Domingo, 10 de agosto de 2008 | Hoy
TURISMO RURAL > ESTANCIAS BONAERENSES
Lentamente, el invierno empieza a dejar paso a días más templados. El tiempo de las vacaciones de invierno va quedando atrás y los fines de semana invitan a salidas cortas por el campo bonaerense, donde abundan las propuestas de turismo rural para pasar uno o dos días combinando el descanso con tareas campestres, cabalgatas, paseos en carro, avistaje de aves e, incluso, practicando deportes como el polo y el golf.
Por Graciela Cutuli
A unos 100 kilómetros de Buenos Aires, el paisaje se hace todo campo. Un campo que parece no terminar nunca, un sueño de cientos de hectáreas donde sólo los alambrados ponen límite a la pampa sin ondulaciones que invita a disfrutar del turismo rural. A continuación, una serie de propuestas para salidas de corto alcance.
CASA Y CAMPO En el paisaje rural de General Las Heras, la estancia La Eloísa invita a pasar un día o unos días sumergido en el ritmo de las tareas campestres, o practicando los dos deportes insignia del establecimiento, el polo y el golf. La Eloísa es, en realidad, para cualquier habitué, “La Elóisa”: al visitante no le harán falta más de un par de horas para acostumbrarse a la nueva pronunciación, que descubrirá apenas se le da la bienvenida con una picada de fiambres y quesos de campo. Luego llegará el momento de conocer las instalaciones: el gran casco de estilo clásico inglés, que perteneciera a Enrique Gil (criador de toros y dueño de una fábrica de lácteos), el comedor donde se dan cita los huéspedes, cinco magníficas habitaciones (hay otras cuatro más en una casa algo más alejada del casco), la pileta, la cancha de tenis y, sobre todo, la cancha de golf de nueve hoyos par 36 y las tres canchas de polo. La propuesta no puede sino atraer a numerosos visitantes extranjeros: así como en Francia el viaje de ensueño es alojarse en un castillo renacentista, o en Italia en alguna gran casona de la campiña toscana rodeada de olivares, para la Argentina el turismo de estancia es uno de sus emblemas más allá de sus fronteras. Y no son pocos los que cumplen su fantasía aquí en La Eloísa, donde todo parece haber sido pensado para sentirse como en casa. Así lo viven los visitantes que llegan desde el país y el exterior, reunidos para las comidas en el comedor principal, donde se pueden disfrutar tradicionales platos caseros como pollo o lomo al horno, sopas y pastas caseras. Los domingos, claro, es el momento del asado, en completas parrilladas de ésas dignas de retratarlas en una foto.
A la hora de las actividades, está por un lado la posibilidad de asistir a las tareas agrícolas de un campo en actividad: más allá de estar abierta al turismo, La Eloísa es una estancia en funcionamiento, donde también se crían caballos. Por otro lado, gran parte de los visitantes vienen atraídos por las canchas de polo, una de las principales propuestas de noviembre a marzo: lo bueno es que no sólo hay especialistas, sino también principiantes que quieren conocer los secretos de este juego audaz y apasionante. Luego, cuando llegue la hora del relax, habrá que probar también la cancha de golf.
Durante la estadía en la estancia, el tiempo parece alcanzar para todo: por eso también atraen las cabalgatas o paseos en carro (en el caso de las cabalgatas hay que tener en cuenta que, por razones de seguridad, se hacen al paso, salvo que se trate de jinetes expertos en el dominio de su montura). Y sin duda el avistaje de aves, aunque no está tan desarrollado en nuestro país, atrae a numerosos visitantes en busca de descubrir las especies locales de la mano de un buen par de prismáticos. Al final de las vacaciones, cuando esta suerte de juego al Estanciero en la vida real haya llegado a su fin, cada uno se llevará de La Eloísa los mejores recuerdos de un oasis tranquilo y verde que siempre espera, allí, a apenas una hora y media de la ciudad y el ruido.
