Domingo, 9 de enero de 2005 | Hoy
FRANCIA PEREGRINAJE LITERARIO POR NANTES Y AMIENS
Este año se conmemora en Francia el centenario de la muerte de Julio Verne, el escritor que hizo soñar a decenas de generaciones con viajes submarinos, en globo, al centro de la Tierra y a la Luna. El calendario de celebraciones se concentra en Nantes –su ciudad natal–, y en Amiens, donde falleció en 1905.
Por Graciela Cutuli
Según Ray Bradbury, “de un modo u otro todos somos herederos de Julio Verne”. Padre de la ciencia ficción, que en aquellos tiempos se conocía como literatura de anticipación, los viajes de Verne recorrieron desde el centro de la Tierra hasta la superficie lunar y el fondo del mar, a bordo de los más increíbles medios de locomoción. Cuando sus contemporáneos todavía andaban a caballo, Verne ya hacía viajar a sus lectores en globo, en submarino y hasta en naves espaciales, con un asombroso poder de predicción, basado en una sólida investigación científica. Su novela París en el siglo XX, escrita en 1863 pero rechazada por su editor –y publicada recien en 1994–, describía la máquina de fax, el alumbrado eléctrico de la capital francesa y la red del metro. En otras obras se adelantó a su tiempo, imaginando el aire acondicionado, los misiles teledirigidos, los helicópteros, los cohetes espaciales y hasta las imágenes en movimiento mucho antes que los hermanos Lumière. Generaciones de lectores crecieron soñando con repetir las aventuras de Phileas Fogg, del Capitán Nemo y de Michel Strogoff, llevados por la pluma ágil del escritor que un día se rebeló contra el destino de abogado que le había prefijado su padre y se lanzó a la carrera literaria con el padrinazgo de Alejandro Dumas, uno de los más populares escritores de su tiempo.
Nacido en Nantes Julio
Verne nació en Nantes el 8 de febrero de 1828. Desde tiempos inmemoriales
esta fue una ciudad de marineros y capital de Bretaña (aunque actualmente
pertenece al departamento de LoireAtlantique). Nantes alimentó las primeras
fantasías infantiles de Verne, con los barcos que entraban y salían
del puerto rumbo a los destinos más exóticos. Una leyenda probadamente
falsa cuenta que cuando sólo tenía 11 años quiso embarcarse
rumbo a las Indias para traer un collar de coral a su prima, Caroline Tronson,
de quien estuvo vanamente enamorado durante años.
Para el visitante de hoy, Nantes cuenta entre sus atractivos principales el
monumental Castillo de los Duques de Bretaña, una antigua fortaleza amurallada
y con puentes levadizos, de sólidas torres y fachadas, construida en
el siglo XIII. El periplo literario nos lleva hasta la parte elevada de la ciudad,
en la colina de Saint-Anne, donde un caserón burgués del siglo
XIX alberga el Museo Julio Verne. La muestra sobre el escritor se inauguró
en 1978, cuando se cumplieron 150 años de su nacimiento en Nantes. Pero
este año se conmemorará también en la ciudad de Amiens
–la ciudad donde Verne murió en 1905– el centenario de su
fallecimiento. El Museo Julio Verne exhibe una colección formada por
documentos personales, ediciones de su obra, fragmentos de sus novelas más
conocidas, ilustraciones, afiches, juegos y objetos que permiten comprender
mejor el método de trabajo del escritor, el mundo editorial y literario
en que se movía, así como las fuentes que forjaron su inspiración
desde la infancia. El propio escritor reconocía que la circunstancia
de haber nacido en Nantes, con su importante movimiento comercial y marítimo,
punto de ida y vuelta de numerosos viajes hacia los extremos del mundo, había
alimentado su imaginación y su pluma para forjar las más increíbles
fantasías de su tiempo. Allí también su hermano Paul pudo
seguir su vocación de marino y fue la fuente de documentación
de muchas de sus obras.
La colección Verne de Nantes recibió numerosas donaciones de la
familia: los muebles de su salón en Amiens fueron entregados por su nieto,
en tanto sus sobrinos donaron una gran cantidad de correspondencia. Entre la
Biblioteca de Nantes y el Museo Verne se conservan los manuscritos de 98 novelas,
relatos, obras de teatro y otros escritos, incluyendo contratos de edición
con Hetzel.
