ZOO DE BUENOS AIRES > ACTIVIDADES EDUCATIVAS
Todos los sábados, el Zoo porteño brinda actividades educativas y talleres de conservación para chicos desde los tres años hasta adolescentes de nivel secundario. Fauna autóctona, talleres de tratamiento de residuos, biomas del mundo y la vida de los monos son algunos de los temas.
› Por Julián Varsavsky
Una visita al zoológico puede significar muchas cosas distintas. Lo clásico es ir a ver los animales “a vuelo de pájaro”, arrojarles algunos alimentos y reírse un rato con las morisquetas de los monos. Y también puede brindar un acercamiento diferente, más perfilado hacia aspectos concretos de la fauna y su hábitat, con un contenido educativo que despierta la conciencia ambiental sin que por eso los chicos dejen de divertirse. Como explican los integrantes del Departamento Educativo del Zoo, el objetivo es que “los chicos de la ciudad encuentren la relación que les falta con lo natural y que, por ejemplo, si ven por primera vez un escarabajo no se asusten ni lo maten”.
PARA LOS MAS CHIQUITOS Una de las propuestas educativas más curiosas que se pueden hacer en el Zoo está orientada a chicos de 3 a 5 años y se realiza los sábados. En el plan Bicheritos, los chicos que van al reptilario son recibidos por un encargado del sector quien les muestra algún yacaré bebé o una serpiente pitón para que la toquen y sientan que su piel no es fría ni desagradable. Continuando el paseo, también le dan de comer en la boca a la jirafa y calabazas a los hipopótamos. De todas formas, la propuesta es precisamente que aprendan a respetar a los animales, lo cual implica casi siempre que no se los debe tocar.
El plan Bicheritos ofrece un acercamiento muy elemental al mundo de la fauna, acorde con la edad de los niños. Por ejemplo, juegan a “dígalo con mímica” imitando a los animales que antes vieron en vivo.
Según el módulo planificado para cada sábado, los chicos aprenden a diferenciar los ambientes reproducidos en el Zoo como la selva tropical –recreada en un invernadero gigante con palmeras, sotobosque y ficus–, la sabana africana donde viven los leones y elefantes, y los pastizales, hábitat del aguará guazú, un cánido de los humedales.
Un interés especial se pone en que los chicos aprendan a reconocer la fauna autóctona, casi ausente en los medios de comunicación, donde reina el monopolio global del Rey León y los otros gigantes africanos. Y la idea es explicarles no sólo sobre el animal sino su relación con el ambiente. En el módulo de fauna autóctona se visitan los recintos del yaguareté, el aguará guazú, los carpinchos, el puma, el oso hormiguero, el tapir y los monos caí y carayá.
PEQUEÑOS CUIDADORES Otro plan de actividades está orientado hacia chicos de 6 a 12 años y se denomina Pequeños Cuidadores. Para ellos también hay actividades cada sábado, en las que se ofrece un módulo temático particular similar a los anteriores pero vinculado al Año Internacional de la Astronomía declarado por la ONU. De esa forma se relacionan las estaciones del año con las especies migratorias y también se visita el recinto de Josefa y Winner, una pareja de osos polares a quienes no se alimenta con la carne de foca que comen en su hábitat natural sino con bloques de hielo que traen adentro pedazos de pescado. Si se les diera foca, la mayor capa de grasa que esa carne les produce los haría morir de calor.
En el área de los camellos se explica que la joroba no almacena agua sino los alimentos necesarios para vivir en un desierto donde escasea la comida. Los coordinadores también tienen que lidiar contra preconceptos importantes como que el león “es malo por lo que le hace a Simba en la peli del Rey León”. La idea es transmitir que en la naturaleza no hay animales buenos ni malos, por más que se coman unos a otros.
PARA ADOLESCENTES También hay propuestas para adolescentes de 13 y 14 años, quienes asisten al Zoo los sábados por la tarde en plan de “Zooexploradores”. En este caso la propuesta ya no es tan lúdica. Siempre en el contexto del Año de la Astronomía, se prepara una entrevista a un astrónomo y se viaja al observatorio de La Plata para realizarla. Entre los experimentos se construye un telescopio casero con elementos reciclados como lentes y cartones.
Uno de los módulos para Zooexploradores consiste en organizar una campaña de concientización ambiental sobre algún problema específico –incluyendo el diseño de folletos– para que los adolescentes se reconozcan a sí mismos como posibles portavoces de un cambio, algo que por lo general se reserva a los adultos.
Por último los adolescentes de 15 a 17 años disponen de una Escuela de Instructores Ambientales que se desarrolla los sábados de 10 a 17 horas, donde se ofrecen actividades con un perfil orientado hacia el estudio de la biología y la conservación, y se cursan materias como Introducción a la Ciencias Naturales, Ecología, Botánica y Pedagogía. También hacen salidas a reservas ecológicas, un campamento y un etograma de comportamiento de alguna especie del Zoo. Y luego de un año de cursos teóricos y prácticos reciben el título de instructor ambiental.
El plan Bicheritos cuesta $ 85 por mes, Pequeños Cuidadores $ 85, Zooexploradores $ 90 e Instructores Ambientales $ 110 (hay descuento para hermanos). Inscripción previa al teléfono 4011-9942/9924
E-mail: [email protected] [email protected]
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