EL CENCERRO Con toda la intimidad que ofrecen sus únicas tres suites (todas con hogar a leña), a sólo tres kilómetros de Capilla del Señor, una localidad bonaerense ubicada a 80 kilómetros de Buenos Aires. El Cencerro invita a pasar unos días sumergido en el verde. Propone paseos en sulky, bicicletas, voley, fútbol, pesca, ponies para niños, cabalgatas con guía, vuelos en globo y golf (algunas actividades son con costo extra). Un delicioso arroyo rodeado de bosque distingue al lugar, en tanto la estancia se caracteriza por una propuesta gastronómica que sale de lo habitual, y suma al tradicional asado especialidades francesas, italianas y árabes.
La Alameda Gracias a la tranquilidad que brinda la cercanía de la laguna de Chascomús, y un antiguo casco de estancia, éste es el lugar ideal para un descanso con tradición, con una propuesta exclusiva de días de campo o alojamiento. Se brindan desayuno, almuerzo, merienda y cena, con actividades que se remontan a la historia gauchesca: paseos en carruaje, cabalgatas, pesca deportiva, safari fotográfico, avistaje de aves. Además se puede asistir a pruebas de destreza criolla: corrida de sortijas, carreras con cueros, prueba de riendas.
LA FIGURA Mil seiscientas hectáreas de explotación agrícola-ganadera conforman el conjunto de La Figura, cuyo imponente casco fue construido a mediados del siglo XIX y reformado sucesivamente, con materiales íntegramente traídos de Europa. La estancia fue fundada por Carlos Pellegrini, padre del ex presidente y conocido artista plástico de su época, que se retiró al campo por su desacuerdo con la política de Rosas. En La Figura –que supo ser puesto de carretas en los viajes al sur– pasó su infancia su hijo Carlos, nacido en 1846. Más tarde la estancia pasó a Miguel Nemesio de Uribelarrea, que le dio impulso con la cría de ganado ovino e importantes galpones de esquila. Hoy día se pasan días de campo con numerosas actividades incluidas, entre ellas golf, tenis, cabalgatas, paseos en sulky y carruajes, avistaje de aves y juegos, además de exhibiciones de destreza criolla y folklore.
JUAN GERONIMO La estancia se extiende sobre 4000 hectáreas declaradas Reserva de la Biosfera por la Unesco. Dispone de ocho habitaciones, algunas campestres y otras coloniales, vecinas a un lago poblado por garzas, patos silvestres y cisnes. El estilo Tudor tiñe el tea-house, la cabaña y las caballerizas. Además de actividades rurales, se destacan las cabalgatas por los cangrejales, médanos y la costa del Río de la Plata y la observación de aves, ciervos axis y jabalíes. Su biblioteca resguarda libros de viajes e historia en varios idiomas. Para tentarse con los sabores, ofrece degustaciones de salames y quesos, además de ciervo, conejo, setas y portobellos.
ESTANCIA DOS TALAS A sólo dos horas de Buenos Aires, en el corazón de las tierras bonaerenses, Dos Talas tiene una casona de influencia francesa e italiana construida en 1893. Cada ambiente tiene un encanto especial, con vista a los diferentes rincones de las 30 hectáreas de parque, diseñado por el paisajista Charles Thays. Sus dueños, descendientes del fundador, don Pedro Luro, se encargan de ofrecer todo el año cómodas y frescas habitaciones.
TERNURA RANCH Este establecimiento está ubicado en Open Door, localidad muy próxima a Luján. Ofrece alojamiento con pensión completa, canilla libre de gaseosas y agua, bebidas alcohólicas en las comidas, gastronomía casera. Spa de campo. Cuenta con cancha de fútbol, tenis, básquet y voley; pileta cubierta y descubierta, videojuegos y actividades infantiles con personal especializado. Observación astronómica con telescopio.
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