Dom 13.10.2002
turismo

FIT 2002 EL DESAFíO TURíSTICO

El mundo en Buenos Aires

Cada año, la Feria Internacional de Turismo concentra en Buenos Aires lo más importante del rubro en todo el continente. Verdadera vidriera de la oferta turística argentina, latinoamericana y mundial, este año la FIT tendrá también el objetivo clave de dar un “shock de vitaminas” al turismo receptivo.

Por Graciela Cutuli

Del 19 al 22 de octubre, el predio de La Rural va a convertirse en una especie de globo terráqueo en miniatura que permitirá saltar de un continente a otro y conocer todo lo que el mundo puede ofrecer a los turistas. Será como dar la vuelta al mundo en 80 minutos y en 80 stands, verificando si, como dice Marcos Palacios —el presidente de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo (Aaavyt)– “el turismo es un sector económico rentable y resistente a las crisis, y una industria capaz de sobreponerse a duros golpes generando crecimiento y trabajo”.
Este será, sin duda, el gran desafío de la FIT para este año. Si bien la crisis no pudo poner en duda su condición de principal feria de turismo del continente (y quinta a nivel mundial, según sus organizadores), será el momento ideal para tomarle el pulso a una industria que acaba de vivir diez años florecientes, y que tiene que lidiar ahora, no sólo con las crisis de las economías latinoamericanas, sino con un estancamiento a nivel mundial producto de los atentados del 11 de septiembre (algunospaíses incluso sufrieron una baja de hasta el 3 por ciento en su actividad turística).

Apuesta al turismo Según la Aaavyt, la Argentina ya forma parte de ese tercio de países del planeta que tienen al turismo como primera fuente de ingreso de divisas. Sin duda no está al nivel de los principales destinos del mundo —Francia es el primer país receptor desde hace varios años, con un récord de 76,5 millones de turistas en 2001, y Estados Unidos el que más ingresos recibe del turismo, con 72.300 millones de dólares el año pasado— pero el turismo representa para un país como la Argentina un verdadero potencial, que hasta ahora fue subexplotado tanto por el sector privado como público. Es hora de revertir esa situación: de hecho, en la FIT el pabellón que le está exclusivamente dedicado recibirá al grueso de visitantes extranjeros que vienen a actualizarse sobre las ofertas que brinda nuestro país a los profesionales del sector de todo el mundo. Mientras tanto, los tres pabellones restantes (uno está dedicado a Brasil, otro al Caribe y el resto del continente latinoamericano, y el último al resto del mundo) son visitados sobre todo por los operadores locales y el público argentino, en busca de nuevos mercados los primeros, y de exotismo los segundos.

De Brasil a Oriente Este recorrido del mundo por pabellones, que es ya tradicional en la FIT, se va a repetir este año. Los stands de Brasil tendrán una efervescencia muy particular, a días de la segunda vuelta de unas elecciones presidenciales históricas (que además hasta ahora han tenido como efecto secundario una devaluación del real muy favorable para que los argentinos puedan pensar en viajar a Brasil nuevamente). Los numerosos stands de Brasil se reúnen para ofrecer un completísimo panorama de la oferta en el país vecino, desde hoteleros y operadores locales hasta entes estatales y regionales. No hay que perderse el stand de la región de Bahía, siempre muy bien adornado, cuyas promotoras ponen un toque tropical con sus trajes tradicionales.
Los stands de América latina y el Caribe generalmente reflejan el gran potencial de esta parte del mundo: una isla del Caribe hasta hizo su lanzamiento, años atrás, con un stand que reproducía un típico fortín como los que hay en las costas de la región. Para este sector, está prevista este año la presencia de Cuba, el Salvador, Saint Martin, República Dominicana, Puerto Rico y Venezuela.
Por su parte, el pabellón dedicado al resto del mundo cuenta cada año con la presentación de nuevos países. Este año se destacan las presencias de Francia (el primer país en la industria turística mundial estaba curiosamente ausente de las ediciones anteriores de la FIT) y de Islandia, entre otros. Muchas de estas naciones no tienen fuertes tradiciones turísticas entre el público argentino y latinoamericano (es el caso de Malasia y Singapur, o el de Dubai el año pasado), al contrario de Estados Unidos, España o Italia (tres países que ocupan buena parte del pabellón con sus stands, que agrupan numerosos prestadores y expositores). Sin embargo, también ellos tratan de buscar nuevos mercados en un continente hasta ahora concentrado en destinos clásicos (Europa Occidental, Estados Unidos y el Caribe).