El año Verne Durante
todo este año Nantes recordará en conjunto con Amiens el centenario
de la muerte de Verne, con una multiplicidad de iniciativas que casi no tiene
precedentes en la celebración de “aniversarios literarios”.
En Amiens, situada en el extremo opuesto de Francia en relación con Nantes,
Julio Verne vivió durante 18 años en la Maison à la Tour,
fácilmente reconocible por su gran torre y un belvedere que fueron la
ventana del escritor al mundo durante sus últimos años. Ya estaba
instalado allí en 1886, cuando su sobrino Gastón –luego
declarado demente– le disparó dos tiros durante una discusión,
dejándolo seriamente herido. Verne se restableció, pero le esperarían
nuevos problemas. En 1896 su novela Ante la bandera, protagonizada por un científico
loco que crea una bomba devastadora, le valió un juicio del ingeniero
francés Eugène Turpin –inventor de la explosiva melinita–,
que se sintió identificado con el personaje. Sin embargo Verne, defendido
por el futuro presidente de Francia Raymond Poincaré, ganó el
juicio y algo de tranquilidad.
Olvidados los conflictos que jalonaron su vida, desde los enfrentamientos con
su padre hasta el ataque de su sobrino, este año será puro homenaje
a Verne. Durante todo el año, el Museo Verne se renovará totalmente
y parte de su colección pasará a la Mediateca Jacques Démy,
que también recibirá una nueva donación de sus descendientes,
con objetos de la vida cotidiana del novelista y libros de su biblioteca. Además
habrá un ciclo de conferencias llamado “El viaje al centro de la
tierra madre”, sobre el imaginario novelesco y el análisis psicológico
de la obra de Verne. También será inaugurada una exposición
coproducida entre Nantes y el célebre Festival de la Historieta de Angoulême,
que revela cómo su vasta obra –casi siempre publicada primero como
folletín, con importantes ilustraciones– inspiró a numerosos
historietistas. En la muestra llamada Marte, exploración de un planeta,
se evocará la curiosidad de Verne por el mundo espacial, de la mano del
trabajo conjunto entre el museo, el Planetario de Nantes, la Sociedad de Astronomía
local y el Laboratorio de Planetología de la Universidad de Nantes. Pero
eso no es todo: asimismo se realizarán el coloquio Julio Verne, las máquinas
y la ciencia, la exposición al aire libre Los mundos (in)explorados de
Julio Verne (en el Jardín Botánico), se reconstruirá uno
de los barcos del escritor –el “Saint-Michel II”– y
habrá una nueva edición de las Utopiales, el principal festival
de ciencia ficción de Europa, que cada mes de noviembre se realiza en
Nantes bajo la égida de Verne.
Este intenso programa será acompañado por reediciones de las obras
del novelista, la publicación de un CD con canciones inéditas
de Julio Verne,y el estreno de la película Jules Verne, voyageur extraordinaire,
filmada en Nantes, París y Amiens. Su ciudad natal quiso además
homenajearlo con un circuito especial, la visita guiada “Jules Verne,
la ville est un roman”, que recorre su vida y obra a lo largo de 12 etapas
en los lugares que Verne frecuentaba o que lo inspiraron literariamente. Y si
no se quiere caminar se podrá tomar el ómnibus decorado con la
imagen de Julio Verne y sus personajes, o bien tomarse el TGV (tren de alta
velocidad) que circulará entre Nantes y Picardie, la región de
Amiens, expresamente en homenaje al escritor.
Lo cierto es que este año será una ocasión ideal no sólo
para recordar a Verne sino también para releer su obra, que a la luz
de un siglo de distancia puede dejar atrás con orgullo las múltiples
críticas que se le hicieron en su tiempo –”que estaban mal
documentadas, que eran fantasiosas y que eran un peligro para la juventud”–,
para seguir imaginando cómo será el mundo del futuro, cuando los
submarinos y las naves espaciales ya forman parte del paisaje cotidiano, y aún
está por saberse qué deparará a la humanidad el recién
empezado siglo XXI.
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