Domingo, 30 de julio de 2006 | Hoy
USHUAIA > MARCHA BLANCA, ARTE Y DEPORTES
El próximo 13 de agosto, en plena temporada, Ushuaia celebra la nieve con la ya tradicional Marcha Blanca, una competición de esquí de fondo para grandes y chicos, y un original concurso de esculturas de nieve. Y como siempre, paseos en trineos tirados por perros, excursiones y todos los deportes invernales.
Como en todos los países donde se practica el esquí de fondo, Tierra del Fuego también tiene su gran competencia en esta modalidad deportiva: la ya tradicional Marcha Blanca, punto cumbre de la temporada invernal, en la que participan centenares de personas de todas las edades. Los orígenes de este singular evento que organiza el Club Andino Ushuauaia se remontan al año 1981, cuando un grupo de esquiadores organizaron un cruce de la cordillera fueguina sobre esquíes de fondo en homenaje al que había realizado un siglo y medio antes el General San Martín. La segunda marcha se realizó en 1986, partiendo desde Rancho Hambre hasta llegar a Las Cotorras.
Una de las ventajas del esquí de fondo o esquí nórdico es que no se requiere ser un experto esquiador. De alguna manera es como caminar con suaves deslizamientos sobre la nieve en superficies más o menos planas. Y además se lo puede practicar en familia porque es accesible a grandes y chicos. Desde Ushuauaia, la Marcha Blanca recorre itinerarios trazados a lo largo de los Valles Fueguinos por trineos especiales tirados por motos de nieve.
Una singularidad de esta “carrera” es que fue pensada tanto en un sentido competitivo como en el participativo. Por eso, además de los mejores tiempos que marcan los buenos esquiadores, también se premian el mejor disfraz de la marcha, el participante de mayor edad, el más chico, la familia más numerosa y la escuela con mayor concurrencia.
Hoy en día la Marcha Blanca es el máximo acontecimiento invernal de la provincia, homologado por la Federación Internacional de Esquí (está programada para el 13 de agosto). Esto hace que vengan participantes de peso como esquiadores de España, Italia, Rusia, Eslovenia, República Checa, Estados Unidos, Brasil y Argentina (incluidos los dos fueguinos que representaron al país en las últimas Olimpíadas de Invierno de Italia). A lo largo de los valles se recorren dos circuitos, uno de 21 kilómetros para competición y otro de 7,5 kilómetros que es recreativo, para la población y los turistas en general. El punto de largada se va cambiando año tras año, y durante la carrera se atraviesan los distintos centros recreativos invernales dedicados a esta especialidad y a paseos en trineos tirados por perros. Estos centros son Solar del Bosque, Altos del Valle, Nunatak, Tierra Mayor, Llanos del Castor, Valle Hermoso, Las Cotorras, Cerro Castor (el principal en la modalidad de esquí alpino) y Haruwen.
En Ushuauaia, la celebración de la nieve también tiene su aspecto artístico. Coincidiendo con la Marcha Blanca, se organiza un original concurso de esculturas de nieve. Esta iniciativa cultural data del año 1995, cuando un grupo de artistas locales convocó al Primer Encuentro de Escultores en Nieve, en el que participaron artistas nacionales e internacionales. Las obras se tallan en bloques de nieve compactada de entre dos y tres metros de largo y alto. La temática es completamente libre y el público observa todo el proceso de creación. Los elementos de trabajo permitidos son escaleras, palas, ralladores y serruchos. La sede de esta impactante muestra de arte en el hielo varía de año a año y se realiza a mediados de agosto en tres jornadas consecutivas al aire libre. En la próxima edición se prevé la participación de una veintena de equipos conformados por un máximo de tres personas cada uno.
Tierra del Fuego es un lugar excepcional para la cría de perros siberian y alaskan huskies, razas que se caracterizan por su resistencia a las bajas temperaturas. Por tal razón, en las regiones más frías del planeta se los utiliza para viajar en trineo por la nieve, un “medio de transporte” que, además de ser hoy una atractiva opción turística para excursiones por paisajes nevados, ha originado un deporte competitivo llamado sled-dog.
En Ushuauaia, el Gato Curuchet es considerado la autoridad máxima en sleddogs. Y para que los turistas puedan vivenciar el tramo nocturno de esacompetición, organiza excursiones en trineo que comienzan al atardecer. Cada trineo lleva atado un grupo de entre seis y doce perros, de los cuales los más importantes son los líderes, que se ubican en la punta. A los siberian y alaskan huskies no se los conduce con riendas sino con órdenes verbales y el nivel de obediencia es asombroso: “yi” significa derecha, “ja” izquierda y “ambai” es adelante. A los 8 meses de edad los perros comienzan a ser entrenados impulsando pequeñas ramas que más tarde se convierten en cargas más pesadas. “El perro es como un atleta; ellos son puro músculos y fibra”, afirma el Gato, mientras acaricia a uno de sus líderes de grupo llamado Muluk, de quince años de edad.
El paseo se inicia en Altos del Valle, todavía a la luz del día. En el centro invernal la actividad se vuelve febril y comienzan los preparativos para internarse en lo más recóndito de Tierra del Fuego. Con su aspecto de lobo y unos ojos diáfanos tan azules como los glaciares, los perros huskies demuestran su excitación con aullidos, pugnando por tirar del trineo. Cada animal lleva puesto un arnés que le permite trabajar en equipo remolcando el trineo cargado de turistas, de acuerdo con las indicaciones del musher (conductor). Cuando todo está revisado y se da la orden de salida, casi en las penumbras de la noche, los trineos salen disparados hacia el bosque de lengas centenarias. En unos pocos minutos los árboles empiezan a ralear hasta desaparecer por completo. En la primera parada en la inmensidad del valle, el increíble panorama ofrece hacia el norte una serie de montañas, blancas e imponentes, que parecen nacer de una envolvente bruma. Pero los pensamientos son interrumpidos por el brusco tirón de los perros, que están nuevamente lanzados a la carrera. En la noche cerrada, la luna hace fosforecer la nieve como si chisporroteara. Finalmente se llega al lugar donde los organizadores de la excursión Fogón Blanco ya han preparado un vivaz fuego cuyo resplandor enrojece el paisaje nevado. Allí, con el crepitar de las llamas y las historias de viajes lejanos que cuentan los anfitriones, los turistas saborean un potente guiso montañés antes de emprender la aventura de una caminata por el valle a la luz de las linternas.
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