Sábado, 20 de julio de 2002 | Hoy
TURISMO RURAL ESCAPADAS
DESDE LA CAPITAL FEDERAL
En tiempos de vacas flacas y vacaciones cortas, la escapada al campo es una opción muy adecuada para combinar los paseos urbanos con el turismo rural. Muy cerca de la Capital o a unos 250 kilómetros desde la General Paz, algunas de las numerosas alternativas que ofrece la provincia de Buenos Aires para pasar un día o un fin de semana entre tranqueras de estancia.
En los últimos años el turismo de estancias ha terminado de convertirse en un clásico para quienes optan por el descanso y la buena comida, rodeados en algunos casos de la atmósfera del siglo XIX que sobrevive entre las paredes de adobe de antiguos cascos. En la provincia de Buenos Aires existen alrededor de un centenar de establecimientos de campo reacondicionados para el turismo. A continuación, un informe con algunas de las opciones más recomendables.
Santa Gertrudis Un
camino de tierra conecta el pueblo bonaerense de Lezama con esta estancia, cuyo
campo, a simple vista, parece infinito. Ya en ese trayecto, los tres carpinchos
que descansan al sol, indiferentes al paso de la camioneta, demuestran que el
asfalto porteño ha quedado bien atrás. Al ingresar al casco construido
en 1950 lo primero que sorprende es la cantidad de antiguos objetos de
campo que lo decoran: látigos, espuelas, una máquina manual de
moler café, bancos de hierro hechos con un asiento de tractor, sifones
viejos, planchas a vapor, candados y faroles a kerosene. Un hogar a leña
mantiene cálido el ambiente y en el comedor un gran ventanal permite
ver todo el parque lateral, el aljibe con cerámica de mayólica,
y un árbol de origen chino llamado ginkgo biloba.
Santa Gertrudis funciona como estancia desde 1875, cuando fue comprada por la
bisabuela de su dueño actual, Darío Saráchaga. Mide 1664
hectáreas, y allí se cultivan trigo y pasturas para alimentar
a las 700 vacas que pueblan los corrales. Estas vacas producen la leche utilizada
para hacer manteca y dulces caseros, y su carne de primera se come en los suculentos
asados al aire libre que se ofrecen a los huéspedes.
Los amantes de la pesca estarán a gusto en la estancia. A través
de un bosque de selva en galerías se llega a una laguna de 250 hectáreas
poblada por patos, nutrias y cisnes de cuello negro. Allí se practica
la pesca con señuelo de tarariras, y también es posible embarcarse
en una canoa en busca de bagres y dientudos.
Santa Gertrudis también ofrece un toque ciudadano. Durante todo el fin
de semana, quien lo desee, puede tomar hasta 8 horas de clase de tango (se cobran
aparte) garantizando que cualquiera pueda irse de la estancia diciendo que bien
o mal sabe bailar al compás del 3 por 4.
Guía: Lezama está
a una hora y media desde Buenos Aires, por la autopista a Mar del Plata. La
estancia tiene dos habitaciones dobles muy bien decoradas que cuestan $ 100
por persona (las dos habitaciones comparten un baño). Las habitaciones
con baño privado cuestan $ 120 (siempre con pensión completa).
En las tarifas están incluidos los paseos en carruaje y sulky para niños.
Por las clases de tango se cobra un extra de $ 50 (8 horas de clase). Tel.:
02242-432133 02241-15509381
E-mail: [email protected]
Sitio web: www.esgds.com
La Margarita
Al acercarse a esta estancia de 1870, ubicada a 10 kilómetros del pueblo
de Tapalqué, no se ve otra cosa que pasto verde hasta la línea
del horizonte. Ocupa unas 3000 hectáreas y su casco aparece sorpresivamente
tras unas arboledas con incontables eucaliptos, sauces y cedros azules traídos
de la estepa rusa hace 60 años.
La dueña de La Margarita, Enriqueta Aguiló, recibe personalmente
a sus huéspedes no bien se bajan del auto, y los invita a pasar al living
de su casa, la misma donde ella nació y se crió al igual que cinco
generaciones de sus antepasados. Al ingresar al cuarto ya está encendido
el hogar a leña a los pies de la cama de caoba inglesa y borde labrado
en bronce. Al heredar la estancia, la dueña actual mantuvo todo el mobiliario
original traído de Europa en barco a fines del siglo XIX. La Margarita
dispone de un parque de 15 hectáreas y una laguna llamada El Naranjo,
semi-cubierta de pastizales, donde nadan incontables patos y cisnes blancos.
Los flamencos rosados enseñorean el paisaje con sus delgadas patas metidas
en el agua, donde retozan algunas nutrias, teros y chimangos.
Los almuerzos con asado criollo transcurren al aire libre con las mesas instaladas
sobre el pasto y la cena se sirve en la gran mesa del living.