Argentina, pasen y vean El pabellón dedicado a la Argentina es un verdadero paseo por todo el país. Gracias a stands de las provincias, pero también de emprendedores privados, de prestadores y de empresas turísticas, se muestra lo mejor del país tanto al público argentino que visita la feria durante los dos días abiertos al público, como al público internacional que pasa por la FIT durante los dos días reservados a profesionales.
Algunos stands son verdaderas invitaciones al viaje, como fue el de la región NOA, que agrupaba a varias provincias en torno a una montaña artificial con escenas típicas de los Andes, incluyendo llamas y cardones de resina que convertían al rincón en un mini parque de atracciones. Se sabe ya que este año las ambiciones se verán recortadas por la crisis, yfrente al anuncio hecho por algunas provincias de no poder participar materialmente con stands estructurados, la participación de todas las provincias será financiada por la Secretaría de Turismo y Deportes de la Nación.
El gigantesco Pabellón Nacional tendrá una superficie ovalada con fachadas curvas, que imitan la forma de una guitarra y tendrán los colores de la bandera argentina. Se podrá ingresar en él por seis puertas, cada una de las cuales desemboca en una región del país: Patagonia, Buenos Aires, Cuyo, Norte, Litoral y Centro. En el centro del pabellón-guitarra se instalará un anfiteatro para 200 personas,punto de encuentro, escenario de espectáculos artísticos y sede ideal para degustar las bebidas y comidas regionales con que cada sector intentará tentar a los potenciales turistas. El gran desafío es que, de ahora en adelante, el turismo crezca: para dar una idea de sus tentadoras perspectivas, basta pensar que en la última década generó unos 23.000 millones de dólares de ingresos. Devaluación mediante, el futuro podría ser rosa si se encuentran los argumentos adecuados para que cada vez más extranjeros aterricen en Ezeiza o amarren en los puertos atlánticos.

Una naturaleza privilegiada En todo caso, es sabido que no son paisajes los que faltan. La Argentina es en ese sentido uno de los países más ricos del mundo, y atrae tanto a los amantes de los Andes de cultura indígena, que se encaminan hacia el Noroeste –Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja– como a los amantes de los deportes extremos, que tienen aquí relieves ideales. Entre ellos se puede recordar el espectacular cañón de Talampaya, el Valle de la Luna –que es además un verdadero “yacimiento de dinosaurios”, y se puede combinar, siempre en San Juan, con avistajes de estrellas en los diáfanos cielos de El Leoncito– o las Sierras de las Quijadas, en San Luis, uno de los circuitos más agrestes de la Argentina.
Contrastando con estos relieves áridos y solitarios, el norte también tiene paisajes exuberantes que los turistas eligen particularmente para la observación de animales: los Esteros del Iberá, en Corrientes, son una reserva única en el mundo, así como el Parque Nacional Río Pilcomayo, en Formosa, que oculta una inmensa vida faunística entre el calor y la espesura. Y por supuesto, la otra gran “estrella” que ningún viajero –nacional y extranjero– quiere dejar de conocer y admirar: las portentosas Cataratas del Iguazú, con sus impresionantes saltos de agua en el corazón de la selva misionera.
En el otro extremo, la otra gran reserva natural que atrae a los turistas de todo el mundo como un verdadero imán es la Península Valdés, refugio de elefantes y lobos marinos, pingüinos e innumerables aves marinas. Sin contar a las “vedettes” de la región: las ballenas francas australes, que todavía están de visita en las aguas del Golfo Nuevo y el Golfo San José. Es de esperar que algunos de estos lugares estén presentes en la muestra fotográfica “La Magia de la Patagonia”, de Yayo Montoreano, que se realizará durante la FIT.
De hecho, lo más común –es una práctica habitual en otras ferias del mundo, de turismo y otras especialidades– es que los operadores que vienen a conocer los atractivos argentinos combinen la visita a la FIT con el paseo por alguno de los destinos que luego se encargan de promocionar. Esta época del año es ideal para eso, ya que la Argentina tiene todos sus encantos disponibles, de norte a sur. Entre ellos, uno de los clásicos –desde siempre con una alta tasa de visitantes extranjeros– es el Glaciar Perito Moreno, así como los demás glaciares santacruceños, el pueblito de El Calafate y el impresionante cerro Fitz Roy. Un paso más, y allí está Ushuauaia, con su reputación de “ciudad más austral del mundo”, el bellísimo Parque Nacional Tierra del Fuego y las estancias donde el fin del mundo se combina con otra de las grandes ofertas actuales de nuestro país: el turismo rural.

Por el campo y la buena mesa El turismo de estancias cobró particular relieve en toda la Patagonia, pero también en la provincia de Buenos Aires, donde muchas antiguas estancias se reconvirtieron y dejaron atrás la explotación agrícola para dedicarse a recibir turistas: otras, en cambio, consiguen una exitosa combinación de ambas actividades. Mientras tanto, los destinos turísticos tradicionales, como Bariloche y sus lagos, o la cordillera mendocina, siguen haciendo valer su belleza y la buena preparación de su infraestructura, que tiene pocos rivales en el país. Estos lugares tienen una ventaja adicional: están muy bien situados para responder a las exigencias del turismo gastronómico, que se convirtió en una de las estrellas de los últimos años. Así, los vinos mendocinos, la trucha de los lagos andinos o el cordero patagónico dan batalla junto a las empanadas salteñas, el universal asado y el mate, tradicionales embajadores de la buena mesa local.
Frente a tantas alternativas, las conferencias “Cómo conocer una gran ciudad” y “Cómo conocer la Argentina con poco presupuesto”, a cargo de periodistas especializados, podrán orientar un poco entre el mar de posibilidades que abre una visita a la FIT. Ya todo está listo: sólo falta que la gran feria abra sus puertas, y que se cumpla la profecía que la Aaavyt quiere concretar a partir de este año: que, con ayuda de la Secretaría de Turismo de la Nación, el turismo se ubique finalmente como una prioridad política. La FIT tiene la palabra.

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