NEUQUEN LAS TERMAS DE COPAHUE
Baños, barros y burbujas
Al noroeste de la
provincia, al pie de un majestuoso volcán, las termas de Copahue reciben anualmente a unas 11.000 personas que llegan en busca de los balsámicos baños en el cálido fango de la Laguna del Chancho y en las burbujeantes aguas de la Laguna Verde. En las instalaciones del complejo también se brindan tratamientos especializados para diversos problemas de salud. Además, un poco de aventura en excursiones al cráter del volcán.
Por Julián Varsavsky
Las mejores termas del mundo suelen estar al lado de volcanes, esa quintaescencia de fuerzas descomunales contenidas bajo la tierra. Y la villa termal de Copahue está precisamente allí, al pie del volcán, inmersa en un área que parece en estado de ebullición, con agua y vapores luchando por salir a la superficie.
A dos kilómetros del centro termal, un camino de tierra conduce a una gran hoyada de piedra, al fondo de la cual hay unas termas totalmente naturales llamadas Las Maquinitas (apenas hay una pasarela de madera). Estamos en la parte baja de una hoyada donde montones de fumarolas y respiraderos producen una constante humareda que sube por la ladera del cerro. El agua bulle con fuerza entre las rocas, donde los charcos de aguas burbujeantes proliferan por doquier. El ruido de “las maquinitas a vapor” es constante. Algunas personas se acuestan en el barro sulfuroso color gris y directamente quedan enterrados con apenas la cabeza afuera (se debe tener en cuenta que aquí no hay duchas para lavarse). Como si fuera un sauna al aire libre, el lugar es ideal para llegar trotando y, con el cuerpo todo transpirado, darse un baño de vapor de azufre natural que brota de una pequeña cueva.
La mayoría de los visitantes simplemente van a Las Maquinitas para curiosear entre las rocas gigantes, aspirando el saludable vapor mientras espían por las pequeñas fisuras del terreno. Dentro de ellas se ven violentos chorros de agua que circulan a toda velocidad, justo debajo de nosotros, produciendo ruidosos suspiros de vapor liberado a presión. El primitivo contexto de rocas humeantes produce la sensación de estar en un aliviadero de los infiernos.
Al llegar a Villa Copahue, se vislumbra desde la ruta un pueblo con casas de techo a dos aguas, esfumadas por pequeñas nubes de vapor. Las aguas mineralizadas brotan por doquier entre las casas formando lagunas y arroyos que despiden los constantes vahos sulfurosos. El ambiente está impregnado de un fuerte olor a azufre, pero al poco tiempo de llegar uno se adapta a aspirar ese aire extraño casi hasta dejar de percibirlo.
El placer del balsamo Las termas de Copahue atraen a un promedio de 11.000 personas al año y están catalogadas entre las más completas debido a la variedad y calidad de sus aguas. En el complejo hay varias lagunas termales con diferente composición mineral y temperatura, pero sólo dos en las que uno se puede sumergir directamente. La Laguna del Chancho es la más buscada debido a su fango gris orgánico con aguas sulfatadas, recomendado para enfermedades reumatológicas. Durante el baño las personas van sacando barro del fondo y se untan todo el cuerpo y la cara, con cuidado de no tocar los ojos, para luego secarse al sol. Además el barro de esta laguna es bueno para suavizar la piel. En la Laguna Verde también es posible sumergirse de cuerpo entero, y en este caso de manera gratuita y sin prescripción médica. El color verdoso es producto de la proliferación de algas termófilas de tamaño microscópico. El baño en estas cálidas aguas es muy relajante por el cosquilleo de las burbujas que suben pegadas al cuerpo, mientras los vapores dan de lleno en la cara. Y por si esto fuera poco, el constante burbujeo produce un chispeante sonido, similar al de una cerveza espumante recién servida.
El complejo de Hidroterapia Copahue, administrado por el Ente Provincial de Termas, abarca 6000 metros cuadrados de instalaciones cubiertas y cuenta con diversos departamentos especializados en dermatología, afecciones respiratorias y rehabilitación de problemas motores, entre otras dolencias. Para el visitante el primer paso es la apertura de su historia clínica y una entrevista con el médico, quien prepara el plan de tratamientos. La consulta cuesta $ 20. Para las personas sin ninguna clase de dolencia, el trámite se simplifica con una breve entrevista con un enfermero que autorizará un plan de 3 o 4 baños.z
Subnotas