Londres, 1851. París, 1889. Nueva York, 1939. Bruselas, 1958. Sevilla, 1992. Yeosu, 2012. Milán, 2015. El año próximo, la capital de Lombardía –en el norte de Italia, una de las regiones más ricas y activas industrialmente de toda Europa– estará bajo los reflectores del mundo desde el 1º de mayo hasta el 31 de octubre, los seis meses durante los cuales abrirá sus puertas Expo Milán 2015. Con un lema que revela las preocupaciones del mundo para los años por venir –“Nutrir al planeta, energía para la vida”– la gran exposición espera reunir por lo menos 20 millones de personas en sus grandes áreas temáticas bajo el ala de la sustentabilidad.

Como sus predecesoras, Milán también aspira a dejar huella. Pasaron más de 160 años desde aquella primera Exposición Universal realizada en 1851 en el Palacio de Cristal de Hyde Park, en Londres. Hace un siglo y medio, el título también revelaba la marcha de los tiempos: altri tempi, por cierto, considerando que la imponente reseña impulsada por el príncipe Alberto en plena era victoriana glorificaba los “Trabajos de Industria de todas las Naciones”.

En el medio pasaron años, ciudades, capitales, descubrimientos, tecnología. Y el desafío de Milán para 2015 es inédito e innovador, no sólo como muestra expositiva sino también porque tiene la intención de convertirse en un proceso participativo, que involucre activamente a los presentes en torno del tema decisivo de la alimentación y la energía para el futuro del planeta.

SABORES DEL MUNDO Uno de los objetivos de Expo Milán 2015 es ser recordada no sólo por sus pabellones y sus vitrinas, sino por su contribución al debate sobre el recurso alimentario en un momento de crecimiento exponencial de la población global. Las preguntas son muchas: ¿es posible garantizar agua y comida a la población mundial? ¿De qué manera aumentar la seguridad alimentaria? ¿Cómo proponer nuevas soluciones para cuidar la biodiversidad? Y las respuestas son más todavía, sobre todo porque se impulsará a cada visitante a construir una respuesta personal y única a través de muestras, congresos, reuniones y eventos.

El área de la exposición abarca alrededor de un millón de metros cuadrados en un complejo escenográfico-arquitectónico que busca ofrecer mediante la simple travesía del lugar una primera experiencia del tema de Milán 2015. El espacio general se organiza en cinco espacios o áreas temáticas, es decir los lugares físicos que interpretan el tema de la Expo a través de recorridos expositivos y elementos de atracción. Desarrollados por prestigiosos curadores internacionales, se trata del Pabellón Cero, que cuenta la historia del hombre sobre la Tierra a través de su relación con la naturaleza y el alimento; el Future Food District, que presenta posibles escenarios vinculados con la aplicación extendida de las nuevas tecnologías en cada pasaje de la cadena alimentaria; el Children Park, un espacio para niños con servicios, juegos y propuestas interactivas sobre sustentabilidad; el Parque de la Biodiversidad, un proyecto conjunto con la Facultad de Ciencias Agrarias de Milán que propone recorrer un gran jardín para descubrir la riqueza de la biodiversidad en nuestro planeta; y finalmente Arts & Foods, que busca investigar el multiforme campo de relación entre arte y alimentación, de la pintura a la escultura, los videos, las instalaciones, la fotografía, la publicidad, el diseño y el cine. En todo caso, la mascota de la Expo es uno de los testimonios de esa relación consolidada desde hace tiempo, ya que el personaje –formado por nueve personajes menores que lo componen como un rompecabezas– remite a las pinturas-collage de Arcimboldo a base de alimentos. Foody, tal el nombre general que le eligieron miles de chicos italianos en una votación, está formado por la banana Josephine, el higo Rodolfo, la naranja Arabella, la granada Chicca, la sandía Gury, la manzana Pomina, el mango Manghy, la pera Piera, los rabanitos Rap Brothers, el ajo Guagliò y el maíz azul Max Mais.

ALIMENTOS PARA EL MUNDO Situada en el área noroeste de Milán, la Expo 2015 abarcará alrededor de 1,1 millón de metros cuadrados, cuya organización fue concebida en un masterplan por cinco arquitectos de renombre internacional: Stefano Boeri, Richard Burdett, Jacques Herzog, Joan Busquets y William McDonough.

