El rezabaile de la Telesita
El cancionero y la literatura popular santiagueña se nutren de relatos y leyendas de la tierra del quebracho, como el Kakuy, el Alma Mula, la Salamanca o la Telesita, tal vez el mito popular más conocido. Cuenta la leyenda que hace algunos años, en el interior de la provincia de Santiago del Estero, había una niña llamada Telésfora Castillo, más conocida como Telesita, huérfana de padre y madre. Un poco atormentada buscó refugio en el espeso monte y sólo se acercaba al pueblo cuando sentía la música de las guitarras o la algarabía de alguna fiesta. Era allí cuando reaparecía, sonriente y dispuesta a divertirse bailando hasta el amanecer. Una noche no asistió al baile y cuando fueron a buscarla la encontraron muerta junto al encendido fuego, con su vestido quemado por las ardientes llamas.
Desde entonces, en épocas críticas para los campesinos –cuando no tienen pasto para su hacienda, ni agua para sobrevivir– invocan al nombre de la Telesita y dan en ofrenda un gran baile y banquete, donde el promesante ofrece siete chacareras seguidas y siete copas de caña para alegrar el espíritu. Piden al alma buena de la Telesita que esté presente en el “rezabaile” y les envíe el agua que ella no tuvo para apagar su cuerpo calcinado... la bendición de la lluvia.