- Como toda ciudad grande, Berlín tiene una gran oferta hotelera y de hostels. Una buena opción es alquilar una habitación o un departamento completo por medio de la red Airbnb. Sobre Karl Marx Alle, algunos propietarios alquilan habitaciones en departamentos construidos por la Unión Soviética desde 35 euros. Si están bien cuidados (prestar atención a los comentarios de huéspedes anteriores) son cómodos y muy lindos.

- Berlín es multicultural y muchos berlineses hablan inglés y español, por lo que es fácil manejarse por la ciudad sin hablar ni una palabra de alemán. De todos modos, un buen lugar para salir de la saturación lingüística es el café Saaldeck, sobre Karl Marx Alle, a metros de la estación Weberwiese. Atendido por Paula, una venezolana que lleva 15 años en Alemania, es una salvación para los que hablamos español y olvidamos que en Alemania muchos cafés cierran a las ocho.

- El mejor momento del año para visitar Berlín es la primavera y el verano, cuando es posible disfrutarla por completo: sus parques y lagos, sus museos, paseos en bicicleta y vida nocturna. En invierno las opciones se acotan aunque, con el abrigo suficiente y conscientes de que oscurece muy temprano, está la chance de llevarse las mejores fotos de la ciudad nevada.

- En Berlín las distancias reales son mucho más grandes de lo que parecen en los mapas, porque cada cuadra es muy larga. Por esa razón, es una ciudad ideal para recorrer en bicicleta. En todos los barrios hay lugares de alquiler y se pueden subir al tren o el subte pagando un boleto aparte. Otra buena opción son los pases diarios o semanales de transporte público. Más información en www.bvg.de/en