Domingo, 14 de agosto de 2016 | Hoy
SUECIA > PAISAJES DE VERANO EN ESCANDINAVIA
Además de historia, el extenso espejo de agua del Vättern y sus alrededores boscosos ofrecen atractivos recorridos y numerosas actividades deportivas para amantes de la naturaleza, la ecología y la cultura. Aquí nacieron los fósforos y se encontraron antiguas inscripciones nórdicas.
Por Dora Salas
Fotos de Dora Salas
Pensar en Suecia suele ser sinónimo de frío, de mujeres fascinantes como Anita Ekberg y de personas nada extrovertidas. Pero muy poco se conoce de la historia y del presente de esta monarquía parlamentaria que integra Unión Europea, que ha mantenido su moneda nacional –la corona sueca– y donde conviven desde hace décadas refugiados de distintas partes del mundo, una situación no exenta de conflictos y contradicciones pero encomiable en el actual panorama de Europa.
El imaginario popular no incluye los cálidos veranos, breves por cierto, el sol y los lagos que brindan múltiples posibilidades turísticas y deportivas para todos: familias, jóvenes y personas de avanzada edad que aman la naturaleza, la ecología y la cultura.
Sin embargo, esa Suecia cálida existe y el paradigma femenino –al amparo de la seguridad social– incluye mujeres que tienen hijos antes de los treinta años.
En cuanto al clima, las cuatro estaciones están bien diferenciadas y en verano son muchas las propuestas para disfrutar al aire libre: desde las actividades en el mar y los lagos, como pesca, canotaje y buceo, hasta el trekking, ciclismo y cabalgatas. Para diversos gustos y edades, se puede optar por básicas casitas de madera (algunas sin baño interno), campings para carpas y casas rodantes, cruceros, veleros, lanchas y hoteles. El circuito del lago Vättern, en el sur del país, unos 200 kilómetros al sudoeste de Estocolmo, ofrece justamente todo esto y le suma paseos culturales, avistaje de fauna y apreciación de la flora local.
MARAVILLAS LACUSTRES Durante el verano la región del lago Vättern tiene una temperatura agradable, con registros de 21-23 grados centígrados que pueden elevarse a 28-29. Desde mediados de junio las horas de luz solar son entre 15 y 18 por día, situación que se invierte en diciembre, cuando llegan a ser sólo cinco o seis, sin que esto afecte el disfrute del tiempo libre, pues la zona cuenta con infraestructuras adecuadas para cada estación. Así, por ejemplo, en invierno se puede patinar sobre el lago helado.
El Vättern, hogar de varias especies de peces nórdicos y de crustáceos atrapados en sus aguas desde el fin de la última Edad de Hielo, tiene una superficie de 1912 kilómetros cuadrados con una profundidad máxima de 128 metros. Varias ciudades se suceden en sus orillas, como Gränna, Ödeshög, Vadstena y Motala en la costa oriental, y Habo, Hjo y Karlsborg en la occidental. Entre bosques y campos cultivados, son ideales para escapadas de fin de semana o planes de varios días.
Para relajarse a orillas del lago, el segundo más grande de Suecia y el sexto de Europa, nada mejor que un par de días cerca de Ödeshög, en el centro de la costa este del Vättern, donde el bosque se mezcla con cerezos salvajes, tupidas matas de frambuesas y flores de suaves tonos lilas, blancos y amarillos.
En la costa, las grandes piedras de la playa lacustre, calentadas por el fuerte sol de julio, se convierten en una ecológica cama solar, agradabilísima para estirarse, cerrar los ojos y sentirse parte de la naturaleza después de una zambullida en las profundas, cristalinas y frías aguas del lago.
También es posible bucear y hacer snorkel en esta zona, a la que se accede por un senderito de tierra en auto, caminando o en bicicleta. Como se trata de Suecia, no faltan los contenedores diferenciados para desperdicios, grandes carteles con indicaciones para la pesca y, cada tanto, alguna cabina-baño.
Desplazándose hacia el norte vale la pena visitar la Reserva Natural Stora Lund para acercarse a otras maravillas de la naturaleza, como las llamadas “reliquias glaciares”, ya que hace 600 millones de años una falla geológica dio origen al lago Vättern. Desde esos tiempos remotos otros acontecimientos incidieron en sus características, como pudo haber ocurrido con los pastizales, probables descendientes de cultivos de la Edad de Hierro. Ocho kilómetros al norte de Ödeshög se ubica el Ecopark Omberg, con sus 1700 hectáreas de bosques de robles y hayas, y con pronunciadas pendientes montañosas, ideales para el senderismo.
