Si la Nueva York de los colonos permite recorrer la ciudad que fue hace siglos, el poder amplificador de la pantalla chica está difundiendo en todo el mundo la imagen de la ciudad tal como era hace unos 50 años. Todo de la mano de Mad Men, la serie basada en la industria publicitaria neoyorquina y por lo tanto en Madison Avenue (ambas cosas son inseparables). La historia de la unión Mad-ad ya lleva casi un siglo: a partir de los años ’20, numerosas agencias se instalaron en esta elegante avenida que corre de norte a sur desde el Madison Square hasta el Madison Bridge, atravesando el Midtown, el Upper East Side y el Harlem. Hoy sólo quedan algunas, incluyendo las influyentes Young & Rubicam y TBWA Worldwide, pero Madison Avenue sigue siendo el templo de la publicidad neoyorquina. Como lo era en los ficticios años ’60 de Mad Men, que en su quinta temporada revisita en la avenida los cuarteles generales de Sterling Cooper Draper Pryce, la agencia de todos los desvelos del recio Don Draper. Mad Men es eso precisamente, un juego de palabras sobre los “hombres de Madison”, según se llamaban a sí mismos los publicitarios a mediados del siglo pasado. Lo cierto es que la serie no pudo sino inspirar a sus televidentes para visitar Nueva York con los ojos de Don Draper, tal vez con la esperanza de conseguir sus mismos éxitos amorosos. Allí están por ejemplo, según compiló la revista Travel + Leisure: el 21 Club (Stork Club) donde Betty Draper se entera de la infidelidad de Don; el Plaza (Savoy en la serie) donde los Draper pasan una noche de San Valentín; el Oyster Bar de la Grand Central Station donde se hacen y deshacen negocios; el Roosevelt Hotel donde Don se aloja después de su separación; las tiendas Bergdorf Goodman (en la serie, pertenecientes a la familia Menken); y P. J. Clarke’s, en la Tercera Avenida, cerca de las oficinas de Sterling Cooper. Toda una serie de íconos que hacen impensable que alguna vez Madison Avenue no fuera parte del trazado original de Nueva York en 1811. En todo caso, hoy la avenida también es un templo del shopping, con firmas de lujo como Christian Louboutin, Dolce & Gabbana, Jimmy Choo, Hermes, Chanel y Baccarat.