedral no sólo es un centro deportivo sino una gran vidriera mediática. El frío de este año promete nieve para rato, prolongando la temporada, con la ventaja de que Bariloche permite matizar el esquí con numerosas excursiones por los alrededores: desde la clásica postal del bosque de Arrayanes nevado hasta la navegación a la Isla Victoria y los circuitos Chico y Grande. Más allá, es el clima el que determina si se puede atravesar o no los pasos de montaña más difíciles.
A partir de este año Cerro Bayo, la estación de esquí de Villa La Angostura, decidió diferenciarse con un concepto novedoso, dándose a conocer como el Centro de Ski Boutique, un parque con atracciones de invierno y verano, de dimensiones humanas opuestas a su gran vecino de Bariloche. Además de introducir novedades como el sistema de GPS personalizado, que permite rastrear la ubicación de los visitantes, se crearon nuevos parques de nieve para los chicos y se mejoraron las pistas y la seguridad en los medios de elevación. Se puede descansar un rato de los esquíes para realizar caminatas con raquetas sobre la nieve, apreciando una de las “diez mejores vistas del mundo”, según cita con orgullo una descripción de National Geographic.
Entretanto, hay quienes no cambian Chapelco por nada del mundo. Este cerro que domina San Martín de los Andes es otro de los clásicos cordilleranos, y tiene habitués que le son fieles desde hace años. Sus conocedores lo recomiendan por la variedad de pistas, aptas para esquiadores avezados, intermedios y principiantes, por la belleza de los bosques de lenguas y porque sus laderas de césped, sin piedras, permiten esquiar muy bien incluso con poca nieve. También aquí son numerosas las actividades de temporada media y baja, desde el Winter Festival hasta el Tetratlon Chapelco, una carrera de 81 kilómetros de extensión que combina ascensos con esquíes al hombro con descenso por las pistas y travesías fuera de pista. La cita se completa con subidas y bajadas en mountan bike, kayak por el lago Lácar y un running final hasta llegar a la costanera lacustre. Sólo para los mejor entrenados.
Si la intención es irse realmente muy al sur, tanto como sea posible, el viaje llegará hasta Tierra del Fuego. Curioso nombre para una tierra que durante todo el invierno tiene poco de fuego y mucho de hielo. La isla triangular donde “termina el mundo” tiene un clima riguroso y días cortos, pero con la temporada ya avanzada las cosas empiezan a equilibrarse, sin comprometer en absoluto la abundancia y la calidad de la nieve. Hacer la experiencia bien vale la pena.
El centro fueguino más importante es del de Cerro Castor, que el 25 de agosto organiza el único Big Air nocturno de Sudamérica. Se trata de una exhibición de saltos y acrobacias con expertos argentinos y extranjeros en la base del cerro, seguida de una fiesta electrónica. El cerro, que tiene 23 pistas y un snowpark, es muy apreciado por esquiadores internacionales que lo eligen en contratemporada. Otra alternativa es el Valle de Tierra Mayor, donde se practica esquí de fondo -–la gran especialidad fueguina–, patinaje sobre hielo, vóley sobre nieve y windski. Aquí, como en otros centros cercanos a Ushuaia, una de las grandes estrellas de la temporada son los paseos en trineos tirados por perros, entre ellos los siberianos de brillantes ojos azules, que parecen sentirse a sus anchas en el paisaje de nieve y cielo gris.
Mientras el próximo domingo se realiza en Ushuaia la tradicional Marcha Blanca, un evento organizado por el Club Andino Ushuaia que propone calzarse los esquíes para recorrer entre 7,5 y 21 kilómetros de nieve, seguirá en curso el Festival Gastronómico 2007, que hasta el 19 de agosto busca fomentar el desarrollo de la cocina fueguina mediante la utilización de productos locales (conejo, centolla, merluza negra, mejillones, centolla). Una buena manera de ponerle el broche de oro a la temporada, no sólo la deportiva sino también la de la buena mesa. Y para completar la estadía, por qué no pasar por el Festival Internacional de Cine de Montaña que se extiende hasta el 24 de agosto: allí se exhiben, sin competencia, toda clase de materiales audiovisuales relacionados con la montaña. Al mismo tiempo habrá competencias de escalada, sesiones de free-style, bajada de antorchas sobre el Glaciar Martial y una gran fiesta final.
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