En la noche el silencio absoluto se interrumpe apenas por los grillos, el relincho
de los caballos que se llaman de una estancia a la otra, o el golpe seco de
un cascarudo contra la gruesa pared de adobe. La Margarita es ideal para venir
con niños, quienes aprenden a cabalgar en un petiso, ordeñan vacas
y recolectan huevos en el gallinero.
Guía: Tapalqué
está a 280 kilómetros de Buenos Aires. Se llega por la autopista
Ezeiza-Cañuelas, la Ruta 205 hasta Saladillo, y luego la Ruta 51 hasta
el cruce a Cacharí. Luego hay 7 kilómetros de camino de tierra
en buen estado. Un paquete de 3 días y 2 noches, con pensión completa
cuesta $ 320; dos días y una noche, $ 160. Los niños pagan 50
por ciento menos. Las tarifas incluyen dos cabalgatas, un paseo en carruaje,
el uso de las canchas de golf y de tenis y pesca en el arroyo. Tel.: 02283-420530
4783-6202.
E-mail: [email protected]
Sitio web: www.estancialamargarita.com
La Bamba
Esta estancia ubicada en las cercanías de San Antonio de Areco quizás
sea el ejemplo más acabado, desde el punto de vista arquitectónico,
de esa particular síntesis entre la tradición criolla y la cultura
europea de muchas estancias argentinas. De hecho, es una de las pocas que conserva
un casco entero de estilo colonial, construido en 1830.
La Bamba fue una de las primeras estancias en abrir sus tranqueras al turismo,
en 1986. Su genuino ambiente de campo y el estilo de su casco determinaron que
fuera elegida para filmar escenas de las películas Camila y Las Cosas
del Querer II.
A la estancia se llega por un amplio camino de tierra rodeado de los campos
de pastoreo de otras estancias vecinas. Al casco se ingresa cruzando un patio
con baldosones de barro cocido y un aljibe en el centro. Al trasponer una puerta
con aldaba se ingresa a un living con mobiliario de principios del siglo XX
y un hogar de mármol blanco a leña. Las habitaciones tienen altos
ventanales coloniales que llegan hasta el techo, y la decoración de los
cuartos con piso y techo de madera incluye antiguos faroles de kerosene,
una salamandra, y unos armarios enormes donde se colgaban los voluminosos vestidos
que se usaban en el pasado.
El silencio de la noche permite oír el croar de las ranas y el aleteo
de las lechuzas cruzando de una rama a otra. Al abrir las ventanas de la habitación
en la mañana, ingresa el ensordecedor canto de centenares de pájaros
que revolotean sobre el jardín. El parque que rodea el casco mide 16
hectáreas que se pueden recorrer a caballo todas las veces que el visitante
lo desee.
El almuerzo transcurre al ritmo de la vida en el campo, sobre unas mesas instaladas
al aire libre. El mozo va sirviendo de a poco suculentos trozos de carne asada,
que se alternan con tragos de vino fino. Y al atardecer, el té se sirve
en el mismo lugar, acompañado con tarta de chocolate con crema, lemon
pie y scones.
Guía: Para llegar se debe tomar el Acceso Norte (Ramal Pilar) hasta la Ruta 8, para luego seguir hasta San Antonio de Areco. Tarifas diarias: alojamiento con pensión completa para dos personas, $ 280; habitación doble con baño compartido, $ 200. La habitación más lujosa (para dos personas) cuesta $ 320. Casita para tres personas, $ 400.
El día de campo cuesta
$ 70 por persona (incluye empanadas, vino, asado y té con pastelitos).
Reservas al 02326-456293.
E-mail: [email protected]
Sitio web: www.la-bamba.com.ar
Granja Loma Verde
65 kilómetros al sur de la capital, en las afueras de Coronel Brandsen,
la Granja Loma Verde ofrece un día de campo y la posibilidad de conocer
algunos aspectos de la cultura gauchesca. La propuesta es ideal para ir con
niños, quienes se entretienen en la huerta educativa y alimentando a
los animales. Además se ofrece alojamiento en cómodas casas de
campo dentro del bosque, que son una alternativa mucho más económica
que las tradicionales estancias.
Al llegar a la Granja Loma Verde, un sulki espera al visitante para llevarlo
hasta unas arboledas, donde se juega a la taba. El señor Mario Yornet,
propietario y creador de la granja educativa en 1982, explica a los turistas
las reglas del juego. Los desafíos a la taba proliferan entre los visitantes
hasta que se sirve el vermú con salamín y queso acompañado
con pan casero. Es el preludio de un suculento asado criollo con ese particular
sabor que tiene la carne cocinada en el campo.
