Villa Pehuenia tiene la clásica gastronomía de montaña, calórica y con ingredientes que hoy son típicos de la Patagonia, como la trucha, los hongos de pino, la frambuesa, el cordero y el piñón de la araucaria. En general los dueños de los restaurantes cocinan o sirven los platos en las pocas mesas de sus locales. Uno de ellos es Nous, en el “centro” del pueblo, donde Norma Albornoz tiene cinco mesas y se especializa en picadas, repostería y productos a base del piñón. Norma cuenta que cada año les compra a los piñoneros mapuches 500 kilos de ese fruto y los freeza, porque el piñón madura cada 20 meses. Para cocinar sus puntiagudas semillas –como dientes de ajo alargados– hay que hervirlas. En Nous el piñón se usa para una pasta untable parecida al paté, que es parte de una suculenta bandeja con fiambre de ciervo, jabalí, trucha y panceta ahumados, además de quesos, zanahoria en escabeche y tomates secos. Para los postres hay alfajores y semillas de piñón almibaradas.

Sorrentos’s Pastas es un nuevo restaurante en la “entrada a la península”. Aquí los sorrentinos pueden ser de panceta, ciervo, trucha o cordero ahumados. También hay lasagna del cazador, con ricota, espinaca y ciervo. Otra especialidad de la casa es el gulash con spatzle. Además hay ñoquis de remolacha, espinaca o calabaza con salsa de hongos y piñones.

Para comer una suculenta parrilla el lugar es Místico, donde se puede pedir una costilla de cerdo con salsa de cerveza, una trucha a la manteca negra o unos sorrentinos de chivo.

Como todo pueblo patagónico de montaña, Villa Pehuenia tiene su chocolatería artesanal ubicada en el Golfo Azul: Chokolhaa. Allí se vende chocolate en rama, en barritas y bombones rellenos con coco, cajú, almendras y avellanas.