Domingo, 31 de diciembre de 2006 | Hoy
CUYO > CUMBRES MENDOCINAS
En plena cordillera, el centro de Las Leñas está abierto en verano para vivir aventuras en la montaña, recorrer y admirar otros paisajes de la región o simplemente aprovechar sus instalaciones para una semana distinta, en un marco de altas cumbres.
Por Graciela Cutuli
La ubicación del sitio de Las Leñas fue elegida para poder aprovechar plenamente la nieve en invierno, pero de rebote permite también disfrutar a fondo todas las posibilidades que ofrece la montaña en verano. Desde hace ya varios años, el complejo abre sus instalaciones durante los meses de la temporada estival y ofrece la doble sorpresa de precios más accesibles que en invierno, con una gama de ofertas y actividades muy amplias. Los más fanáticos pueden incluso esquiar en verano en Las Leñas, bajo un sol resplandeciente, y con vista sobre montañas matizadas de verdes, blancos y grises.
Pasado el invierno, Las Leñas es sobre todo un centro de aventuras que ofrece trekkings, cabalgatas y actividades de montaña, a la vez que funciona como un resort ideal para familias, con actividades y entretenimientos en los hoteles, y muchas opciones de visitas a lo largo del valle y en la vecina ciudad de Malargüe. Así es que poco a poco, año tras año, Las Leñas –que nació sobre todo como sinónimo de invierno y de nieve– está cambiando su imagen y completando su oferta para ser también una excelente opción de verano.
La aventura de Las Leñas empieza en realidad mucho antes de llegar al hotel y de arrancar con la primera actividad o la primera excursión. Comienza al pie de las montañas, al transitar la pequeña ruta provincial (la 222) que zigzaguea siguiendo el valle cavado por el río Salado en medio de las altas cumbres. Antes de llegar a destino, se pasa delante de algunos de los lugares que serán de visita obligada: el Pozo de las Animas, la laguna de la Niña Encantada, las Termas de los Molles y el sitio de excavaciones arqueológicas.
Una vez en el hotel, quienes hayan elegido una de las opciones más frecuentes (las semanas all inclusive) deben reservar sus salidas y excursiones; lo mismo hacen los turistas que vayan por su cuenta o se alojan en otros lugares, en la pequeña oficina de turismo local. Hay que tener en cuenta que los cupos no son infinitos y que, en general, las excursiones se completan rápido, de modo que no conviene esperar a último momento para armar la grilla de excursiones.
Una vez completado este operativo y el cronograma organizado, se puede empezar a disfrutar a pleno de las instalaciones del centro. La oferta es de las más amplias que puedan imaginarse: hasta se puede practicar buceo de altura y esquí de verano. El buceo se realiza en una laguna de altura, en plena montaña: las aguas frías, pero transparentes, se abren paso en un entorno de gran vegetación, y hasta los peces parecen prestarse con buena voluntad a posar para las fotos. Para quien no sabe bucear, se organizan bautismos y hasta cursitos de iniciación en las piletas de los hoteles. En cuanto al esquí, las salidas veraniegas se organizan en lo más alto del complejo, sobre las nieves eternas. Como las subidas mecánicas desde la base del centro no funcionan en verano, hay que ascender en 4x4 por un camino muy sinuoso y pedregoso sobre el flanco de montaña, durante un par de horas, hasta llegar a un lugar donde las subidas se ponen en marcha y permiten acceder a las pistas abiertas en verano. La sensación de esquiar bajo el sol y con ropa liviana recompensa el arduo camino. El paisaje también.
Hay más actividades en el valle a lo largo del verano, tanto para aventureros como para quien quiere unas vacaciones más relajadas y menos exigentes. Se organizan caminatas desde el centro hasta miradores cercanos para tener lindas vistas y fotos sobre todo el centro y sus particulares construcciones. Pero también hay trekkings de varias horas o de día entero, como el que llega hasta la precumbre del cerro Las Leñas, este particular pico con su cumbre inclinada que domina todo el valle y le da nombre. Se llega por medio de una excursión que combina cabalgata y caminata, durante todo un día. También se organizan salidas en mountain bike, clases y prácticas de rappel, de escalada y de tirolesa, y rafting por el río Salado hasta el Pozo de las Animas.
Con menos adrenalina pero no menos interés, y aptas para todo público, se organizan salidas a distintos puntos del valle. La más linda de todas es sin lugar a dudas la que va hasta Valle Hermoso, muy cerca de las altas cumbres que marcan la frontera con Chile y muy cerca también del lugar donde se estrelló el avión de los rugbiers uruguayos en los años ‘70. La laguna pone color en medio de los verdes de este valle de altura, donde hay petroglifos, placas de nieves eternas y canoas para navegar sobre el lago. También se pueden hacer aquí caminatas hasta un mirador. Se accede por medio de un camino muy arduo, de ripio, que trepa por el flanco de montaña, pero el largo viaje es parte de los encantos de llegar hasta uno de los confines del país, y al corazón mismo de los Andes.