A media tarde comienza la recorrida por la granja, visitando un rancho reconstruido
tal como los que habitaban los gauchos en medio de la pampa durante el siglo
XIX. Los niños en general forman un grupo aparte y se van con un guía
especial que los lleva si quieren a dar una vuelta a caballo, y
luego a los corrales para que arrojen puñados de maíz a los cerdos,
ovejas, gallinas y conejos. Después de turnarse para ordeñar a
la vaca Marilú, los chicos visitan el taller de los quesos, el de pan
y la huerta orgánica donde aprenden a conocer los distintos procesos
que implica el trabajo de la tierra.
La Granja Loma Verde tiene una superficie de 8 hectáreas, un tercio de
las cuales están parquizadas. Y diseminadas por el bosque (a una distancia
prudencial de donde se realizan las actividades) hay ocho confortables casas
de campo equipadas con heladera, cocina, DirectTV y leña para el hogar
para que, además de disfrutar de las actividades de la granja, los huéspedes
pasen un fin de semana completo.
Guía: La Granja está
a 65 kilómetros desde la Capital Federal. Para llegar se debe tomar la
autopista Buenos Aires-La Plata, y en el kilómetro 58 (distribuidor Etcheverry)
hay que doblar a la derecha por la Ruta 215 hasta el kilómetro 44,5 (son
15,5 kilómetros desde el distribuidor). Un fin de semana con alojamiento
en la granja (dos días una noche) con pensión completa cuesta
$ 99 por persona. Incluye dos almuerzos, una cena, un desayuno y dos aperitivos
(bebidas a parte). Los niños pagan $ 59. El día de campo, sin
alojamiento, cuesta
$ 20 (incluye aperitivo, empanadas, asado completo, postre, paseo en sulki,
actividades guiadas y uso de la pileta en verano). Los niños pagan $
12. Reservas: Tel.: 02223-442209/442937
E-mail: [email protected]
Sitio web: www.granjalomaverde.com.ar
El Destino En
el partido bonaerense de Magdalena, la estancia y reserva El Destino conserva
relictos de lo que fue el ambiente natural del nordeste de la provincia de Buenos
Aires, y por esa razón fue declarada Reserva Mundial de la Biosfera por
la Unesco. Al trasponer la tranquera de la reserva El Destino, las plantas colgantes
rozan el techo del vehículo, y frente a nosotros se levanta una exuberante
arboleda de pinos, eucaliptos y cipreses de 30 metros. El bosque rodea el casco
de la estancia e incluso casi lo envuelve con las plantas trepadoras que escalan
sus paredes rosadas. El curioso edificio fue levantado en 1929, ajustándose
a las líneas rectas de la escuela alemana del Bauhaus. Las vastas extensiones
de la reserva se pueden recorrer a pie o a caballo en unas tres horas, y no
es obligatorio alojarse allí para poder recorrerla (la entrada cuesta
$ 3). Uno de los ambientes más atractivos es el llamado pradera
ribereña, donde un pastito muy verde crece hasta el borde del Río
de la Plata, precedido por una zona de bañados con pequeñas lagunas.
El paseo por la reserva continúa por un bosque de talas y luego por otro,
gigantesco, de pinos, álamos y eucaliptos.
El laberinto natural lleva hasta los jardines del casco de la estancia, donde
un rectángulo mayor a una cancha de fútbol reluce con su elegante
césped recién cortado, rodeado por numerosos cipreses, nogales
y cedros de gran porte. A los costados nacen pequeños senderos donde
se descubren banquitos para sentarse a tomar sol, estatuas y sectores donde
centenares de helechos tapizan el suelo.
El curioso casco de la estancia El Destino dispone de cuatro habitaciones para
el alojamiento de visitantes. Allí el mobiliario mantiene un estilo antiguo
tradicional, con camas de madera tallada y una decoración típica
de las estancias, incluyendo iconografía religiosa y viejos adornos.
Una alternativa económica de alojamiento son los modernos dormis
que hay en un edificio anexo donde a veces se alojan además de
los huéspedes los estudiantes de biología y los ornitólogos
que vienen a la reserva a realizar sus tesis de grado. Allí hay dos dormitorios
dobles con baño privado, y otras dos habitaciones triples que comparten
un baño. Para todos hay disponible un amplio living comedor con cocina
y heladera. El precio es de $ 12 por noche ($ 4 por el alquiler opcional de
sábanas y toallas).
Guía: La reserva
queda a 117 kilómetros de Buenos Aires. Se llega por la Autopista Buenos
Aires-La Plata y luego por la Ruta 11 hacia Magdalena. Al pasar Magdalena se
deben seguir 17 kilómetros al sur en dirección a Punta Indio (la
entrada está señalizada). Para pasar el día se cobra un
bono contribución de $ 2. El alojamiento con pensión completa
en el casco, con 4 comidas, cuesta $ 90 por persona
($ 135 desde el sábado a la mañana hasta el domingo a la noche).
Una noche de alojamiento en los dormis con cuatro comidas cuesta
$ 50. Reservas: Tel. 4806-3051 4803-6290
Sitio web: www.eldestino.org.ar
E-mail: [email protected]
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