Las decenas de países que ya confirmaron su participación en la Expo Milán –incluyendo a la Argentina, cuya presencia contará con un espacio de 1900 metros cuadrados y fue declarada de interés nacional– estarán reunidos en “clústeres” o agrupaciones temáticas: Agricultura y alimentación en las zonas áridas; Islas; Bio-Mediterráneo; Arroz; Café; Cacao; Cereales y tubérculos; Fruta y legumbres; Mundo de las especias. Además de nuestro país, confirmaron participación –entre muchos otros– Brasil, Chile, Bolivia, Colombia, Cuba, México, Perú, Uruguay, Alemania, España, Estados Unidos, Suiza, Japón y Rusia. Los países que no cuenten con un pabellón propio participarán dentro de cada clúster con un proyecto de temática común: así cada uno tendrá a disposición un espacio individual donde presentar mejor sus características específicas, junto con su oferta gastronómica, actividades comerciales y eventos.

La Expo 2015 contará también con Itinerarios Temáticos en torno de historias de alimentos, mesas, y gusto: son recorridos físicos pero también ideales porque se pueden modular según el interés del visitante. El primero es Historias del Hombre, Historias de la Comida, que evoca la historia del hombre a través de las artes, oficios, comercios, técnicas de asentamiento y también los aspectos degradantes de la colonización y la explotación. En este itinerario se abordan también las técnicas de cultivo, crianza, transformación y mutación de los alimentos. Por su parte, Abundancia y Privación: la Paradoja de lo Contemporáneo pone sobre la mesa las contradicciones sobre el alimento y su disponibilidad. Una parte de la población mundial vive en condiciones de subnutrición, sin acceso al agua potable, mientras otra parte sufre enfermedades físicas y psicológicas relacionadas con la mala o excesiva nutrición y el despilfarro. El tercer itinerario es el Futuro del Alimento, que se pregunta cuál será la dieta del futuro: y para eso, el primer paso es conocer las tecnologías, los hallazgos científicos, las metas de la investigación actual que sentarán las bases del capital humano del mañana. El cuarto es Alimento Sostenible-Mundo Equitativo, que apunta a responsabilizar sobre la necesidad de mantener un desarrollo equilibrado entre la producción del alimento y la explotación de los recursos. Finalmente, el último itinerario plantea que el Gusto es Conocimiento: nutrirse es un acto necesario pero puede ser también uno de los más agradables, en tanto el placer del paladar se vuelve instrumento de conocimiento. Así, los sabores y aromas de las cocinas internacionales cuentan la historia y las culturas de las sociedades del mundo.

VINO ITALIANO Además de cada pabellón de los países participantes, que en algunos casos ya dieron a conocer sus líneas impactantes y futuristas aún en proceso de construcción, la Expo Milán 2015 será una gran vidriera para la cultura y la gastronomía italiana, gran protagonista de la era del slow food. Y lo mismo para sus vinos, que tendrán un área especial de 2000 metros cuadrados dentro del propio Pabellón Italia. El objetivo no es el montaje de un área comercial, aunque las empresas podrán presentarse, sino que se buscará contar la experiencia vitivinícola italiana desde su historia hasta su futuro.

En este sector, después de una fase multimedia que ilustrará los territorios de producción y las etapas de producción vitivinícola, se podrá pasar a un recinto de experiencias virtuales y reales sobre el mundo del vino, que incluyen la degustación de productos made in Italy y espacios para master class de enología. Será probablemente uno de los sitios más convocantes de la Expo 2015, que no es sin embargo la única apuesta de Milán para el año próximo: además de la Exposición Universal y el eje alimentario, la ciudad rendirá homenaje a su propia historia y su propio buen gusto con la apertura de un nuevo museo dedicado a las colecciones de Giorgio Armani. Milán, capital del diseño italiano, proyecta abrir el museo en una antigua área industrial en desuso junto a la sede de la Casa Armani, y se espera que la fecha sea en simultáneo con la inauguración de la Expo 2015. Una buena ocasión para unir dos fuertes de la imagen italiana en el mundo: la calidad artesanal de los productos alimentarios de su tierra, junto al arte y el estilismo que hicieron de Milán una de las capitales mundiales de la moda.

Cardo y Decumano, los dos ejes sobre los cuales se articula la estructura de la muestra.

El Pabellón Italia, líneas innovadoras para la sede del país anfitrión en la Expo 2015.

Colina Mediterránea, un mirador de 12 metros de altura que albergará el espacio de la slow food.div>