Para toda la familia se organizan también pernoctes de camping en plena montaña, en carpas instaladas con todo el confort, a lo largo de la temporada. Durante una noche, se puede vivir la experiencia de estar en contacto íntimo con la montaña y la naturaleza. Esta salida contempla la organización de un fogón y cuenta con todas las comodidades como para disfrutar de lo mejor del camping sin sus inconvenientes, aunque esto le saque pimienta a la tradicional acampada.
Otra actividad para toda la familia es la visita al centro de excavaciones arqueológicas que se encuentra a pocos kilómetros del valle de Las Leñas. Los arqueólogos explican sus tareas y muestran el resultado de sus búsquedas, fragmentos de utensilios y puntas de flechas creados por los indígenas que vivían en la zona hasta épocas coloniales. Se puede completar esta visita con la del museo de Las Leñas, donde se exponen más piezas, y donde se muestran fósiles y minerales encontrados en la zona, así como testimonios de los inicios del centro de esquí en los años ‘80.
En algún momento de la estadía en Las Leñas hay que volver a bajar por la Ruta 222 hasta el Pozo de las Animas y la Laguna de la Niña Encantada. El “pozo” es una dolina, un término geográfico que define a una cavidad en el suelo formada por la erosión, en forma de cono, producida por el derrumbe de cuevas subterráneas. Las dolinas se llenan de agua y el Pozo de las Animas es famoso por el color verdoso de las suyas, que contrastan con los ocres del suelo. En el Pozo de las Animas hay dos dolinas, de 265 y 300 metros de diámetro respectivamente, cuya profundidad se calcula en unos 21 metros. Su nombre viene del sonido que produce el viento (casi constante), como un silbido, que inspiró leyendas de almas de difuntos que lloraban, según creían los aborígenes que hacían pastorear a sus rebaños en el valle durante el verano.
Otra leyenda se originó en la laguna de la Niña Encantada, un pequeño espejo de agua escondido en un pliegue del relieve. Es uno de los lugares más hermosos de toda la región, con aguas de color verde esmeralda, de un óvalo casi perfecto y flanqueado de rocas que permiten apreciarlas desde la altura. Probablemente originada en una erupción volcánica, en sus aguas transparentes hay numerosos peces. La leyenda de este lugar cuenta que una princesa indígena se enamoró de un joven de la tribu: como él no era noble, decidieron huir juntos. Perseguidos por la tribu, decidieron arrojarse a la lagunita y sus perseguidores fueron transformados en piedras.
Más abajo, siempre por la Ruta 222, en el valle se puede conocer también las Termas de Los Molles, que cuentan con un hotel abierto todo el año, y dos piletas de aguas sulfurosas y ferrosas que curan afecciones respiratorias y dermatológicas.
Si se va a Las Leñas con chicos, hay que tener en cuenta que los hoteles organizan muchas actividades, que van desde clases de tiro con arco hasta fogones y el novedoso Action Zone Park, que cuenta con un Orbit Ball (una esfera inflable donde pueden caminar), XBike (para dar una vuelta 180º en bicicleta) y saltos en bungee, sobre camas elásticas. Como para asegurarse de que en Las Leñas, en verano, hay aventuras para todas las edades y todos los gustos.
Este verano, en Las Leñas se organizan expediciones a caballo, de varios días, para llegar hasta el lugar donde cayó el avión de los uruguayos. Esta salida cuenta con un apoyo logístico que permite pasar noches en carpas confortables, disponiendo de asistencia médica en todo el recorrido. Pero si no todos quieren pasar una semana cabalgando, en Malargüe hay más opciones de visitas y de aventura. Se puede conocer el centro cósmico Pierre Auger, que estudia las radiaciones del universo, y se puede hacer rappel y trekking en la precordillera, en Manqui Malal. En los alrededores también se recorren las barrancas de los Castillos de Pincheira (formaciones rocosas en forma de murallas donde se escondieron famosos bandoleros durante el siglo XIX) y es posible practicar espeleología en la Caverna de las Brujas, la mayor cueva apta para el turismo en el país. Sin olvidar los volcanes de la Payunia y el avistaje de aves de la laguna de Llancanelo.
Para poner un poco de gastronomía entre tantas aventuras, Malargüe organiza su XXI Fiesta Nacional del Chivo y su XII Fiesta Provincial del Cordero del 9 al 13 de enero. Se trata de la mayor festividad del año en la región, junto con la Fiesta de la Nieve en Las Leñas en invierno. El programa de actividades es nutrido y es un lindo momento para conocer la región y participar de estos festejos.
Informes turísticos: Las Leñas tiene a Malargüe como centro urbano más próximo. La Dirección de Turismo está sobre la Ruta 40, en el complejo turístico del Parque del Ayer. Tel.: (02627) 471659, [email protected] www.laslenas.com; www.turismo.mendoza.gov.ar, www.malargue.gov.ar
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