Agua limpia, reglas claras
Frente a las contradictorias leyes y los poco aplicados reglamentos de pesca deportiva en cada provincia, la pesca con mosca es un ejemplo. Sus reglamentaciones son aplicadas con mucho cuidado por quienes la practican, salvo excepciones. Cada año, de hecho, se publica un reglamento que es recibido sin cargo por quienes abonan la licencia. Esta norma sufre cambios anuales con el fin de ajustarse lo más posible a la evolución del deporte y la preservación de las especies. Hace pocos días, el flamante presidente de la Asociación Argentina de Pesca con Mosca (AAPM), Carlos Villaggi, dio a conocer los principales cambios de la edición 2003 de este muy serio Reglamento Continental Patagónico. Este texto necesitó unos cinco meses de deliberaciones y redacción de la Comisión Consultiva de Pesca, que cuenta con especialistas en el tema de las distintas provincias de la Patagonia y Tierra del Fuego, con personal de la Administración de Parques Nacionales y miembros de la AAPM. La edición 2003 (120.000 ejemplares, editado este año por la Secretaría de Turismo de la Nación) presenta pocos cambios importantes y, como los años anteriores, está orientada al conservacionismo, lo que Villaggi define como “pescar más y matar menos”, el catch and release, entre los mosqueros: pescar y devolver al agua. El mayor cambio lo causa la mala situación económica que golpea al país y al mundo de la pesca con mosca. El interesante mecanismo de control de piezas autorizadas por cada pescador mediante precintos, implementado el año pasado, no estará vigente este año por razones de costos. Se volverá, como antes, a apelar a la buena conciencia de cada uno. Otro dato importante: las fechas de la temporada, que se iniciará el 1º de noviembre y cerrará el 1º de mayo (se alarga unos quince días con respecto a años anteriores, pero sobre final de temporada será obligatoria la devolución de todas las presas). Como siempre, hay excepciones y algunos pesqueros tienen fechas diferentes de apertura y cierre, detalladas en la guía 2003. Otro dato importante: los costos. Los permisos de pesca, como el año pasado, se mantienen en $ 20 por pescador por temporada. Se lanzó una tarifa nueva para menores a $ 10. Mientras tanto, los permisos para extranjeros aumentaron. Sin embargo, todos reconocerán sin duda que pescar en uno de los últimos paraísos terrestres (por los menos para mosqueros) no tiene precio...
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