turismo

Domingo, 19 de abril de 2009

MENDOZA > CHACRAS DE CORIA

Entre álamos y viñedos

El tranquilo pueblo de Chacras de Coria está a sólo 15 kilómetros de la ciudad de Mendoza. El rumor del agua en sus acequias, las calles silenciosas y los viñedos enmarcados por hermosas arboledas invitan a disfrutar de su calma donde también tiene lugar la aventura. Entre copa y copa de buen vino y sabores regionales, una recorrida por sus museos, un vuelo en parapente y la historia de Don Coria, pionero de los canales de riego.

 Por Pablo Donadio

El alboroto de la feria dominical en la plaza es el único momento donde la paz se quiebra. Luego, el sistema se restablece, la armonía retoma su cauce, y entonces vuelve a escucharse el agua que corre por las acequias en cada una de las veredas. Alejada apenas 15 kilómetros de la ciudad de Mendoza, Chacras de Coria se ha convertido en un verdadero remanso para quienes llegan desde otros lares con ansias del tan mentado descanso. Un buen vinito mendocino y el sabor de exquisitos platos regionales como el chivo, garantizan una estadía a puro placer, entre álamos y olivares que visten las cercanías. Además, la proximidad con la alta montaña hace del pueblo una “base” perfecta para quienes quieren combinar los paseos por las calmas vides con las escaladas en la cordillera. En las cercanías, el cerro Arco ofrece la vertiginosa experiencia del parapente, donde se capta una de las mejores vistas de las altas cumbres.

VIDA DE PUEBLO Dicen que fue Juan Bohórquez de Coria, dueño de las tierras que hoy son Chacras de Coria, quien dinamizó el actual barrio veraniego al que llegan miles de visitantes de Mendoza y otras provincia por año. En principio fue concebido como un lugar de veraneo por la cercanía de la capital. Pero la tranquilidad y el buen clima, el aire puro y el verde intenso de campos y campos, fue convirtiendo la incipiente urbanización en un buen lugar para vivir. Un condimento más marcó su destino: la proliferación de viñas demandó proyectos de riego. El reencauce de aguas, acompañado de la persistente forestación de la mano y el conocimiento del suelo de Don Coria, dinamizaron el desarrollo del pueblo. Con gran entusiasmo nacieron también las edificaciones más importantes. La plaza central Gerónimo Espejo, a la que se llega por la serena avenida Italia Sur, es un anfiteatro para los espectáculos que se ofrecen a locales y visitantes. De día, las familias se agrupan allí y los niños andan en bici y juegan con el agua que escupen los seis “sapitos” del sector empedrado. Por las noches, la música convoca a reuniones pueblerinas con presentaciones bajo la colorida iluminación de la iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Esta construcción es otro orgullo local, ya que posee un interior esculpido en piedra y una bella fachada de estilo colonial.

POR LOS MUSEOS Si bien el pago invita al relax intenso, arrullado por el sonido del agua de deshielo corriendo por la acequia (¡qué placer!), la estadía en Chacras de Coria también tiene sus variaciones. “Museo inspirado e inspirador, recolector de curiosidades y obras valiosas, generoso distribuidor de información y belleza, apasionado cultivador de ciencias y sabiduría popular, defensor de los sabores genuinos y del placer de vivir”, así se presenta en sociedad el Mucha, Museo de Chacras, en puño y letra de sus promotores. Es un espacio donde se comparte la plástica, el diseño, la arquitectura y el cine, charlas con artistas, talleres y cursos varios, mientras se toma un café entre colegas y amigos. Camino a Luján de Cuyo se encuentra el otro museo, el Bellas Artes Emiliano Guiñazú. Inaugurado en 1951 en homenaje al pintor Fernando Fader, quien residió en Mendoza a principios del siglo pasado, la casa fue testigo de importantes reuniones sociales en tiempos pasados. Aquí hay tres colecciones fundamentales (de artistas extranjeros, pintores argentinos y paisajistas locales) además de 49 trabajos del propio Fader, que incluyen murales, pinturas de caballete, dibujos y esculturas.

