Una estética centroeuropea
El “Pueblo de las Culturas” fue creado en la década del 30 por inmigrantes alemanes, suizos y austríacos, en medio de un verdadero paraíso ecológico rodeado de pinos, abedules, cedros y cipreses. El espíritu de Villa General Belgrano se define por la arquitectura de sus casas con tejados rojos a dos aguas, paredes de piedra al desnudo y jardines llenos de flores. La madera barnizada es el elemento clave de la decoración y está presente en techos, balcones, ventanas y en los carteles de los negocios. Incluso las casillas de teléfono público tienen techo de madera a dos aguas y están ubicadas en un contexto de exuberante verde y un aroma a pinos que perfuma las calles.
Al ingresar al pueblo se nota que toda la decoración –desde los canteros con verbenas blancas y petunias hasta los carteles de madera con los nombres de las calles– está pensada en función de la totalidad. Cada casa o negocio, el edificio de la municipalidad, los prolijos jardines... todo atrae la atención por su cuidada estética, en el marco de una limpieza perfecta.
Como corresponde a una verdadera “colonia” europea, además de sus cabellos rubios, los ojos claros y las rozagantes mejillas, los pobladores conservan la impronta cultural de su país de origen (hay colectividades suizas, alemanas, húngaras, checas, austríacas, polacas, croatas, italianas y españolas). Las comunidades conservan su música, bailes y festivales, e incluso es común escuchar por las calles a gente mayor hablando en algún idioma centroeuropeo.