Domingo, 13 de mayo de 2012 | Hoy
SUECIA. TURISMO LITERARIO
Un paseo por la capital sueca, donde el éxito planetario de la trilogía Millennium impulsó la creación de un circuito literario para conocer lugares vinculados con las tres novelas, luego llevadas al cine por partida doble: una versión rodada en sueco y otra en inglés. Para recorrer Estocolmo con un libro bajo el brazo.
Por Graciela Cutuli
Las postales muestran las ciudades como uno quiere imaginárselas. El sol brilla siempre y los monumentos muestran su mejor perfil. Las novelas, por el contrario, las revelan tal como son realmente, con sus costados soleados y sus partes de sombra. Y algunas son tan descriptivas que hasta permiten recrear la sensación de cotidianidad. Sin haber puesto nunca los pies en Estocolmo, un lector de cualquier lugar del planeta siente familiaridad con el Kaffebar o la calle Bellsman gracias a la trilogía Millennium, de Stieg Larsson. A lo largo de las miles de páginas de este bestseller mundial se puede recorrer el pintoresco centro antiguo de Estocolmo –Gamla Stan, o Ciudad Vieja– pero también los fríos y rectilíneos barrios modernos de la ciudad junto a sus dos protagonistas, Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander. Si existieran, de carne y hueso, la capital sueca bien podría contratarlos como guías de turismo: porque desde hace unos meses se puso en marcha una visita guiada temática sobre la trilogía, tal como existía ya una caminata tras los pasos y recuerdos de Abba y otra, en el sur del país, que evoca el paso del comisario Wallander, surgido de las también famosas novelas de Henning Mankell.
LA CASA DE MIKAEL El nombre de Håkan Frändén parece puesto para brindar una muestra de todos los acentos posibles en idioma sueco. Pero no es un personaje de ficción, sino el guía a cargo de la caminata temática de dos horas que se organiza todos los sábados al mediodía. El punto de encuentro es siempre el mismo lugar: debajo de las ventanas mismas de Mikael Blomkvist, en la calle Bellsman número 1. A diferencia de autores clásicos como Marcel Proust o Victor Hugo, que cambiaban en sus novelas los nombres de los pueblos y calles que elegían como escenario, Stieg Larsson se inspiró en lugares reales y como tales quiso nombrarlos. La placa de Bellsmangatan 1 (gatan es calle en sueco) sería un trofeo para cualquiera de los fanáticos del grupo, como lo es la placa de Penny Lane en Liverpool para los amantes de Los Beatles. Pero no queda más remedio que aguantarse las ganas, y para eso nada mejor que concentrarse en las explicaciones de Frändén mientras anuncia cómo será el recorrido, que pasará por cuatro lugares emblemáticos y recurrentes en las novelas de Larsson: el departamento de Blomkvist, el lujoso piso de Lisbeth, las oficinas de la revista Millennium y el café Mellqvist. Son los cuatro momentos fuertes del día. Pero la visita no se limita a ellos, y Frändén aprovecha el paseo para contar bastante más sobre la historia de la ciudad.
A medida que la visita avanza, por una vez las páginas no se pasan con el dedo..., sino con los pies. La historia desfila en los lugares visitados y en la voz del guía: para los lectores, llega entonces el momento no siempre fácil de hacer encajar su propia imaginación con la realidad. Para los que vieron la trilogía filmada en Suecia es el repaso de algo ya conocido, empezando por la casa misma de Mikael Blomkvist, cuyo departamento fue imaginado por Larsson detrás de una fachada de estilo hanseático color ocre. En la calle empedrada se puede casi adivinar la silueta de Mónica Figuerola, la agente de la policía secreta encargada de espiar las idas y venidas del periodista: pero en la realidad no espiaría el portón del edificio, sino una pasarela que permite ir directamente al supuesto departamento, por encima de la calle. Desde allí arriba Blomkvist podría tener magníficas vistas sobre la bahía de Riddarfjärden y Gamla Stan.
Desde el barrio de Söder, una de las islas del centro histórico de la ciudad, el grupo se pone en marcha hasta las siguientes etapas. Para quien no esté en Estocolmo un sábado o no quiera seguir la visita en forma grupal, el Museo de la Ciudad puso en venta un mapa con el famoso método sueco de “hágalo Ud. mismo” que dio tanto resultado a la firma local Ikea... Mapa en mano, es posible ubicar los principales lugares vinculados con las novelas y las películas. Entre los más emblemáticos están el piso de lujo que Lisbeth se compró luego de hackear la cuenta de un hombre de negocios corrupto y las oficinas de Millennium, la revista que dirige Blomkvist con su amiga y amante Erika Berger.
