El té, o “camellia sinensis”, es un arbusto con cuyos brotes u hojas molidas se realiza una infusión en agua caliente. Oriundo de Extremo Oriente, hoy se cultiva en muchos lugares del mundo con variedades locales que se usan solas o combinadas con aquellas procedentes de China, Japón o Sri Lanka. Según el proceso, se lo conoce con distintos nombres: té blanco son las hojas jóvenes del arbusto aún no oxidadas; el té verde es secado y fragmentado apenas después de la cosecha, también para evitar la oxidación; el té de invierno se hace con hojas añejas tostadas; y el té negro es el más procesado y utilizado en Occidente (entre sus variedades se conocen el Ceilán y Darjeeling). Los verdaderos amantes del té prefieren la variedad en hebras en lugar del saquito, que surge de hoja tras la molienda más pequeña.