FRUTOS DE LA TIERRA No sólo las acequias, alamedas y montañas de picos nevados son parte del paisaje de Chacras de Coria. Los viñedos, y otras explotaciones del campo donde se cosechan frutas que derivan en dulces, conservas y frutas secas, explican la presencia del INTA y el importante edificio de la Facultad de Ciencias Agrarias. La zona posee un gran valor agropecuario y ha desarrollado una pequeña industria en torno de la tierra. Una sucesión de bodegas (algunas realmente artesanales) y fincas abren sus puertas para un encuentro directo con sus productos. La firma Espiño cuenta con una sala-museo con la historia y el proceso de la uva, mientras Bodega Lagarde se destaca por sus vinos elaborados en partidas limitadas, y se emplaza en una vieja propiedad que muestra carruajes y automóviles antiguos. La bodega Alfredo Catena en tanto, es otro de los referentes de cosechas exclusivas, y llegando a la zona urbana de Luján de Cuyo se encuentra Chandon, que al igual que sus competidoras brindan la célebre degustación y venta de vinos y espumantes. “Yo digo que el mejor Malbec del mundo está acá”, resume Omar Parisi, enólogo e intendente del distrito. Esta presencia fuerte del vino, acompaña algunos platos gourmet –donde el chivo hace las delicias– que han contribuido a instalar al pueblo y la zona como un destacado polo gastronómico. Quizá la mayor actividad es nocturna, ya que sus restaurantes son visitados por gran parte de mendocinos que llegan a probar las elaboraciones locales, destacadas además en una importante variedad de reposterías artesanales. Así, entre visitantes lejanos y “los del pago” Chacras de Coria reparte su armonía y sus sabores por igual, sin perder la calma.

¡A volar!

El parapente es la actividad más destacada en Chacras de Coria. La agencia Kahuak (que también propone cabalgatas, trekking, rappel, canopy) organiza la aventura al cerro Arco, a 1650 metros de altura. Allí se explica todo lo necesario para disfrutar del vuelo y se colocan los equipos. El principiante es acompañado por un piloto experto, quien maneja las corrientes térmicas y el lugar más propicio para andar por los cielos. La extraña sensación de “no pisar nada” durante un largo rato, está habilitada a quien se anime, y sólo se suspende por mal tiempo o viento Zonda.

DATOS UTILES

Cómo llegar: Aerolíneas Argentinas tiene varias salidas semanales Buenos Aires-Mendoza y tarifas promocionales fuera de temporada (www.aerolineas.com.ar / 0810222 86527). En ómnibus, Andesmar ofrece un excelente servicio, cuyo viaje dura aproximadamente 13 horas con un costo aproximado de $ 210 en coche-cama (www.andesmar.com.ar/ 4310-0700). En auto son aproximadamente 12 horas. Desde Buenos Aires, el trayecto es de 1050 kilómetros por la Ruta 7, previo paso por San Luis, hasta Mendoza Capital. Continuando la marcha veinte minutos más se llega a Chacras de Coria.

Alojamiento: Parador del Angel ([email protected] / (0261) 496-2201) es una antigua casona restaurada ubicada a 100 metros de la plaza y atendida por sus dueños, María Marta y Daniel, quien también es guía de montaña y ofrece servicios de apoyo para expedicionarios al Aconcagua.

Excursiones: Parapente, trekking y rappel: Agencia Kahuak: www.kahuak.com.ar

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En la feria se puede encontrar de todo, desde viejos libros hasta porcelanas coloniales.

Parapente en el cerro Arco, una de las actividades que rompen la calma de Chacras de Coria.

Duraznos en flor, otro de los frutos de la pródiga tierra mendocina.
Imagen: Daniela Barrera
 
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