LOS AMBIENTES DE LISBETH Se estima que más de 60 millones de personas en todo el mundo leyeron la trama policial imaginada por Stieg Larsson. La mayoría de los lugares existen en la realidad y hasta ciertos personajes fueron inspirados por personalidades de la historia sueca reciente. Lo que no existe es el pueblo de Hedestad y la isla de Hedeby: la mansión del viejo magnate Henrik Vanger fue filmada en Hofsta Säteri, cerca de Katrineholm, al sur de Estocolmo. Es un gran edificio del siglo XVII. Y el puente que cada lector reconstruyó en su mente al leer el primer volumen de la trilogía fue filmado en Segersta, un pueblito de 400 habitantes como hay muchos en el extenso campo sueco. Se encuentra en el centro-norte del país: para los que se animan a ir hasta allí, en la región de Bollnäs podrán ver el mercadito construido para la película, que será mantenido hasta fin de este año para los visitantes.
Volviendo a Estocolmo y al paseo en la isla fashion de Söder, se trata de un barrio que estuvo un tiempo venido a menos –como tantos en muchas grandes ciudades– hasta que fue recuperado y transformado, convirtiéndose en uno de los lugares más de moda de la capital sueca. No es tan turístico como Gamla Stan, la isla donde se encuentran las calles más antiguas, las iglesias históricas y el castillo real. Pero hay menos turismo y se puede transitar por un Estocolmo más auténtico y más cotidiano.
Pronto se llega al 9 de la calle Fiskar, en sueco “la calle de los peces”. En un edificio alto, que tiene una vista espectacular sobre Gamla Stan y la isla-parque de diversión Djurgården, Lisbeth Salander compró su departamento de 21 habitaciones. Dieciocho de más, pensarán quienes leyeron la novela, porque al fin y al cabo sólo usa tres de ellas. Si lecturas del visitante abarcan más géneros que las novelas de tramas policiales, el letrero le resultará familiar: “V. Kulla”, una alusión a la casa de Pippi Mediaslargas, que se llamaba Villa Villekulla.
En la esquina de las calles Gót y Hökens están las oficinas de Greenpeace para Suecia. Justo un piso más arriba se sitúan las oficinas de Millennium: para subir a su despacho, en la película Mikael Blömkvist ingresaba al 11 de Götgatan. Unos números apenas más arriba se levanta una locación más concreta, el local 7/11 donde Lisbeth hace buena parte de las compras de comida chatarra que forma la parte esencial de su dieta. En este mismo kiosco de barrio, los realmente muy fanáticos podrán comprarse también pizzas congeladas Billys o el agua mineral que toma Blomkvist, la Ramlösa, muy popular en toda Suecia.
EL BAR DE STIEG La visita guiada pasa también por el bar Mellqvist, en la calle Hornsgatan 78. Es uno de los lugares preferidos de Mikael Blomkvist junto con el restaurante de comida oriental Samirs Gryta (en Tavastgatan 28). El kaffebar Mellqvist era también el bar preferido del alter ego del periodista: su creador Stieg Larsson, que trabajaba en la publicación Expo, cuyas oficinas se encuentran en la planta superior y bajaba comúnmente a este local. No hay que dejar de sentarse en una de las mesas y preguntar a los mozos si tenía una favorita. Es como el bar de Edimburgo donde J. K. Rowling escribió los primeros tomos de las aventuras de Harry Potter, un ritual fotográfico para no perderse.
Otro bar importante en la trilogía y en las películas es el Kvanern Bar, donde Lisbeth se encuentra con otros punks y músicos de la banda Evil Fingers. Es uno de los restaurantes más antiguos de Estocolmo, que sirve en la realidad comida tradicional sueca, como los köttbullar (en castellano más sencillamente albóndigas de carne).
En la plaza del barrio, la Södermalmstorg, están a su vez las oficinas de Milton Security, la empresa que dirige Dragan Armanskij y en la cual aparece por primera vez el personaje de Lisbeth Salander. En las películas, la empresa está en un edificio de vidrio y hormigón. No muy lejos, en Ryssgården, se encuentra el Museo de la Ciudad, la institución que organiza las visitas guiadas urbanas, con una pequeña exhibición sobre la triología y sus personajes.
Pero la historia no está por terminar: como en las mejores novelas de suspenso, habrá una continuación a la caminata. Estocolmo es la verdadera capital de Escandinavia y tiene mucho más para mostrar, sobre todo Gamla Stan y la isla de Djurgården, donde hace más de un siglo ya se paseaba August Strindberg en busca de inspiración. Allí se encuentra el museo dedicado al buque Vasa, rescatado intacto de los fondos barrosos del Báltico, y mucho más para recorrer el pasado sueco. Y si de literatura se trata, hasta se puede llegar al extremo sur de Suecia, a la pequeña ciudad de Ystad, para hacer otra visita literaria: esta vez en pos del inspector Kurt Wallander y de las novelas de Henning Mankell.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.