EL CANAL GOTA El Göta Kanal es otro atractivo del lago Vättern y se puede recorrer en embarcaciones históricas que ofrecen programas de dos o más días, con todo incluido y algunas paradas durante el trayecto para visitar castillos u otros lugares de interés cultural.
Inaugurado en 1832, este canal artificial de 190 kilómetros de longitud vincula la zona de Gotemburgo, en el mar del Norte, con las cercanías de Estocolmo, en el mar Báltico, y fue concebido para favorecer la agricultura, impulsar la industria y evitar impuestos aduaneros daneses. Cuenta con 58 esclusas y atraviesa varios lagos, entre ellos el Vättern y el Roxen, además de 87 kilómetros de excavaciones. Su ideólogo fue Baltzar von Platen, ex oficial de marina, quien contó con ayuda técnica británica y obtuvo el apoyo del rey Karl XIII.
Las obras, en las que trabajaron 58.000 personas, en su mayoría soldados suecos, se iniciaron en mayo de 1810, duraron 22 años (con siete millones de días de trabajo en jornadas de 12 horas diarias), y su finalización se celebró ante el rey Karl XIV.
Sin embargo el canal fue perdiendo su función comercial con el desarrollo de vías férreas y carreteras, y hoy es una de las más atractivas propuestas turísticas del país.
Uno de los puntos de interés del viaje por el canal es Motala, donde se lanza cada año el Vätternrundan, considerado el mayor evento de ciclismo recreativo del mundo, con recorridos de 300, 150 y 100 kilómetros, en el que participan alrededor de 20.000 personas de distintos países. Además de este evento especial, las costas del lago son adecuadas para los amantes de la bicicleta, con senderos que atraviesan frondosos bosques.
Sin dejar la costa oriental del lago, pero yendo hacia el sur, se puede visitar Gränna, la “dulce” localidad de los caramelos de menta suecos (polkagris), típicos bastoncitos con espirales rojas y blancas, que se caracteriza por sus casas de madera y sus calles empinadas. Fundada en 1652, Gränna lleva el nombre de la montaña a cuyos pies de encuentra y se la visita en especial por los artesanos que allí se dedican a fabricar los polkagris.
RUNAS, CASTILLOS FÓSFOROS La más antigua de las runas suecas (los caracteres de la escritura de los antiguos escandinavos), del siglo IX, se encuentra unos ocho kilómetros al este del Vättern, en medio de campos cultivados cuyas ondulaciones y trigales maduros recuerdan las pinturas del neerlandés Van Gogh, aunque el paisaje presenta altísimos molinos de energía eólica.
La Rökstenen, considerada el primer registro de literatura escrita sueca, se encontró en el siglo XIX dentro de las paredes de la iglesia del lugar, y los caracteres esculpidos que la cubren resaltan en rojo sobre la superficie blanca de la piedra, de unas cuatro toneladas, unos dos metros y medio de alto y alrededor de 50 centímetros de espesor.
Según las explicaciones del museo al aire libre que hay en el sitio, podría ser un fragmento de un texto mitológico. Cita, además, al rey ostrogodo Teodorico el Grande, fallecido en el 526.
Con un puerto sobre el lago Vättern, la encantadora ciudad de Vadstena es meta turística todo el año, pero en verano ofrece una amplia gama de actividades acuáticas, además de la visita al castillo renacentista erigido por el rey Gustavo I Vasa en 1545.
En dicha localidad, Santa Brígida (1303-1373), patrona de Suecia y copatrona de Europa, fundó el primer monasterio de su Orden del Santísimo Salvador. Esta aristocrática mujer sueca, que se casó y tuvo ocho hijos, entre ellos la que luego fue Santa Catalina de Suecia, tras la muerte del esposo viajó a Roma y realizó varios peregrinajes, llegando incluso a Jerusalén.
En la costa occidental del lago se destacan Hjo y Jönköping, esta última conocida como “la ciudad de los fósforos”, pues en 1845 se produjeron allí los primeros productos de ese tipo, a los que ahora se dedica un museo: es el Tändsticksmuseet, establecido en un edificio de madera de 1848, en la casa que fue su primera fábrica. Cajitas, etiquetas y máquinas que resaltan la importancia de un objeto que suele pasar desapercibido.
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