Similar por dentro al Teatro Colón, el Teatro del Amazonas fue inaugurado en 1896 para disfrute de los barones del caucho. Estos asistían a las funciones vistiendo levita, los caballeros, y tapados de visón las damas, a pesar del calor sofocante de la ciudad. Todo debía ser como en París. Incluso la concavidad de la cúpula que se ve desde las butacas de terciopelo está pintada con la imagen de la Torre Eiffel enfocada desde abajo. Los más grandes de su época pasaron por este teatro, incluyendo a Enrico Caruso y Sara Bernhardt.
Los interiores son un monumento a la suntuosidad: columnatas de mármol de Carrara, una araña gigantesca en el techo y salones con grandes espejos que alguna vez reflejaron los perfiles emperifollados de la alta sociedad. El mentor del teatro fue Eduardo Ribeiro, todo un emblema de su época: era gobernador, militar y productor de caucho. El teatro está abierto para visitas de martes de domingo de 9 a 16 (5 pesos la entrada).