ESPAÑA VISITA A LA CIUDAD DE SALAMANCA
La docta castellana
Con una tradición universitaria que se remonta al año 1218, fecha en la que se fundó la célebre Universidad, Salamanca ha sido designada Ciudad Europea de la Cultura del Año 2002. En sus calles casi sin autos, flanqueadas por fastuosas iglesias y mansiones de piedra, se respira el aire erudito que emana de la docta ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988.
Por Julian Varsavsky
Al pisar las antiguas calles de Salamanca se respira de inmediato el aire solemne de una ciudad docta. Al igual que Oxford y Cambridge en Inglaterra, Salamanca cobró peso propio cuando a comienzos del siglo XIII se fundó su universidad, una de las más antiguas de Europa. La ciudad mantiene parte de su estructura edilicia medieval que, como toda arquitectura, sugiere a través de las formas físicas el espíritu y el pensamiento que rigen una época. El ambiente salamantino está conformado por antiguas catedrales, la histórica universidad, y algunas mansiones señoriales con paredes de grandes bloques de piedra y rejas góticas en las ventanas. Muchas puertas son de gruesa madera en forma de arco, con su correspondiente aldaba. En diversos lugares aparecen los arcos de medio punto entre dos columnas, que proliferaron durante el románico (siglo XII). El conjunto de los edificios religiosos y universitarios, rodeados por ese aura fría y seca que irradia la piedra desnuda, parece reflejar un tiempo en el que “el saber” y la ciencia estaban ocultos en los ámbitos físicos del clero.
La universidad Al ingresar en la Universidad de Salamanca, el primer rasgo llamativo que se percibe es la fastuosa pompa que acompañaba la “búsqueda de la sabiduría”. Este “culto al saber” tenía sus momentos culminantes: la clase magistral dictada por la eminencia, el riguroso examen y la ceremoniosa graduación. Llegar a ser doctor en tiempos medievales era un privilegio exclusivísimo, y el ámbito donde se llevaba a cabo el proceso del aprendizaje sugiere –al menos en apariencia– que había que recorrer un severo camino para lograrlo.
Un sitio emblemático dentro de la Universidad de Salamanca es el aula donde el teólogo y poeta Fray Luis de León dictaba sus cátedras sobre Sagrada Escritura y Santo Tomás. En un principio, los alumnos se sentaban en el suelo hasta que se rebelaron e iniciaron una serie de ruidosas protestas golpeando el piso de madera con los pies antes de la clase. Se dice que así surgió el verbo “patalear” para conseguir algo. Y gracias al pataleo, aparecieron en el aula los asientos de madera que ahora están en exhibición carcomidos por los años. Al frente del aula se ve el púlpito de madera desde el cual Fray Luis de León comenzó una vez su clase con la célebre frase “Decíamos ayer”, pronunciada luego de una interrupción de cinco años en su actividad docente, consecuencia de su encarcelamiento en los calabozos del Santo Oficio de Valladolid en 1572. De León había sido delatado a la Inquisición por sus compañeros, bajo la acusación de haber traducido al castellano (“una lengua vulgar”) el Cantar de los Cantares. La otra “herejía” por la cual lo persiguieron fue haber aplicado sus conocimientos del idioma hebreo para criticar los errores de traducción latina de la Biblia.
En una esquina del corredor que rodea el patio central de la universidad está el aula donde dictaba clases Miguel de Unamuno, uno de los tantos célebres escritores que, como Góngora y Garcilaso de la Vega, pasaron por estos claustros.
El Aula Magna, donde aún hoy se siguen entregando los doctorados, es el sitio de mayor pompa de la universidad, decorado con espectaculares tapices flamencos de varios metros. El otro lugar de peso significativo es la biblioteca rectangular, con sus mapamundis y sus cuatro paredes cubiertas con estanterías barrocas llenas de libros y antiguos códices, que llegan casi hasta el techo.
En la entrada a la universidad, construida entre 1415 y 1433 en factura gótica, hay una gran estatua del reivindicado Fray Luis de León. Toda la fachada del edificio central está decorada con bajorrelieves de 1529, considerados el exponente máximo del estilo plateresco salamantino, donde sobresale el escudo con el águila coronada de San Juan, el símbolo de los Reyes Católicos. Una frase en griego resume el significado de la universidad edificada por orden del papa Luna: “Los reyes para la universidad y ésta para los reyes”.
Las iglesias Salamanca fue conquistada y reconquistada por los árabes y por los cristianos, de manera reiterada. La Reconquista definitiva –a fines del siglo XV– fue lograda por el rey Alfonso VI, quien impulsó el catolicismo y la construcción de una inusitada cantidad de iglesias considerando la pequeña dimensión de una ciudad del medioevo.
Salamanca tiene dos catedrales. La menos “monumental” –en comparación con la otra–, es La Vieja, diseñada al estilo románico del siglo XII. Allí se visita la capilla de Santa Bárbara, donde antiguamente los aspirantes a doctores de la universidad pasaban la noche “en capilla”, memorizando las lecciones que rendirían a la mañana siguiente. La otra catedral es La Nueva, que a pesar de su nombre no deja de ser antigua, ya que se comenzó a construir en 1513, y se terminó recién en el año 1733. La catedral fue proyectada cuando el gótico estaba desapareciendo en Europa, y aunque mantuvo el estilo un poco a destiempo de la época, en el siglo XVIII incorporó el aporte de arquitectos más modernos como Benito Churriguera. El siglo XX también dejó su marca: Entre las rarezas que depara la decoración se cuentan la figura de un astronauta tallada en los bajorrelieves exteriores, y otra de un demonio comiéndose un helado para simbolizar el pecado de la gula.
La Plaza y la Casa Considerada por muchos como la plaza porticada de mejor traza arquitectónica de España, la Plaza Mayor de Salamanca presenta el sello barroco de Alberto Churriguera, quien la diseñó durante la primera mitad del siglo XVIII. La plaza es el punto neurálgico de la ciudad: allí está el edificio del Ayuntamiento y es, por lo tanto, el lugar donde se realizan todas las celebraciones oficiales. Está rodeada por una gran galería sobre la cual se levantan antiguas mansiones cuyos balcones se alquilan cuando hay algún festejo.
Una de las edificaciones civiles más representativas del gótico español es la Casa de las Conchas, construida en el siglo XV. En el frente se ven 365 conchas marinas de estuco –un símbolo de la Orden de Santiago– que decoran una fachada con ciertos toques moriscos y renacentistas, en la que también resaltan las deslumbrantes piezas de rejería gótica en las ventanas.
En la actualidad Salamanca continúa siendo una ciudad estudiantil, con más de 45.000 estudiantes de todo el mundo que llegan atraídos por las diversas facultades de la histórica universidad. Y la alborotada presencia juvenil crea un particular contraste con la atmósfera antigua y formal de esta ciudad, cuyas fastuosas iglesias y mansiones de piedra recrean el severo espíritu medieval de los reinos de Castilla y León.